La noche anterior había sentido el aroma de Naraku, pero al sol asomarse desapareció como si se hubiera desintegrado. Lo ponía de malhumor cuando eso pasaba. Suspiraba por eso y sus amigos lo miraban. El desayuno pasaba lentamente y eso lo frustraba. Recordaba de dónde venía el aroma, pero sin él por los alrededores se le iba hacer complicado.
Las horas pasaban rápidamente. Su meta en encontrar los fragmentos de la perla no cambiaba a pesar de todo lo sucedido, al contrario de eso, debían darse prisa, ya que podían ayudar tanto a Kohaku como a Kagome. Inuyasha quería acabar con Naraku lo antes posible para hacerle ver a la sacerdotisa que todo lo que vivió hasta ese momento era una farsa creada por ese maldito.
Caminaban sin prisa alguna, después de todo el aroma había desaparecido y no encontraban fragmentos. Shippo saltaba y jugaba con la gata mientras que los otros tres estaban al pendiente. Inuyasha notó la presencia de flechas en los árboles y rápidamente fue a donde ellas.
‒ ¿Inuyasha?
‒Son flechas... ‒ la exterminadora se acercó y asintió ‒ Sagradas
‒ ¿Kagome?
‒Tal vez, Kikyo ‒ opinó el monje.
‒No importa cuál sea, la encontraré ‒ decidido caminó rápidamente.
La chica y el monje notaban cierto enojo y firmeza en sus palabras. No estaban muy seguros si el chico, en realidad, quería que la sacerdotisa volviera con ellos, pero era necesario. Caminaban detrás de él mientras dialogaban. Shippo corría por los alrededores junto con Kirara, pero un silencio repentino hizo que todos miraran los alrededores. El pequeño zorro no se encontraba y la gata yacía en el suelo inconsciente. Sango rápidamente se acerco a esta y miró a sus amigos.
–Esta inconsciente
El hanyou comenzó a olfatear el aire, pero no daba con el aroma del zorro. Su ceño estaba fruncido y su desesperación comenzaba a fluir por sus venas. Caminaba lentamente por los alrededores hasta que pudo percibir su olor. Estos se pusieron en marcha detrás del híbrido. Cuando el aroma fue intenso se detuvieron, notando que el pequeño se encontraba en los brazos de una extraña.
–¿Quién eres? – la misteriosa mujer abrazó con más fuerza a Shippo.
–Aléjense, no dejaré que me lo arrebaten
No entendían ni una palabra de lo que decía, pero estaban mas que seguros que iba ser difícil salvar a Shippo. Extrañamente logró separarlo de la gata sin hacerle daño, pero al igual que la gata, este se encontraba inconsciente. Sango se estaba preocupando. La mujer se notaba triste y preocupada, como si el zorro fuera su hijo o algún familiar. Miroku e Inuyasha trataron de acercarse, pero esta se alejaba mientras abrazaba al pequeño. Sango miraba con detenimiento el comportamiento de la mujer, hasta que Shippo comenzó a jadear.
–No te lo alejaremos – decía la exterminadora – Solo pensamos que puede estar sintiéndose mal y queremos ayudar – los chicos no entendían lo que esta decía, en vez de lograr que la extraña soltara a Shippo, solo hizo que se aferrara más a él.
–Tú también tienes un youkai – miraba sus manos, donde tenía la gata – Debes entenderme, no quiero que me alejen de él... – comenzaba a sollozar – No quiero que me alejen como hicieron con mis pequeños
Las lagrimas de la mujer no tardaron en salir. Extrañamente, esta era consciente que el zorro no era de ella, pero quería aferrarse a la idea que lo era. Sango se acercaba a esta lentamente, hasta que estuvo lo suficientemente cerca para colocar una de sus manos en su hombro. La sonrisa de la exterminadora no faltaba, pero la humana se iba calmando. El pequeño zorro jadeaba mientras sus ojos comenzaban a abrirse. La vista de su amiga con una sonrisa en su rostro fue lo primero que vio, pero al sentir que lo estaban abrazando y gotas caían en su rostro, miró. Sorprendido iba a moverse, pero no podía moverse.
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Engañados [Inuyasha]
FanficDesapareció sin dejar rastro. Cada uno de sus amigos se preguntaban ¿porqué tomó la decisión de irse a casa sin consultar con ellos? Muchas veces Inuyasha intentó ir a buscarla, pero por algún motivo el pozo no lo transportaba a la época donde ella...