¿Kikyo?

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Inuyasha miraba la aldea con enojo. El terrateniente tenía conocimiento de que Suzuka fue la niña que echaron sin compasión de ese lugar y se atrevía a sonreír frente a ella. Quería ir donde él y gritarle lo poco honorable que era, pero sabía que los humanos culparían a la chica. Teniendo eso en mente comenzó a caminar, sus amigos no tardaron en seguirlo, hasta que llegó a la puerta del palacio.

Inuyasha: ¡Sal de ahí, terrateniente! – sus amigos lo miraban sorprendidos ¿qué estaba haciendo?

Soldado: El señor terrateniente está ocupado

Inuyasha: Necesito hablar con él. Que salga

Terrateniente: ¿Qué sucede aquí? – el soldado hizo una reverencia.

Soldado: El chico quiere hablar con usted

Terrateniente: Aquí estoy. Habla – su mirada era seria, pero a Inuyasha no lo intimidaba.

Inuyasha: Eres un ser despreciable – los demás lo miraron más que sorprendidos – ¿Cómo se atreve a sonreír y tratarla como si nada hubiera pasado? – en ese momento el terrateniente supo de quien hablaba y sonrió.

Terrateniente: Es cierto, detesto el hecho de fingir una sonrisa ¿algo más que quieras añadir? – el hanyou gruñó, pero sus amigos lo detuvieron – Ahora si me disculpan – dio la espalda y se fue.

Estos jalaron a su amigo lejos del lugar. El chico solo caminaba con enojo y desprecio. Sus murmuraciones eran demasiadas, así que sus amigos decidieron dejarlo a solas. Habían encontrado un pequeño río, por lo que decidieron quedarse por algunas horas antes de seguir su camino. Debían encontrar a Naraku, y según Sesshomaru estaban cerca, por lo que no se podían rendir. El hanyou seguía pensando en la contestación del terrateniente. Lo frustraba demasiado, así que decidió meterse al agua por el enojo.

Sango: Inuyasha está molesto

Miroku: Parece que el terrateniente dijo algo que lo hirió

Shippo: En realidad, dijo algo de Suzuka

Miroku: Algo ¿cómo qué? – Shippo miró hacia el río y el híbrido se encontraba sentado en una roca.

Shippo: El terrateniente dijo que era cansado fingir que le caía bien Suzuka – Sango y Miroku se sorprendieron – Inuyasha, al igual que Suzuka son híbridos, por eso él se enojó tanto

Miroku: Pero nos trataron bien en la aldea – Sango asentía – ¿Acaso era mentira?

Sango: Sea lo que sea, no debió decir eso

El hanyou los miraba y estos sonrieron.

Inuyasha: Sé que estaban hablando del terrateniente y mi comportamiento

Sango: También sabemos que no perdonas a las personas que traten mal a los híbridos – el hanyou suspiró.

Inuyasha: Pensar que pasó por lo mismo me molesta – se sentó en el suelo – No quiero que se sientan como unos raros

Sango: No lo harán – sonreía. Inuyasha asintió de agradecimiento y sonrió.

Las horas pasaban y seguían su camino. Pensaron que, tal vez, Sesshomaru había mentido, pero conociendo como era su odio hacia Naraku. Decidieron volver a la aldea de la anciana Kaede, la cual estaba bastante lejos. Así que se pusieron en marcha rápidamente.

[...]

Se encontraban en la aldea vecina de la anciana Kaede, por lo que en pocas horas llegarían allí. Los aldeanos siempre que los veían pasar hacían que se detuvieran. El terrateniente siempre hacia que pasaran al palacio y vieran a su nieto, el cual se llevaba bien con los chicos.

Engañados [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora