Ya en la cabaña de la mujer estos estaban esperando a que ella hablara, pero al contrario de eso, sólo se limitaba a servirles té.
Inuyasha: No tengo todo el tiempo del mundo, habla ya
Sango: ¡Inuyasha! – llamó la atención del hanyou.
Miroku: Sólo queremos saber sobre esa diosa de la que nos habló el aldeano
Mujer: Esa diosa es importante en esta aldea, pero de hace tiempo para acá esa diosa se ha comportado de manera extraña – todos la miraban – Algunos aldeanos se han preocupado por eso, pero otros sólo lo ignoran
Shippo: Como el aldeano que nos encontramos – la mujer asintió.
Mujer: Tú como demonio que eres puedes sentir la energía maligna – Shippo asintió – Varios monjes han venido para exorcizar el templo de la diosa, pero varios aldeanos se niegan
Inuyasha: Llévenos a ese templo – la mujer suspiró.
Sango: ¿Ocurre algo?
Mujer: Los llevaría si no estuviera con ese campo de fuerza
Miroku: ¿Un campo de fuerza? – estos se confundieron.
Mujer: La diosa nunca tuvo un campo de fuerza, pero últimamente tiene uno – informó.
Inuyasha: No importa, lo destruiré - Miroku puso su mano al frente de Inuyasha.
Miroku: Espera – la mujer lo miró – ¿Desde cuándo tiene ese campo de fuerza?
Mujer: No hace mucho
Miroku: Llévenos – ésta no dudo he hiso que la siguieran.
Cuando se encontraban al frente del templo estos miraban con determinación. Shippo y Kirara se encontraban algo mareados. Inuyasha tapaba su nariz para no oler el veneno que habia.
Mujer: Tengan cuidado – estos asintieron.
Miroku: Inuyasha, quédate con Shippo y Kirara – el hanyou asintió – Vamos Sango
Sango: Sí – al acercarse por completo pudieron sentir el aura – Es demasiado de fuerte
Miroku: Sí
Entre Sango y Miroku comenzaron un exorcismo. El campo de fuerza comenzaba a debilitarse, pero notaban que el veneno se esparcía por el lugar. Podía ser bastante malo, ya que si Inuyasha aspiraba demasiado caería inconsciente y lo necesitaban, por lo que comenzaron hacerlo de una manera distinta. El hanyou observaba lo que ocurría, pero su ceño comenzaba a fruncirse por el pequeño zorro en forma de globo mordiendo su cabeza. Sí que sabía cómo frustrarlo.
Inuyasha: Shippo~ Ya basta de molestar – el golpe resonó en su cabeza y un bulto se formó en el lugar lastimado.
Shippo: Tonto, eso dolió – acariciaba el golpe – ¿Qué haremos nosotros?
Inuyasha: Esperar, no podemos acercarnos por el veneno – suspiró – Espero que Sango y Miroku lo logren
Los mencionados seguían intentando exorcizar el campo de fuerza que rodeaba el templo, pero cada vez que lograban un avance el veneno salía. Miroku decidió que cuando el campo de fuerza se debilitara este absorbería lo que pudiera con su agujero negro. La exterminadora se negó, pero dándose cuenta que era el único camino que podían tomar aceptó sin más. Así estuvieron algunos minutos hasta que el campo se desvaneció por completo, y el espíritu que poseía la diosa salió. Inuyasha no tardó ni un segundo más y se abalanzó hacia el demonio para exterminarlo con colmillo de acero, lo que le resultó sencillo.
Shippo y Kirara se acercaron a estos, pero todos quedaron fascinados al ver una mujer al frente de ellos. Esta vestía un traje blanco, largo; su cabello del mismo color que la ropa; en su cuello resplandecía un hermoso collar de perlas, mientras que en su cabeza yacía una corona en forma de cuernos, pero igual de blanco que todo; en una de sus manos sostenía un farol, el cual del mismo salían pequeñas figuras como mariposas. Esta se acercaba hacia el hanyou con una sonrisa, cuando estuvo lo suficientemente cerca posó su mano libre en su mejilla.
Diosa: Muchas gracias por liberarme – este miraba hipnotizado a la mujer, admitía que era hermosa – Si así lo desean, pueden tomar lo que quieran del templo – Miroku iba a hablar, pero el hanyou se le adelantó.
Inuyasha: Estamos bien. Muchas gracias – esta se alejó con una sonrisa.
Diosa: Muchas gracias por salvarme – y sin más, desapareció.
Miroku: Mi querido Inuyasha, a veces quisiera saber si tienes algo en esa cabeza
Inuyasha: Después de todo no hicimos nada como para tomar algo – el monje se sintió ofendido, Sango y él hicieron la mayor parte y aun así la magnífica mujer le dio las gracias al hibrido y no a ellos.
Sango: Lo importante es que ya están a salvo los aldeanos –todos asintieron y regresaron a la cabaña de la mujer.
Esta les tenía preparado un banquete. Según la mujer sabía que lo iban a lograr y por ende hizo eso por agradecimiento. Ahora podían vivir sin miedo a que algún demonio los atacara o algo parecido. Luego de la comida les ofreció una pequeña ofrenda de monedas, a lo que Miroku actuó antes que todos y las tomó.
Mujer: Muchas gracias por todo – decía mientras los reverenciaba.
Shippo: No fue nada. Gracias a usted por la comida – esta sonrió por el pequeño.
Inuyasha: Andando
Y nuevamente se iban en busca de los fragmentos. Inuyasha pensaba que en esa aldea podía haber alguno, pero en lugar de eso solo se llevó la imagen de una diosa que nunca olvidaría.
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Engañados [Inuyasha]
FanfictionDesapareció sin dejar rastro. Cada uno de sus amigos se preguntaban ¿porqué tomó la decisión de irse a casa sin consultar con ellos? Muchas veces Inuyasha intentó ir a buscarla, pero por algún motivo el pozo no lo transportaba a la época donde ella...