Cerca de la aldea

151 14 2
                                    

El lugar estaba tranquilo. La brisa soplaba y cantaba a su ritmo. Las flores y hojas se movían a la par, pero todo eso no duró mucho. "¡No irás!". Ese grito destruyó por completo la tranquilidad que yacía. La exterminadora miraba al hanyou furiosa. Desde que había amanecido no decía nada, excepto: "Tengo que salir a buscarla". Tenían claro que hablaba de la sacerdotisa y bastante esperó para decir esas palabras.

Inuyasha: Quieras o no, iré – Sango negaba – Necesito comprobar que es Kikyo

Sango: No seas mentiroso, ya tenemos pruebas suficientes

Inuyasha: Aún así

Sango: ¡No irás! – gritó nuevamente a su amigo.

El chico miraba malhumorado a su amiga. Los demás sabían que luego de algunos minutos se iban a calmar, de igual manera, el hibrido se iba a escapar y lograría su cometido. Este se sentó de mala gana y suspiró. La exterminadora salió se la cabaña murmurando, detrás de ella se fueron Shippo y Kirara.

Miroku: Iremos luego – el hanyou miró al monje y este ayudaba a la anciana.

[...]

Siempre que iban recalcaba lo mismo: "Este lugar es extremadamente tranquilo". Y siempre el chico la miraba seriamente. Luego de que exterminaran el demonio de la aldea vecina ella no esperó nada para irse del lugar apresuradamente. Suzuka y Kohaku sabían el motivo, si se quedaban por mucho tiempo Inuyasha y los demás la verían, algo que no deseaba. La niña al saber eso lo utilizaba como diversión, provocando que se quedaran más tiempo del necesario. Kohaku llevaba a la chica al pozo rápidamente, a menos que esta se pusiera a "jugar" en el lugar. Lo mismo que hacía en ese momento.

Se encontraba en el suelo tirada riendo por las travesuras de su lobo. Esta imitaba de vez en cuando sus juegos. Algunos consistían en correr por el lugar y perseguirse uno al otro, el más utilizado por ellos; el otro era tirarse sin nada que hacer en el suelo para mirar el suelo. Kohaku se la pasaba en una rama para así estar al pendiente de los movimientos que se realizaban en ese sitio.

Suzuka miraba al chico y sonreía. Comenzó a jugar con su lobo a correrse. Kohaku los miraba de vez en cuando provocando una sonrisa en su rostro, pero se sorprendió al verla acercándose al pozo. La niña y su lobo corrían alrededor del pozo y reían con fuerza. Este miró hacia las raíces del árbol y sonrió.

Kohaku: ¿Esta bien que juegue ahí? – ella asintió con una sonrisa – Si se cae no la buscaré

Ella: Tampoco yo – miró a su lado y la gata que siempre los acompañaba gruñó – Tú tampoco

El chico rió por el comportamiento de la gata. Recordaba que inició a estar con ella por órdenes de Naraku. "Mantenla en vigilancia siempre". En algunas ocasiones se veía debilitada y con falta de fuerzas, pero hacia lo que podía para no demostrarlo. Luego de algunos meses volvió del bosque con la gata en manos. La había encontrado en una cueva débil y moribunda. Sonrió por ese pensamiento tan nostálgico, pero un ruido en el bosque lo alarmó.

Kohaku: Viene alguien – ella no tardó en levantarse e irse del lugar.

Este miró a Suzuka, la cual seguía corriendo y riendo por el lugar. Bajó de la rama rápidamente acercándose a esta velozmente. La sostuvo de la mano sobresaltándola. El lobo que jugaba con ella había desaparecido, y estos se escondieron detrás del pozo. La exterminadora, junto con el pequeño zorro y la gata habían aparecido. La chica murmuraba con enojo y caminaba de lado a lado por el lugar. El zorro y la gata se iban acercando al pozo, algo que alarmó a los escondidos.

Shippo: Él entenderá tu preocupación – se trepó al pozo y a su lado la gata.

Sango: Me molesta que siempre ande detrás de ella, incluso cuando Kagome estaba lo hacía ¿qué demonios le sucede? – suspiró y miró a Shippo – ¿Crees que la olvide?

Shippo: Tal vez – miraba el interior del pozo – ¿Crees que perdone a Kagome?

Sango: No lo sé

Los escondidos estaban confundidos ¿perdonar a Kagome? ¿Por qué? Escucharon los pasos de la exterminadora acercarse, estaban en problemas. Suzuka miró a Kohaku y este asintió. No esperaron más y salieron corriendo. Los presentes se sorprendieron.

Sango: ¿Kohaku? – esta no tardó en seguirlos – ¡Espera Kohaku!

Estos corrían lo más rápido que sus piernas le permitían, pero al mirar hacia atrás la exterminadora no estaba, así que se detuvieron para tomar aire.

Suzuka: Un poco más y nos alcanzaba – un golpe fue dirigido a su brazo – ¡¿Por qué me das?! – gritó, pero al mirar hacia la dirección donde miraba Kohaku entendió.

La exterminadora los había engañado. Se encontraba sobre su gata y los miraba confundida, tal vez preguntándose qué hacían en ese lugar. Suzuka sonrió inocentemente, mientras que Kohaku suspiraba por lo sucedido. Sango se bajó de Kirara y se acercó a estos.

Suzuka: No sabía que vivías por aquí, que coincidencia – sonreía nerviosa.

Sango: Sí lo sabias. Kikyo lo sabe

El chico suspiró por eso, tanto Inuyasha como su hermana estaban obsesionados con ella ¿Por qué? ¿Acaso le tenían odio?

Kohaku: ¿Odian a Kikyo? – Suzuka lo miró.

Sango: Yo no diría eso. Inuyasha está ansioso por verla desde que se enteró que ustedes están cerca de la aldea

Suzuka: ¿Quiere que la visitemos? – rió divertida, pero Kohaku le dio – Era broma – acariciaba su lugar lastimado.

Kohaku: Debemos irnos

Había anunciado eso, pero suspiró al escuchar al hibrido gritar un: "¡Detente ahí!", y más cuando escuchaba su respiración toda agitada por correr. No entendía para nada el porqué de su desesperación, pero iba a utilizarla un poco. Inuyasha suspiró para calmar su respiración.

Inuyasha: ¿Qué hacen aquí?

Suzuka: Jugando – sonreía.

Miroku: Creo que esa no era la pregunta

Kohaku: En realidad su pregunta es: dónde está Kikyo ¿cierto? – el hanyou gruñó – No lo sé

Inuyasha: No mientas

Suzuka: No miente – miraron a la chica, la cual tenía la apariencia de una adolescente y tres lobos a su lado – Si dice que no sabe, es porque no lo sabe – se paró al lado de Kohaku.

Inuyasha: ¿Dónde está Kikyo? – estos suspiraron.

Suzuka lo miraba enojada, mientras que Kohaku negaba. El chico iba hablar, pero un sonido muy conocido para él se dejó escuchar. Miró hacia el cielo buscando, pero no vio nada.

Inuyasha: Te hice una pregunta

Suzuka: Y él ya la respondió

Kohaku: Bien, te llevaré a ella – todos se sorprendieron, incluyendo a Suzuka – A cambio, quiero que hagas algo por mí – el hanyou asintió.

Engañados [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora