Ella

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O Kohaku había perdido unos cabos de su cabeza o lo hacía por beneficio, pero ninguno de los dos le gustaba. Suzuka lo observaba esperando a que hablara y dijera el gran favor que necesitaba. Solo esperaba que no fuera algo estúpido que luego se arrepintiera. Como si le hubiese leído la mente pidió lo necesitado, mala idea. Los ojos de Suzuka se querían salir de su lugar, sin mencionar sus inmensas ganas de arrancarle la garganta y tirársela a sus lobos, los cuales gruñían por la presencia del hibrido. Kohaku solo esperaba que aceptaran.

Inuyasha: Bien. Se quedarán en la aldea, pero luego me llevaras con Kikyo - la chica quería gritar, en cambio deshizo sus lobos y su transformación se desvaneció.

Kohaku: Hecho - asentía.

Sango se notaba contenta por la decisión de su hermano. Se quedaría una noche con ellos y la iba aprovechar hasta lo último. Inuyasha y los demás comenzaron a retirarse, claro que detrás de ellos el chico debía ir, pero este se detuvo ya que no sentía a la niña seguirlo.

Kohaku: ¿Qué sucede? - Suzuka suspiró.

Suzuka: Yo no iré. Adiós - salió corriendo en dirección opuesta.

La exterminadora colocó una de sus manos en el hombro de su hermano. Este asintió con una sonrisa y los siguió. Sabía el motivo de Suzuka, no podía dejarla sola. Siguió a los demás hasta llegar a la aldea, un lugar completamente tranquilo y sin molestias. Miraba como los humanos saludaban a los chicos y les sonreían. Inuyasha respondía los saludos con rapidez y luego murmuraba, algo que le provocaba gracia.

Kohaku: Se parece a Suzuka - Sango lo miraba - Saluda a los humanos, pero mientras estén lejos mejor - sonreía.

Sango: Inuyasha nos contó que ella fue echada de su hogar, la aldea de aquella vez - Kohaku asintió.

Kohaku: Aunque los hayan echado "un hogar es un hogar" - repitió las palabras de la chica - O eso fue lo que dijo ella

Sango: Algo que admirar - sonreía.

Al llegar a la cabaña y el chico entrar la anciana Kaede se sorprendió. Nunca pensó ver al hermano de Sango en ese lugar. Miroku se acercó a la anciana y decidió contarle lo sucedido. Desde que se vieron por primera vez, hasta la ligera sospecha que Kikyo y él iban juntos a todos lados, uno de esos lugares, a la aldea cercana. La anciana miraba al chico con cierta curiosidad ¿Por qué ir a la aldea cuando Kikyo estaba tan cerca? Pero algo que la tenía desconcertada, la presencia del hanyou. Siempre era el primero en correr a buscarla, algo que no estaba haciendo.

Kaede: Inuyasha está aquí - el monje rió.

Miroku: No digas que te conté. No querían que te enterraras - se acercó a sus amigos.

Kaede: ¿Tienen hambre? Preparé un estofado de ternera - los chicos asintieron.

Suzuka suspiraba por lo sucedido. Miraba a su alrededor, sentía como si algo fuera aparecer o a distraer para atacarla. Desconfiada se transformó en adolescente y creó 3 lobos. Muchos youkais al ver esas creaciones de la chica le preguntaban cómo las hacía, pero ni ella tenía idea. Cuando ella la llevó a unos youkais lobos y estos le explicaron cómo hacerlo nunca entendió al 100%. Miraba sus manos y a sus lobos, los deshacía y hacia rápidamente, pero quería probar algo.

Posicionó su mano sobre el suelo y al subirla rápidamente creó un lobo color marrón oscuro, provocando una sonrisa satisfactoria. Podía crear los lobos que quisiera con lo que fuera. Hizo lo mismo con un pedazo de tronco y funcionó, pero tenía una duda sobre eso ¿lo podría hacer con el agua y con el aire? Lo intentó y se sorprendió por el resultado, lo había logrado. Podía hacer lobos con cualquier cosa y sonrió por eso.

Engañados [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora