—Llegáis tarde— comentó Zeno por encima del barrullo que era el comedor del instituto cuando Yona y Yoon tomaron asiento en los dos únicos sitios que estaban libres en esa mesa de siete, ubicados entre el rubio y el peli azul.
Ya tenía su comida prácticamente terminada y le estaba echando miraditas de anhelo a las patatas que había en la bandeja de Kija, que todavía no habían sido tocadas. Tal y como habían pensado, fue el único que los esperó; incluso, el callado y bueno de Shin-Ah no dejaba de mordisquear en bocados pequeños su porción de piza con el rostro marcado de inocencia, como si así su falta fuera menos grave. Los demás, directamente estaban casi terminando sus almuerzos.
—¿Y esa espléndida sonrisa, querida Yona? — preguntó Jae-Ha antes de darle un mordisco a su hamburguesa que estaba rebosante de kétchup y mostaza. Un mechón escapó de su recogido y sacudió la cabeza casi con desinterés para apartárselo del rostro; ahora mismo no podía tocarlo o se mancharía de salsa— Te hace ver aún más guapa de lo que estás normalmente. ¿Te ha pasado algo bueno?
—¿Es por el examen? ¿Te ha ido bien? — continuó Kija inclinándose hacia delante.
—¿Qué creéis? — bufó Yoon cogiendo una de sus patatas, mojándola en la salsa y llevándosela a la boca— Soy su profesor, os aseguro que le habrá salido muy bien.
Ese comentario se ganó unas risas entre los que estaban en la mesa.
—¿Y tú qué? — inquirió Jae-Ha con humor hacia el muchacho— Menos de un ocho ni en una pesadilla, ¿verdad?
—Cállate— espetó Yoon con el ceño fruncio— Vosotros no entendéis. Todo es demasiado fácil aquí. Necesito retos, superarme, y no un juego de niños como es el instituto.
—Zeno entiende de biología mucho, pero para él sintaxis no es un juego de niños. No entiende como eso puede estudiarse ni cómo la gente puede llegar a entenderlo— su rostro se llenó de terror, olvidando momentáneamente su presa alimenticia.
Nuevas risas aparecen en la mesa, pues todo el mundo conocía de la aversión del rubio por la asignatura de lengua y literatura. No era la primera vez que él mismo tenía que pasar por mucho para llegar al mísero cinco y quitársela del medio rápido un año más.
Yona sonrió aún más y su mirada se cruzó con la de Hak, con la mesa ubicada entre ellos, y sintió su estómago apretarse cuando él alzó una ceja en un interrogante mudo, al parecer ajeno a todo lo que estaba comentándose.
—Bueno— musitó, de pronto, poniéndose muy nerviosa. Apartó la mirada un instante para dejarla la superficie de la mesa, volvió a mirar a Hak furtivamente y después la apartó como si se hubiera quemado; su comportamiento atrajo la atención de todos los de la mesa, en especial la del joven de pelo azabache— El examen me ha ido bien, pero también...
—¿Yona? — inquirió Kija con un matiz de preocupación ante su silencio repentino.
Hak frunció el ceño, contrariado y se inclinó inconscientemente sobre la mesa, y más arrugas poblaron su entrecejo cuando cruzó la mirada con Jae-Ha y ambos vieron que estaban igual de confundidos.
—Es Soo Won— se metió Yoon cuando vio que ella no iba a decir nada más, echándole un breve vistazo a la chica para asegurarse que podía continuar— Le ha escrito hace un momento diciéndole que viene de visita este fin de semana.
Todos en la mesa se sorprendieron al igual que si Yona se hubiera levantado y puesto a bailar la conga encima de la mesa. Shin-Ah abrió los ojos como platos y murmuró un suave "oh", Kija soltó un "mierda" - vocabulario para nada usual en el chico y que si lo escuchara su abuela se llevaría un buen tirón de orejas-, Zeno soltó una carcajada seca movido por la impresión y Jae-Ha entrecerró los ojos ligeramente. Aun así, todos a una, como si hubieran sido accionados por un interruptor, miraron a Hak, quién no parecía haberse movido ni un milímetro ni haber reaccionado de alguna otra manera desde que el chico habló. Tenía la mirada puesta en la bandeja y observaba su trozo de pizza como si pudiera hacerlo arder a base de fuerza de voluntad. Nadie dijo nada y el silencio, pesado e incómodo, se extendió hasta casi hacerse eterno.
—Hoy es viernes.
Yona habría esperado cualquier respuesta menos esa. Le cogió con la guardia baja, así que, lo único hizo fue abrir y cerrar la boca varias veces no sabiendo qué responderle.
—Viene hoy, entonces— siguió diciendo y cuando sus miradas se encontraron, Yona sintió su corazón acelerarse, pues sus ojos azules se habían oscurecido hasta hacerlos ver casi negros—¿Y no pensaba mencionarlo antes? No sé, a lo mejor tendríamos nuestros planes e iba a joderlos un poco, pero eso qué importa, ¿verdad?
—Bueno...— musitó Yona aún muda.
Hak suspiró y sacudió la cabeza.
—Da igual, ya lo sé— se levantó, sin haber tocado mucho su comida, y miró a Jae-Ha y Shin-Ah con desinterés— Me voy ya para al campo que quiero entrenar un poco antes de esta tarde. ¿Venís?
—Hum, claro— parpadeó Jae-Ha y lanzándole una mirada al peli azul, ambos se levantaron. Mientras Hak se marchaba sin despedirse de nadie en particular ni mirar atrás, Shin-Ah sacudió la mano en una despedida silenciosa para seguir su estela y el peliverde se acercó a donde la chica permanecía meditabunda— Ignóralo cuando se pone así, querida.
La pelirroja suspiró.
—Odio que Hak se enfade conmigo y el no saber por qué lo hace cada vez que menciono a Soo Won. Creía que eran amigos— murmuró ella mordiéndose el labio inferior y observando el lugar por el que el joven había desaparecido. Deseaba ir detrás de él y preguntarle por el motivo de su enfado, pero su comportamiento a veces conseguía sacarla de sus castillas, y sabía si que hacía el intento por acercarse terminarían ambos gritándose a toda voz.
Jae-Ha soltó una suave carcajada en respuesta.
Ay, tan inocente e ingenua como siempre, pensó divertido.
—Te aseguro que Hak no está enfado contigo— más bien creo que es consigo mismo y su cobardía a la hora de sincerarse, añadió en su cabeza con una risa cínica—, tan solo déjalo con sus tonterías. Ya se le pasará, ya lo verás.
Yona asintió, nada convencida con sus palabras, aun así, y suspiró.
—¿Vendrás al partido esta noche?
La sonrisa que le mostró la chica consiguió deslumbrarlo por un momento y su corazón se apretujó un poco. Yona era su sol. Una luz tan brillante y cálida, pero definitivamente inalcanzable para él, en la que tan solo podía bañarse y disfrutar de ella desde la distancia.
Hacía mucho tiempo que había tirado la toalla con respecto a ganarse el corazón de la pelirroja.
—Claro, no me lo perdería por nada del mundo— afirmó ella y le dio un beso en la mejilla, en signo de promesa.
No. Yona no era ni jamás podría ser de él. No era estúpido y conocía, si no todo, parte del entresijo en el que estaba metida con el famoso Soo Won y Hak, y sabía cuál era su papel en toda la historia. Había aprendido a base de sonrisas falsas y bromas para relajar la tensión a sobrellevar el dolor, pero... pero siempre le quedaría un pequeño pedazo de ella en su corazón.
Y también sabía que él, aunque no fuera de forma en el que le hubiera gustado, era dueño de una parte del cariño de ella.
No podía estar más orgullos de ello.
--
¿Ni un comentario ni una estrellita? -.-
![](https://img.wattpad.com/cover/226286322-288-k776201.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ocaso (Akatsuki No Yona)
Fanfiction[Fanfic] Universo Alterno. «Él la miró; sus ojos azules, aún medio adormilados y que se entreveían por la maraña que era su flequillo, se clavaron en ella y una pequeña y divertida sonrisa tiró de sus labios. Yona creyó que se desmayaría al ver sem...