49

1.8K 244 78
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


  —Rose. —Fue lo primero que dijo en cuanto apareció en medio de la sala de su hogar.

Todas las luces estaban apagadas y no se escuchaba nada parecía que nadie estaba en casa. Al distinguir entre la bruma del silencio la suave y melódica voz femenina comenzó a caminar hacia la habitación que compartía con Amy.

Conforme se acercaba, la voz femenina tomaba más fuerza e incluso resultaba relajante, parecía atraerlo hacia ella sin que pudiese poner algún tipo de resistencia y por más estúpido que sonará, Shadow iría a donde fuera que se encontrara Amy, no porque ella fuera demasiado importante para él sino porque a veces Rose se confiaba demasiado y terminaba metida en problemas de los que él tenía que sacarla, obviamente.

Finalmente llegó al marco de la puerta que daba entrada a su habitación pero la sensación que lo invadía en ese momento no era la de siempre. Todos los días recorría el mismo pasillo hasta llegar a ese mismo lugar, todos los días entraba después de Rose y caminaba a la cama para quitarse sus botas y por fin relajarse un poco junto a la mujer que sería su compañera de vida, todos los días veía a Amy Rose sentada en el borde de la cama esperándolo para poder descansar juntos al finalizar el día... pero ese día Amy tenía un brillo y una apariencia que la hacía ver aún más fuerte, adulta, indomable y decidida de lo que siempre mostraba. Todo en esa mujer lucia diferente esa noche para la última forma de vida perfecta.

Y por primera vez en el tiempo que llevaba junto a Amy, Shadow sintió nerviosismo y genuina curiosidad por saber que escondía la mirada brillante y la sonrisa cálida que portaba la fémina en ese momento.

—No...

—Bienvenido, Shadow. —Cortó la frase del azabache y todos los pensamientos que el erizo tenía en su mente se esfumaron en menos de un segundo. La voz femenina era más suave que nunca— Ven.

Sin poder unir ninguna idea en su mente, el nombrado se acercó con pasos cautelosos hasta donde se encontraba sentada Amy. Usaba un suéter algo más grande que los que usaba usualmente de un verde pálido en conjunto con un pantalón deportivo del mismo color, las púas que enmarcaban su rostro habían crecido un poco más a lo largo de ese tiempo pero seguía manteniendo el mismo peinado con el que la había conocido.

Se detuvo hasta estar frente a la joven que mantenía los ojos cerrados sin quitar la sonrisa de su rostro. La melodía que Amy entonaba era lo único que se escuchaba en la habitación haciendo que Shadow relajara un poco su postura pero el extraño sentimiento que tenía dentro de su pecho no se iba el todo, no sabía que era o a que se debía pero si estaba seguro que era algo que lo perturbaba profundamente.

— ¿Por qué? —Cuestiono luego de algunos minutos en silencio.

—No quería alarmarte. —Respondió la fémina interrumpiendo su entonación— La doctora mencionó algo de una anemia ligera y me ha mandado a reposar por un par de días.

Once Upon a TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora