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Cuando por fin pisó su casa ya era bastante tarde; las estrellas ya iluminaban el cielo y estaba más que segura que pasaban de las dos de la mañana.

No eran horas para una visita, además que Shadow no estaría en su lugar de siempre... ¿O quizá sí?

— ¡No, no, no! —Agitó su cabeza— Él debe estar descansando. —Introdujo su llave a la cerradura— Ya es tarde.

Quitó el seguro antes de empujar la puerta a la vez que suspiraba no muy segura del motivo. Con cansancio dejo caer su mochila de equipaje al piso mientras buscaba a tientas el interruptor que iluminaba la sala.

Iba a comer algo muy ligero, tal vez un plato de cereal o una fruta... tomaría un baño muy temprano por la mañana en el que tardaría al menos media hora, después cocinaría algo delicioso para desayunar, limpiaría su casa y finalmente iría a G.U.N. para agradecer la amabilidad y preocupación de todos por su bienestar, obligaría a Shadow...

— ¿Qué...?

La luz iluminó toda la sala haciendo que los ojos de Amy se llenaran de ilusión al mismo tiempo que sus mejillas eran coloreadas por un suave sonrojo que llego incluso a la punta de sus orejas.

Sobre cada superficie plana que había en aquella habitación se encontraba un florero de cristal con una docena de hermosas y florecientes rosas. En cada uno de los recipientes había tres rosas blancas, tres de tono rosa pálido y una rosa azul...

Con pasos tambaleantes se acercó al florero que tenía más cerca. Todas las rosas desprendían un olor suave y relajante, como si con eso intentaran calmar el nerviosismo dentro de la fémina. Como si tuviera miedo, alargó su mano para tocar el pétalo de una de las rosas blancas que tenía algunas gotas de agua.

— Son... preciosas.

Sintió como su guante se mojaba al tocar la delicada flor, así que rápidamente se lo quito antes de tomar por el tallo la misma rosa. La acercó a su nariz para poder inhalar con más profundidad su aroma, relajando sus músculos al momento de liberar el aire de su pecho.

Volvió a levantar la vista hacia las rosas, pensando en el significado de cada una; Rosas blancas para la perpetuidad, rosas pálidas para el aprecio y belleza. Finalmente, la rosa azul para la confianza y armonía.

Dio una vuelta completa en su lugar para ver todas las flores que había ahí, contando un total de veintisiete ramos distribuidos por toda la sala.

— ¿Qué les tomo tanto tiempo, Rose? ¿Acaso el farsante se perdió o el zorro olvido como pilotar su propio avión?

— ¡Shadow! —Gritó sorprendida, deteniéndose justo frente a él— ¿Qué haces aquí?

Apareciendo por el pasillo que llevaba a las demás habitaciones de la casa, caminaba tranquilamente el erizo azabache. —No me has respondido.

—Fuimos a Angel Island y nos entretuvimos un poco porque Silver quería buscar algunos cocos. —Jugueteo con la rosa entre sus manos— Sonic se ofreció a ayudarlo pero terminaron en una competencia para ver quien conseguía más y Tails rearmo parte del ala de su avión luego de un pequeño incidente...

—Tus amigos son unos inútiles. —Tomó asiento en el sofá antes de cruzar sus brazos— Sobre todo Silver.

—Ya te dije que fue un accidente. —Sonrió antes de verlo directamente a los ojos— ¿Ahora me dirás que haces en mi casa tan tarde?

—Es asunto mío.

Resopló, divertida por la contestación del ajeno. Siempre era sus asuntos y nada más.

— ¿Cuál de todos tus asuntos tiene algo relacionado con estar en mi casa tan tarde?

—Tú.

Se miraron en silenció luego de eso.

Ella sin saber que decir o que pensar y él... solo la veía.

—Los cobardes huyen, yo no. —Se puso de pie, caminando hasta Amy— Yo lucho y triunfo sin importar que pase.

Amy no estaba segura de cómo interpretar aquello. ¿La estaba amenazando? ¿Qué había hecho ella?

Con cada paso que daba Shadow hacia ella, Amy retrocedía. No sentía miedo de él, era incertidumbre por no saber que esperar de su parte. Sabía que Shadow nunca le haría nada, después de todo, confiaba totalmente en él.

Se detuvo frente a la fémina en cuanto esta choco con la pared.

Paseo su mirada por el cuerpo femenino notando cambios en ella; desprendía madurez y confianza aunque en ese momento lo mirara con duda. Levantó su mano hasta el rostro femenino, acariciando con suavidad una de las púas que enmarcaba el rostro de Amy.

El recuerdo de la fogata llego a ambos. Mientras que la erizo de púas rosas trataba de calmar el golpeteo en su pecho, Shadow se mantenía tranquilo acariciando la púa rosada.

—Voy en serio, Rose. —Su voz se agravó un poco, o al menos eso sintió Amy— Te mostraré que soy muy superior a ese farsante azul.


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