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Luego de recibir una de las miradas más mortíferas de parte del erizo mitad alienígena, el Team Sonic respiro tranquilo al saber que su amiga se encontraba sana y salva a pesar de semejante estupidez cometida por cada uno de los ahí presentes.
Silver se deshizo en disculpas para con la erizo de púas rosas que no paraba de decir que solo había sido un descuido, nada de gravedad, pero con solo ver a Shadow que se mantenía detrás de Amy, el platino volvía a reafirmar su promesa de entrenarse mejor y no volver a cometer tal error, mucho menos cuando se tratara de ella.
La noche no tardó en hacer presencia haciendo que todos estuvieran de acuerdo sobre descansar en ese lugar hasta el día siguiente. Antes de tomar turnos para hacer guardia, Amy se ofreció para hacer la primera ronda. No todos estaban de acuerdo pero la fémina hizo oídos sordos quedándose sentada frente a la fogata mientras que los demás se iban a descansar un poco.
Shadow se mantuvo callado durante todo el barullo, no tenía ninguna intención de discutir algo que el decidiría hacer en el momento que se le diera la gana. Observó como el zorro se recostaba en una colchoneta al igual que Silver mientras que Knuckles se recostaba contra el tronco de un árbol cercano, mismo en el que Sonic trepaba para recostarse en una rama.
Amy se quedó viendo la fogata, perdida en sus pensamientos llamando su atención.
— ¿Qué sucede Rose? —La ajena se sobresaltó— Estas demasiado distraída, así no es como se hace una guardia.
—Es solo que... —Volvió su vista al fuego— No puedo creer que me derribaran tan fácilmente... Creí que me había vuelto un poco más fuerte.
—Fue culpa de Silver. —El nombrado dio un respingo en su lugar, aun dormido— Si se hubiesen centrado en su propia pelea nada de esto habría sucedido.
—Aun así... debí estar más atenta a lo que pasaba.
—Sucedió y ya. No puedes hacer nada para cambiarlo, Rose. —Cerró los ojos al mismo tiempo que la de púas rosas volteaba a verlo— Solo debes entrenarte más.
Amy sonrió suavemente sin dejar de mirar al ajeno. —Gracias, Shadow.
Se mantuvieron en silencio por algunos minutos, disfrutando de la noche y el calor de la fogata frente a ellos. Finalmente fue Amy la que estiro sus brazos y piernas mientras suspiraba con cansancio, cortando así el silencio.
—Lamento no haber cumplido mi promesa. Debía haber vuelto hoy a G.U.N. para preparar una cena deliciosa... Deben estar decepcionados...
—Rouge informó la situación. —Abrió lentamente sus ojos— Todos estaban por salir a buscarte cuando menciono que estabas desaparecida.
— ¿En serio? —No pudo evitar sonreír— Me siento tan halagada. Son tan amables.
—Le dije a Rouge que estabas bien y que todo fue culpa del idiota de Silver.
— ¿No vas a dejarlo en paz, verdad? —Murmuró.
—No deberías mal acostumbrarlos. —Volteo a verla— Son soldados que deben estar listos para sus misiones, no niños que cuidas por las tardes y preparas dulces a todas horas.
—Prepararles algo de comida no es mal acostumbrar a nadie, Shadow. —Reclamo cruzándose de brazos.
No dijo más, le sostuvo la mirada a la fémina que inflaba sus mejillas en un berrinche infantil. El viento volvió a soplar con fuerza haciendo que algunas hojas cayeran sobre ellos.
Shadow levantó su mano derecha, acercándola al rostro de Amy que debido a la sorpresa se quedó quieta, en espera de lo que fuera a hacer el azabache. La calidez de la piel del de vetas rojas atravesó la tela del guante hasta llegar a la mejilla femenina, ninguno se movió por un par de segundos para disfrutar de esa sensación.
Los ojos de Amy brillaron un poco más en contraste a la de Shadow que lentamente se opacó. La unión de sus miradas se mantuvo aun cuando la mano masculina se alejó de la mejilla ajena mientras sostenía una hoja que parecía haberse atorado entre las púas de Amy.
El sonido de pasos rompió el momento.
—Es mi turno de hacer guardia, ve a descansar un poco, Ames. Fue un día difícil para ti. —Sonic se mantuvo de pie a un par de metros de distancia de ambos erizos.
Amy volteó la mirada hacia el recién llegado dejando ver el notorio sonrojo sobre sus mejillas mientras que Shadow cerró sus ojos.
—Ve a dormir, Rose. —Soltó de entre sus dedos la hoja para dejarla bailar en el viento hasta caer en el suelo.
La nombrada no dijo nada, solo asintió con la cabeza suavemente antes de alejarse hacia su colchoneta mientras cubría sus mejillas con las manos intentando esconderlas y con ellos, apagar un poco su sonrojo y el nerviosismo que no sabía desde que momento sentía.
Una vez solos, Sonic sostuvo la mirada hacia Shadow que parecía tranquilo y sin interés en lo que acababa de ocurrir entre el y la fémina.
— ¿Y bien? ¿Qué es lo que esta pasando con Amy, Shadow?
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