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—Disculpa mi escepticismo, Amy. —La miró con cierta duda— Pero es tan difícil imaginar que alguien como Shadow pueda hacer ese tipo de cosas.
—Mi pequeño Shadow está creciendo~. —Se burló— Estoy tan orgullosa de él.
— ¡Las flores son muy bonitas, señorita Amy! ¿Verdad, mamá?
—Son encantadoras.
Amy había llamado a una "reunión de emergencia" a todas las chicas que conocía para pedirles consejo, aunque en realidad solo quería contarles sobre lo último que había ocurrido entre ella y Shadow.
—El señor Shadow fue muy amable al darle estas flores. —La pequeña conejita olía las flores con su pequeña mascota sobre su cabeza— ¡Huelen rico!
—Cariño, ve con Cheese a jugar al patio.
La menor no tardó en obedecer a su madre y junto a la pequeña criatura azul desaparecieron dejando solas a las cuatro mujeres.
—Entonces... ¿Va enserio? —Blaze miró fijamente a la anfitriona.
—Ajam. —Murmuró, recordando lo sucedido la noche anterior— Menciono algo sobre ser superior a Sonic...
—Bueno querida. —La albina cruzo sus piernas— Si comparamos...
—Shadow es más serio, responsable...
—Mejor luchador, más fuerte y más atractivo que la bola de pelos azul...
—También es, claramente, más inteligente que Sonic...
—Tiene sus momentos caballerosos, además que tiene entrenamiento militar y es el mejor de todos los agentes...
—Al menos él trabaja y gana dinero...
—Su paga es mejor que la mía, querida. Eso es mucho decir.
Amy escuchaba como Blaze y Rouge mencionaban los puntos a favor de Shadow, mientras menospreciaban a Sonic en el proceso. Una mano cálida se posó sobre su mano, sorprendiéndola, levantó la mirada hacia la coneja que le devolvía una sonrisa maternal.
— ¿Tu qué piensas, pequeña Amy? —Con movimientos suaves, acaricio la mano juvenil— ¿Qué piensas de todo esto?
—Yo... —Llevó su mano libre a su pecho, a la altura de su corazón— Estoy confundida.
—Lo entiendo, pequeña. —Habló con tono tranquilo— Tu amor por Sonic duró muchísimos años. Creciste, maduraste y le diste otro significado a ese cariño que le tenías. —Continuo con la caricia en la mano más pequeña— Aun eres joven y te quedan muchas aventuras por vivir, personas que conocer y... amores que sentir.
Vainilla sonrió con ternura al ver el sonrojo en aquella jovencita que consideraba una hija más. Estaba muy orgullosa de ella pues había superado ese amor infantil que, aunque fuese puro, tal vez no era el correcto. Ahora Amy estaba descubriendo las facetas del amor juvenil y eso la emocionaba muchísimo, aunque ciertamente no esperaba que la ojiverde pudiera interesarse en alguien como Shadow.
