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— ¿Esta segura que se encuentra aquí por voluntad propia y decidida a contraer matrimonio con Silver The Hedgehog?
Amy, Rouge y Blaze golpearon al mismo tiempo sus frentes al escuchar por quinta vez la misma pregunta mientras Knuckles y Sonic trataban de reprimir las risas cubriéndose la boca junto a Tails que solo negaba con la cabeza ante la actitud infantil de sus amigos.
Mientras que el pobre platino miraba con los ojos brillosos a la felina junto a el.
— ¿Quién contrato a ese monje?
—Silver me dijo que ese señor debía oficiar la ceremonia. —Susurró la de púas rosas a la murcielago— Me pareció lógico, es el monje del reino. Pero no esperaba que hiciera este tipo de cosas.
—Parece comediante de un bar de poca monta. —Ambas féminas se miraron a los ojos como si supieran que habian tenido el mismo pensamiento— No creo que Silver...
—El no, pero... —Sus miradas se dirigieron a Sonic y Knuckles que seguían cubriéndose las bocas— Esos idiotas...
—Matare a ese cabeza de piedra.
Tails trataba de hacer que sus amigos se mantuvieran en orden pero un escalofrió recorrió su espalda.
...Oh no...
—Fue su idea. —Dijo rápidamente en un intento por salvar su joven e inocente pellejo ante la "última broma" por parte del Team Sonic.
— ¿Puede continuar con la ceremonia, "padre"? —El tono de voz y mirada por parte de la princesa hicieron que el supuesto sacerdote tosiera nervioso ante de seguir con la boda.
—No puedo creer que sigan con sus estúpidas bromas aun en este día. —Murmuró Rouge, fastidiada— Parecen niños.
—Debí sospecharlo cuando estuvieron tan insistentes de adelantarse a la iglesia con Silver.
Rápidamente Rouge y Amy se levantaron de sus asientos y ante la mirada atónita de todos los presentes se llevaron al "monje" hasta una puerta que se encontraba detrás de algunos adornos y minutos después el verdadero sacerdote salía seguido de las féminas que no tardaron en fulminar con la mirada a Sonic y Knuckles que se paralizaron en su lugar.
La ceremonia se tuvo que hacer desde el principio pera esta vez con toda la legalidad eclesiastica.
Mientras la felina daba sus votos a un emocionado erizo, Amy sonreía alegre por sus amigos. Pasaron por muchísimas dificultades, peligros y problemas, pero lograron superar cada una de esas pruebas y ahora estaban juntos a punto de iniciar la más maravillosa y difícil aventura de todas.
— ¿Dónde esta Shadow, querida? —La murciélago cuestiono confundida— Pensé que estaría acompañándote.
—Ya lo conoces. —Le quitó importancia a la ausencia del azabache— Probablemente vaya a la fiesta o lo vea mañana.