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No sabía cuál era el plan de Shadow para aquella noche, simplemente le dijo que se preparara y que pasaría por ella en cualquier momento, así que Amy se había apresurado luego de despedir a las chicas y agradecerles por su ayuda y consejos para su primera cita con el erizo mitad alienígena.
Rouge le dijo que fuera lo más coqueta posible mientras que Blaze aseguraba que ir vestida de forma formal sería mucho más beneficioso, Cream sugirió usar un lindo vestido floreado desatando una discusión entre la albina y la de pelaje lila para darle los mejores consejos de vestuario y etiqueta en aquella velada, haciéndola confundirse muchísimo más de lo que ya estaba.
Finalmente la adulta simplemente le había sonreído y, aun sosteniendo sus manos con suavidad, aconsejado que usara lo que la hiciera sentir más cómoda, algo que demostrara quien era Amy Rose y la hiciera lucir tan preciosa como lo era su personalidad.
Con unas gracias sinceras y una promesa de contarles lo que fuera a ocurrir, Amy despidió a las féminas antes de correr por toda su casa para prepararse.
Opto por ponerse una falda lisa color beige hasta la mitad del muslo, un par de medias bajas color blanco con zapatos bajos en tonos celestes. Se puso una blusa sin mangas y botones en la espalda de color amarillo pastel con bordes blancos. Recogió sus púas en una coleta alta dejando sueltas las que enmarcaban su rostro.
Se miró en el espejo sonriendo alegre por su elección de ropa y peinado. En su opinión personal consideraba que se veía bastante bien. Caminó hasta su tocador de donde tomo su perfume y roció un poco en su cuerpo, había decidido no maquillarse demasiado; solo retoco sus pestañas y coloco un rosa pálido en sus labios, nada demasiado llamativo.
Para cuando miro la hora en su reloj, este marcaba las siete de la noche con veinte minutos. ¿A qué hora pasaría Shadow por ella?
En un intento por ignorar los nervios que sentía, tomo un libro para leerlo pero no paso de la primera página pues su vista se dirigía constantemente al reloj demostrándole que el tiempo transcurría y no había señal alguna del azabache.
— ¿Lo habrá olvidado? No, no, no... él no es así. Seguro que tiene una muy buena explicación.
El reloj marcó las ocho con treinta al mismo tiempo que el corazón de Amy se fracturaba por primera vez esa noche.
—Una buena explicación... —Murmuró sin despegar su vista del reloj— Quince antes de las nueve...
Se levantó del sofá lista para ir a su habitación a tomar una ducha, ponerse pijama, bajar de nuevo a la cocina, buscar el bote de helado más grande que tuviera y regresar a la sala para ver cualquier serie de terror hasta altas horas de la madrugada.
La puerta fue golpeada tan repentinamente que Amy dio un pequeño grito antes de salir de su ensoñación.
Rápidamente se dirigió a la puerta para abrirla y descubrir que detrás de esta se encontraba Shadow vestido con una chaqueta café para cubrirse del frío.
