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— ¡Tará! —Le extendió un trasto de plástico con cubierta de aluminio— ¡Te traje una tarta de manzana!
El silencio entre ambos erizos se extendió más de lo cordialmente aceptado. La fémina mantenía sus brazos extendidos sin dejar de sonreír al erizo que la veía sin ningún interés.
Finalmente el de vetas rojas cruzó los brazos sobre su pecho dirigiendo una mirada inquisitiva al objeto entre las manos femeninas. —¿Piensas envenenarme con comida?
— ¿¡Eh!? —Bajo un momento sus brazos antes de volver a alzarlos empujando con fuerza el trasto contra el rostro masculino— ¿Que tipo de persona crees que soy? ¡No soy como tú!
Sujetó el objeto entre sus manos mientras escuchaba los pasos de la jovencita alejarse por el pasillo segundos antes que los tacones característicos de su compañera se detuvieran justo frente suyo.
— De no ser por qué lo tienes embarrado en tu rostro, diría que eso era algo realmente delicioso. —La burla estaba plasmada en la voz de la murciélago que miraba divertida como el erizo azabache no despegaba la vista del traste de plástico— Esa lindura tiene su carácter. ¿Eh Shadow?
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