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— ¿Qué es lo que sucede con Amy, Shadow?

El crepitar del fuego de la fogata era el único sonido en medio de aquella conversación. El viento dejo de soplar y la noche parecía haberse detenido para dejar que ambos erizos hablaran tranquilamente sin ninguna interrupción.

Shadow abrió los ojos con una lentitud desesperante; al menos para Sonic, antes de mirar al cobalto que se mantenía en una pose altiva. El de vetas rojas se mantuvo callado, comenzando a alterar al ajeno.

— ¿Quieres responder de una maldita vez? —Exigió apretando los puños con fuerza— ¿Qué pasa contigo y Amy?

—Mis asuntos no te conciernen, farsante.

—Lo que tenga que ver con mis amigos, es asunto mío, Shadow. —Caminó para acercarse más al nombrado— Sobre todo si se trata de Amy.

— ¿Ahora fingirás que siempre te ha importado lo que sucede con Rose?

El cuestionamiento congelo a Sonic en el momento justo en que Shadow se puso de pie sin moverse de donde estaba.

—Siempre me ha importado. —Murmuró.

Ambos se miraron directamente a los ojos, Sonic lo desafiaba mientras que Shadow se mantenía estoico y sin interés. La calma en el semblante del azabache terminó por hacer enojar al cobalto.

— ¿Por qué...?

—Entonces díselo. —Colocó su mano izquierda hecha puño sobre la cadera— Deja de huir como un cobarde y habla con ella de frente.

— ¿Eh?

—Ten los pantalones para hablar de frente con Rose. —Levantó su mano diestra— No vengas a hacerme escenas de un celoso idiota por nada.

— ¿Celoso, yo? —Un sonrojo coloreo las mejillas del cobalto— ¿Quién dijo que yo estaba celoso? ¿Por qué tendría que estar celoso de ti?

Shadow miraba aburrido las muecas que hacia un nervioso Sonic luego de lo que le dijera. Espero con paciencia, descubierta gracias a que Amy solía tardar en hacer algunas cosas antes de sus pláticas nocturnas, a que su acompañante terminará con sus estúpidas especulaciones.

—... Yo no tengo nada...

—Entonces ve... —Señaló con la diestra la dirección en la que se había ido Amy momentos antes— y bésala.

— ¡¿Qué?! —El rostro de Sonic cambió de azul a rojo— ¡¿Qué estás diciendo, idiota?! ¡No haré eso!

— ¿No lo harás?

— ¡No puedo besarla! —Movió sus manos de arriba abajo con rapidez— ¡Nunca lo haría!

El azabache levantó una ceja, algo curioso por el giro de la conversación. — ¿Por qué?

— ¡Ella es mi mejor amiga! ¡No puedo hacerlo!

—Entonces. —Bajó su mano para poder cruzar los brazos sobre su pecho— No vengas a molestarme con tus estúpidos celos de amigo y deja a Rose hacer lo que se le dé la gana. No es una niña a la debes vigilar todo el tiempo. —Su mirada se afiló un poco— Si tú y tu equipo fueran más inteligentes hubiesen notado que ella tenía todo bajo control. Fue su culpa el que Rose terminará lejos de ustedes.

— ¿De qué hablas?

—Lo diré una sola vez, farsante. —El tono de su voz se agravo un poco— Rose decide que hace y con quien lo hace. —Le mantuvo la mirada al cobalto— Si es su elección venir conmigo, nadie lo impedirá, mucho menos tú. Así que te advierto que no permitiré que nos estés siguiendo o que envíes a cualquiera de tus inútiles amigos a vigilarnos.

— ¿Tu... estás de acuerdo con eso? ¿Qué Amy este contigo?

—No es de tu incumbencia, así que no te metas en mis asuntos. —Desapareció en un rápido destello de luz dejando solo a Sonic.

.

Reapareció en medio de la obscuridad antes de suspirar suavemente.

El silencio de su habitación en G.U.N. nunca le había parecido tan ensordecedor como en ese momento.

Sentía las manos arderle por las intenciones de golpear algo al no haberlo hecho con el erizo cobalto pero le había prometido a Rose no pelear con el de no ser necesario o al menos que ella no se enterará.

— ¿Creíste que no te vería? —Preguntó al aire mientras se sentaba en su cama en completa obscuridad.

Notó que Amy se escondía detrás de un árbol justo en el momento en que él había retado a Sonic a ir hasta donde se encontraba ella y... La sola idea de pensarlo lo incomodaba a niveles insospechados.

¿Qué hubiera hecho si el farsante se hubiese atrevido a hacerlo? ¿Lo habría golpeado? ¿Lo hubiese detenido?

Lo habría pateado hasta el otro lado del mundo para mantenerlo lo más lejos posible de ella. Después la hubiese llevado con él hasta G.U.N. y la habría mandado con Rouge el resto de la noche, pero tenía algo que hacer.

Debía preparar todo para los próximos días. Le mostraría al idiota de Sonic que no debía meterse en sus asunto... y Amy Rose era un asunto completamente suyo.


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