HATER (Au Larry Stylinson)

Capítulo 39

Harry: ¿En serio? (Dijo sorprendido)

Louis: Si amor, estoy muy felíz por él.

Harry: Espero que todo salga bien.

Louis: Estoy seguro que sí, pero ya sabes...

Harry: Si, no se lo digo a nadie, menos a Liam (Se acercó a Louis y le robó un beso)

Louis: Me encanta cuando haces eso.

Harry: Y a mí encanta hacerlo. Te amo.

Louis: Te amo más... ¿Sabes? Estaba pensando y nunca le dije enserio a alguien que lo amo. Con vos es muy diferente. Porque lo siento.

Harry: Se que me amas. Lo supe desde el momento en que lo empezaste a negar. 

Louis: Yo también lo supe desde ese momento. La puta madre, te amo, te amo un montón, Harry.

Harry: Y yo a vos mi amor. (Lo agarró de la cinura para aferralo a su cuerpo y poder besarlo dulcemente en los labios)

Louis: (Se separa del beso) ¿Vamos a un restaurante?

Harry: ¿No es mejor que cocinemos nosotros?

Louis: No se cocinar.

Harry: Yo sí, ¿Qué querés comer?

Louis: Milanesas con fideo.

Harry: Uh mira, justo eso no se cocinar. (Louis se puso serio) Mentira, amor. Vamos a comprar la carne y el fideo. Pero antes tenés que darme un beso.

Louis: Todos los que vos quieras con total de que me hagas milanesas...

CARNICERÍA

Louis: Hola, buenas tardes. (Saludó al entrar a la carnicería) ¿Venden carne?

─¿Sos joda?

Harry: Amor, es una carnicería. Obvio que van a tener carne.

Louis: Perdón, mala mía. Mejor compra vos.

Harry: Esperame en el auto.

Louis: Yo me quedo aquí. Porque veo que éste te tiene ganas. (Señaló)

─¿Qué flasheas flaco? Aunque está re bueno.

Louis: Si, viste... para, no seas boludo. Es de mi novio del que estás hablando. Ubicate.

Harry: Paren un poco, ya se que soy un papucho ahre, pero tengo un solo dueño y es éste enano de voz chillona.

Louis: ¿Cómo te quedó el ojo? (Miró al chico y este rodó los ojos)

─Son trescientos pesos. (Dijo el hombre de la caja)

Louis: ¿Trescientos pesos por dos milanesas locas? ¿Qué crees que nosotros cagamos plata?

El rizado sacó plata de su billetera y le pagó al hombre.

Harry: Vamos (Empezó a empujar a Louis hasta la salida)

Louis: Ni que estuvieran echas de oro para venderlas así.

─¡Raja de acá flaco!

Harry: Vamos, tenés que comer por eso estás idiota.

Louis: ¿A quién le decís idiota?

Harry: A vos, ahora subí al auto y ponete el cinturón si no querés salir volando por la ventana.