Capítulo 23

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Frank se quedó realmente sorprendido con lo que sus ojos le presentaban. Luego de horas habían llegado al hospital donde Gerard se encontraba. En su habitación vió al pelinegro dormir en la camilla, acostado boca arriba, dejando así a la vista su enorme vientre de cuatro meses, en donde descansaban sus dos bebés... Lágrimas bajaban de sus ojos avellanas, no sabía cómo sentirse, si sentirse bien porque luego de mucho tiempo iba a ser papá, o si sentirse mal porque había dejado solo al amor de su vida con todo esto.

— Quería que lo veas con tus propios ojos... — Murmuró Bob detrás suyo, ambos jóvenes se encontraban observando dormir al pelinegro — Cuando despierte tienen que hablar — Aconsejó el rubio de ojos azules. Frank se quedó estático en la puerta, no sabía si avanzar hacia Gerard o si quedarse mejor en donde estaba para no despertarlo, todo era tan extraño.

— ¿Por qué no me lo dijo?— Dijo Frank en un hilo de voz, ahora se sentía una basura por haberlo dejado solo por mucho tiempo.

— No sé...

— Yo sí sé — Ambos jóvenes voltearon a ver al menor de los Way, quien se encontraba con una expresión de enojo en el rostro al mismo tiempo que estaba cruzado de brazos, no entendía qué hacía el idiota de Frank ahí — Porque eres un maldito infiel que no merece a alguien como Gerard.

— Mikey — Bob quiso frenar al de lentes, porque después de todo no tenía razón en lo que estaba diciendo, Frank era inocente, él era la víctima de todo aquello.

— ¿Vas a defender a tu amigo el infiel, no? Él dañó a Gerard psicológicamente. Lo dañó tanto que hasta pensaba que era feo cuando no era así.

— Yo...

— ¡Tú nada!, ¡¿Quién mierda te crees que eres?!

— Sshh, tu hermano debe descansar — Susurró Bob para que el mayor de los Way no despertase. Mikey trató de calmarse un poco, no podía ver a Frank sin insultarlo, realmente le daban ganas de matarlo a golpes por todo el daño que le había hecho a Gerard, una persona tan buena...

— Este tipo me vuelve loco — Dijo Mikey algo molesto — Vete de aquí.

— Mikey, él tiene derecho a hablar con Gerard sobre esto — Intervino Bob.

— ¿Lo estás defendiendo después de todo lo que hizo?— Gruñó Mikey bastante enojado con todo, no podía creer que su novio defendiera a un tipo tan desagradable como Frank.

— Él no hizo nada, Mikey — Contestó Bob igual de enojado.

— Por favor no peleen — Murmuró Frank de forma triste, no se sentía bien — Esperaré afuera — Y sin más salió de la habitación donde Gerard descansaba, Mikey lo miraba con asco por haberse aparecido ahí después de todo lo que había hecho.

Frank se sentó en los asientos que estaban fuera de la habitación de Gerard. No podía dejar de sentir dolor en su corazón al haberlo dejado solo, por más que él no sabía sobre lo del embarazo, aún así siente que debió quedarse con él. Pequeñas lágrimas bajaban de sus ojos avellanas ante la culpa, no podía no sentirse una basura, simplemente no podía. Dos bebés... Su sueño siempre fue tener un bebé, más si ese bebé era de Gerard... Su melancólica sonrisa se ensanchó aún más al imaginarse a dos bebitos en los brazos del amor de su vida. El castaño pedía que por favor tengan los ojos esmeraldas como Gerard, y que también tuvieran su preciosa nariz y sus perfectos labios, y si no era mucho pedir que también tuvieran el mismo color de cabello.

Suspiró algo cansado, el viaje había sido algo largo y agotador, pero ahora que ya se encontraba al lado de su Gee, se sentía más que feliz y aliviado. Gerard embarazado de gemelos... ¿Cómo no sentirse feliz? Era todo lo que más quería en este asqueroso mundo.

Love of my life •Frerard•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora