15. Baile de medianoche

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—No tenías que ayudarnos, ¿sabes?

Durante varios segundos Willow se debatió si contestarle a Amity. Razones no le faltaban, en primera, hacerlo significaría iniciar una conversación que no quería tener y que probablemente la pondría de mal humor, además de que arruinaría su viaje que había sido tan tranquilo hasta ese momento, sobre todo considerando que solo estaban ellas dos. Ante su duda se recostó mejor en el asiento del coche, reflexionándolo, mientras observaba las calles iluminadas por las luces artificiales de la noche. Después de un rato suspiró, resignada a que tendría que hablar con la otra por simple educación.

—¿En serio? —replicó la omega con desganas—. ¿Qué iban a hacer tú y tus hermanos en ese caso?

Amity se puso algo tensa, quizá por la forma tan hostil en que Willow le devolvió la pregunta. Sin embargo, pronto se recompuso y siguió conduciendo como si nada.

—Si no distraías a Boscha, lo habría hecho yo.

Willow hizo un sonido afirmativo indicando que escuchó. Se tomó un tiempo para pensar en lo que Amity dijo y se sorprendió al darse cuenta de que no estaba tan enojada con esa respuesta, al menos no al punto que había esperado. ¿Por qué sería?, tal vez era gracias a los esfuerzos de la alfa en los últimos meses de intentar ganarse su perdón, su mirada de animal lastimado al estar juntas, o que cumplió a su palabra sobre tener a Luz cerca. Irónico, pero incluso con todo eso no se sentía lista para perdonarla.

—Tú tampoco tenías que llevarme al Grom, pero agradezco que me ahorraras el viaje de ida como uno de mis padres fue llamado a una cirugía de emergencia y el otro no sabe conducir —comentó Willow, creyendo que alargar esa plática un poco más no haría daño—. Aunque tengo la sospecha de que ahora piensan que estoy saliendo con un alfa de alta sociedad por el auto —explicó, recordando como su padre se mostró asustado al ver el vehículo desde la ventana a pesar de que le afirmó que no era una cita y que solo la estaban llevando.

—¿Debí bajarme?, yo...no sabía si les dijiste que volvimos a hablar.

—No les dije, así que hiciste bien —Willow se encogió de hombros—. Más tarde lo resolveré con ellos.

—Lo siento. —La alfa parecía muy arrepentida por el descuido.

—De eso a que me mandaran en taxi con un collar anti-marca, sin duda prefiero que piensen que estoy divirtiéndome como una persona de mi edad.

El comentario trajo algunas risas por parte de ambas chicas, que cesaron pronto al percatarse de lo surreal que era considerando la situación tan delicada entre ellas. Casi al instante Amity volvió a mirar al frente, esperando el cambio de un semáforo en rojo con más concentración de la necesaria mientras Willow regresó su vista a la ventana, un poco molesta por bajar la guardia y ser más amigable de lo normal. No era su estilo hacer sufrir a los demás, pero no quería dar esperanzas donde no las había. En ese sentido fue tonta al aceptar la invitación.

—Willow. —La alfa llamó su atención—. La verdad es que...quería hablar contigo.

—¿Sobre qué? —preguntó la omega por compromiso, porque ya sabía.

Amity permaneció en silencio, mordiéndose los labios, como eligiendo con cuidado lo que iba a decir —No hemos tenido la oportunidad de hablar mucho desde ese día que nos vimos en La Casa del Búho, cuando Lilith vino a darnos los resultados de los estudios de Luz, y bueno, yo quería...

—A no ser que quieras oír una negativa, no sigas —advirtió, cruzándose de brazos e imaginando esa disculpa en su cabeza.

—Más que tu perdón, solo quería decirte que lo lamento, —Al escuchar eso Willow frunció el ceño, un poco frustrada por el sentimiento de culpabilidad que le llegó por el tono lastimero y deprimido de la otra—, lo que pasó fue complicado y entiendo que estés disgustada conmigo.

Un evento inesperado [Lumity] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora