Un evento inesperado [Lumity] [Omegaverse]

20. Boda y celebraciones

—¡Nunca había visto a nadie tan hermosa, Boscha!

La alfa puso las palabras de Skara en duda, atribuyéndolas a una amabilidad falsa producto de ser algo parecido a una de sus damas de honor. Sin embargo, cuando las encargadas de dar los últimos retoques a su maquillaje se apartaron y le pidieron que abriera los ojos, supo que su amiga tenía razón. Se vio impactada frente al espejo, casi sin poder creer su propia belleza. Ella era bonita desde luego, era la primera en reconocerlo, pero nunca se había visto así de bien.

Bueno, era normal, no por nada era el día de su boda.

Aún impresionada se volteó al escuchar ruido a sus espaldas. Lo que encontró la dejó perpleja y sin saber como sentirse. Su madre, Skara, Amelia, Cat y las empleadas que la asistieron estaban aplaudiéndole con una enorme sonrisa, felicitándola, recordándole una vez más que esa era una fecha que había esperado por mucho tiempo y que debería estar feliz. Quería, no había nada que deseara más. Ese era su gran día, aquel donde se suponía que todo su trabajo y sufrimiento se vería recompensado.

Tristemente no era así.

—¡Boscha, estoy tan contenta! —dijo Amelia al borde de las lágrimas, acercándose a la chica a la par que tomaba sus manos con delicadeza—. Perdóname si llego a llorar, es solo que sé lo mucho que anhelabas esto y-...

—No seas tonta Amelia, recuerda que tenemos que hablar en medio de la ceremonia, así que no puedes llorar hasta entonces —la regañó Cat, aunque de forma gentil mientras dirigía su mirada a Boscha—. Felicidades, Bos, créeme que no puedo estar más feliz por ti.

—...Gracias a todas.

Boscha no sabía si subestimó sus dotes de mentirosa o si sus amigas estaban demasiado emocionadas, pero nadie hizo algún comentario sobre como le tembló la voz o lo falsa que era la sonrisa que les devolvió. Eso la hizo sentir mejor, al menos hasta que se apartó de Amelia y volvió al espejo, observando otra vez el resultado de sus largas horas de arreglo y conteniendo un suspiro al notar lo perfecto que su aspecto era, mucho más de lo que imaginó hace años cuando soñó con ella en vestido de novia, aunque ahora, además de infelicidad, podía ver angustia en sus ojos.

—Vaya, ya casi es hora. Chicas, ¿por qué no se adelantan y me dan un momento a solas con mi hija?

—¡Claro señora, aprovecharemos para ver que todo esté en orden por allá! —respondió Skara, tomando a Cat y Amelia del brazo para que la siguieran—. Nos vemos allá, Boscha.

Cuando las chicas y asistentes salieron del cuarto la alfa pudo sentirse segura en verdad y era irónico, considerando que las primeras vinieron con el argumento de darle apoyo emocional y ayudarla con sus nervios antes el evento. No obstante, menos personas significaban menos posibilidades de que alguien viera a través de ella y notara su malestar. Por suerte, su mamá al igual que sus amigas tampoco lo hizo, porque se acercó a ella con una alegría tan intensa.

—Hija, muchas felicidades.

Su madre la envolvió con cuidado entre sus brazos, no solo para no arruinar el trabajo realizado por las encargadas de arreglarla, sino para demostrarle su amor. Le acarició la espalda suavemente bajo su velo y el gesto en vez de consolarla la rompió un poco más. Incluso se vio tentada a derramar las lágrimas que había estado conteniendo desde la mañana, pero se rehusó a hacerlo porque entonces sí que se vería miserable.

—Después de un largo camino, por fin llegamos hasta aquí. —Su madre se separó un poco, lo suficiente para tocar y levantar la cara de su hija con ternura—. Hoy no solo será el día en que mis sueños se harán realidad, sino los tuyos, y todo es gracias a ti, Boscha. Estoy tan orgullosa de ti.