16. Descubrimientos

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Eda se miró con disgusto al verse en el espejo. Algo no andaba bien con su aspecto, aunque no sabía qué era. Después de pensarlo decidió desabrocharse el botón superior de su camisa y desordenarse el pelo, halagándose al ver el resultado. Ahora estaba mejor, lucía presentable y elegante, pero con un toque menos serio y que en definitiva se asemejaba más a como era ella. Contenta con su apariencia salió del baño para dirigirse a la sala, donde se encontraba Lilith hablando muy molesta con alguien por teléfono.

—No me importa cómo, solo arréglalo antes de que llegué —declaró su hermana a la persona detrás de la llamada, para enseguida colgar y recargarse en el sillón con una expresión de cansancio—. Ugh, estoy harta de esta gente que no puede hacer nada sin mí, ¿ya estás lista?

—Por supuesto. —Eda sonrió mostrando la ropa que traía puesta: un distinguido traje rojo que Lilith había seleccionado para la ocasión. Por su parte la mayor la observó entrecerrando los ojos, no pareciendo muy convencida, pero suspirando.

—Tu cabello es un desastre, pero estás dentro del límite de lo aceptable, así que está bien —respondió, regresando la vista al teléfono mientras contestaba unos mensajes—. Dame unos segundos y entonces podremos irnos.

—Sí estabas tan ocupada podría haber venido sola —se quejó Eda, sentándose en un sillón en lo que esperaba.

—Como socia de los Blight no puedo solo faltar y mandarte en mi representación, además, Odalia lleva organizando este anuncio disfrazado de fiesta desde hace meses, así que hoy pasará algo grande, estoy segura. —Lilith alzó su rostro para verla y la menor sintió un pequeño escalofrío en su espalda al percibir su voz llena de odio y desprecio—. Los Blight han estado haciendo muchas cosas a mis espaldas aprovechando nuestro acuerdo comercial, y hoy por fin voy a descubrir de que se trata.

Eda vio a su hermana volver al teléfono, así que aprovechó ese instante de silencio para mirarla fijamente y reflexionar en sus palabras. Era cierto que Lilith se había vuelto muy paranoica desde que Odalia terminó de negociar hace dos meses el trato que le ofrecieron, pero también debía reconocer que su hermana tenía un sentido muy agudo para los negocios. La verdad era que ambas tenían muchas razones para preocuparse; ella en especial se sentía inquieta, como si los Blight las pudieran apuñalar por la espalda en cualquier segundo.

—¿Crees que continúen con su fiesta como si nada?, digo, no están sus hijos —mencionó Eda, recordando que, al menos hasta donde ella sabía, los niños Blight todavía seguían escondidos en la casa del amigo de Luz, o eso le informó su hija ayer.

—Sí, estoy segura, según mis fuentes sus preparativos siguieron normal.

—Eso no tiene sentido, han pasado cinco días desde que huyeron. —Eda alzó una ceja—. Ya debieron darse cuenta de lo que sucede y pospuesto esto hasta encontrarlos.

—Lo sé, es ilógico, aunque es cierto que Odalia y Alador son de los que llevarían ese asunto con discreción, por algo que no haya noticia en los medios —reconoció Lilith, guardando su celular—. Supongo que averiguaremos que sucede una vez que entremos a esa fiesta.

Cuando la empresaria se levantó del sillón, Eda supo que el momento de partir había llegado. Con desganas la imitó y se acomodó su ropa antes de seguir a su hermana a través de la habitación de hotel, sintiéndose nerviosa por alguna extraña razón. Consideró enviarle un mensaje a Luz para tranquilizarse, verificar cómo estaba, pero sabía que estaba bien, que si algo sucedía le avisarían inmediatamente, así que respiró hondo intentando calmarse.

—Edalyn —llamó Lilith justo al llegar a la puerta—. Sé que ya lo sabes, pero quiero que te comportes y te controles.

—¿Cuándo no lo he hecho? —La mujer soltó una carcajada liviana en respuesta, esforzándose en bromear.

Un evento inesperado [Lumity] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora