Capítulo 14.5

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P.O.V ____

Al siguiente día, desperté de mal humor como lo hacía ya de costumbre vivir en este lugar. No me refería a la casa de los Thomas, claro que no, en realidad no había resultado ser tan malo como en otras situaciones, me refería, al estar atrapada en los años 60, algo que aún no lograba aceptar, y eso que ya cumpliría un año en este lugar. 

Cuando todos mis hermanos se fueron de la casa, y yo me quedé de tan solo 13 años para esperar a Cinco, recuerdo odiar ese lugar más que mi propia existencia, aunque era callado, no había nadie, Luther estaba en la luna, algo en mí deseaba romper con el poder que me mantenía puberta y salir corriendo por la puerta. 

Lo admito, en algún momento perdí la esperanza de volver a ver a Cinco, fue en ese preciso instante, en el que simplemente lo hice. Mis hermanos y yo teníamos alrededor de los 27 en ese entonces (27 con cuerpo de niña). 

Me aseguré de que Pogo o mamá no estuvieran cerca del lugar, papá y Luther no eran de preocuparse... quizás Luther un poco, pero fuera de eso, cerré la puerta de mi habitación, al igual que mis ojos, e imaginé el número "27" en mi mente, fue ahí, justo ahí, en el que me vi por primera vez no de 13 años. 

Por obvias razones una parte de mi se asustó al verme, sin embargo, la segunda parte solo se quedó sorprendida por lo que la imagen en mi espejo reflejaba. 14 años más en el tiempo, mismas facciones, por alguna razón había crecido conmigo el uniforme de la academia... aún lo sigo analizando, pero a pesar de todo eso, y de lo extraño, me veía bien, extrañamente bien. 

En ese momento, fue cuando tuve la idea de irme de la Academia, vivir mi vida, alejarme un poco de todo lo que había sido mi mala infancia, cuando de la nada, Cinco vino a mi mente. Los pensamientos de irme estuvieron microsegundos, nunca fue un plan concreto, pero mi amor por él chico ganó. 

Ahora quisiera poder poner en marcha mi plan, no tenía nada que me detuviera, excepto por el hecho de que tenía solo 1 poder de 3. Así que lo mejor era encajar para ver que pasaba y no lo sé, quizás en un futuro vuelvan los otros dos, al menos eso espero. 

En fin, estar en Dallas no era el mayor problema en estos instantes, lo era, al igual que mi hermano de acogido entrometido, sus sospechas crecían acerca de mí y de mi pasado, y eso era algo que debía cambiar de inmediato, comenzando con mi actitud hacia él. 

Para Austin, yo era una persona fría, sin sentimientos, egocéntrica, podía ser que en eso me había convertido, no obstante, eso me había causado todo este lío. Así que, si tenía que ser de la noche a la mañana, disimuladamente, me haría más unida a él, ayudaría más en la casa, en el sentido de no ser tan... yo, y al menos así causar un cambio. Eso no sonó a nada como yo. 

Hoy sería el día de visitar a Ray Chestnut, al otro lado de la ciudad, en la zona peligrosa donde casi nadie va, buscando a una persona que su hermana tenía planeado, y que no tenía que ver nada con nosotros. 

–Entonces, mis padres siempre se van a las 7 para mirar televisión– decía Austin susurrando –se pierden por lo menos 3 horas–. 

Asentí –okay, ahí es cuando tú y yo...–. 

–Exacto– completó sin dejarme terminar –ahí es cuando tú y yo nos vamos al Sur de la ciudad–.

–¿Cómo es que pensamos irnos?–. 

–Nuestro chofer nos ayudará–. 

Ladeé mi cabeza –¿y no le dirá a tu padre?–. 

Negó sonriente –me ofrecí a llevar a su hija a su baile de invierno si no decía ni una palabra–. 

–El chantaje es bueno–. 

–Si que lo es–. 

Así como todas las miradas que había recibido durante toda la mañana, por no se que vez, Austin me dirigió una expresión de confusión que trató de disimular por la misma que le dirigió su madre al darse cuenta que no estaba poniendo atención a la lección que ella le daba. 

Era algo entendible, pues como lo había mencionado anteriormente, mi actitud hacia él había comenzado a cambiar. No sólo con él, si no con toda la familia. 

–____– habló después de un largo silencio –¿estás bien?–. 

–¿Por qué preguntas?– respondí tranquila.

Frunció el ceño –algo escondes–. 

Sonreí –claro que no, no tengo que ocultar todo lo que me pasa–. 

–Llevas haciendo eso desde que llegaste aquí–. 

–Quizás decidí darles una oportunidad–. 

–¡Suficiente!– gritó la Sra. Thomas haciéndonos sobresaltar –Austin, deja a la pobre niña, no siempre tienes que jugar al detective, y ____ en serio te agradezco que nos des una oportunidad, significa mucho para nosotros– miró mal a su hijo –¿no es así, Austin?–. 

Él rodó los ojos –si, así es–. 

–De acuerdo– sonrió tranquila –sigamos con todo esto–. 

Después del regaño por parte de la Sra. Thomas, bueno "mini" regaño a su hijo, porque la entendía, Austin también podía ser un gran dolor de cabeza, nos dispusimos a seguir con la clase del día de hoy, donde me enseñaron un tema que mi padre nos obligó a aprender... al igual que siempre. 

En fin, el encuentro con Raymund era esta noche, admito que me encontraba un poco nerviosa. Tenía el presentimiento de que algo pasaría en ese lado de la ciudad, algo bueno, pero al mismo tiempo malo, la pregunta es ¿qué?


No. 5 and No. 8 || Five Hargreeves [#1 y 2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora