Capítulo 31.2

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Al día siguiente me removí entre las cobijas de la cama al lado opuesto donde daba el sol, no había cerrado un ojo en toda la noche, los gritos y las voces aparecían en mi cabeza cada vez que intentaba hacerlo, había sido un infierno dormir, más que las veces cuando papá nos hacía usar cables en la cabeza.

Todos mis sentidos estaban alerta, lo que había pasado la noche anterior se había convertido en algo que había aceptado, un recuerdo vago, todo menos mi mirada encontrada con Cinco, aún creía que había sido una alucinación.

No lo era, no lo vi durante meses. Pero él era más que real, usaba el uniforme de la Academia al igual que siempre, todo en él se veía igual como en el teatro, parecía como si el tiempo para él no hubiera pasado, quizás acababa de llegar, quizás simplemente estar en el futuro no lo hace crecer.

Pasé el resto de la mañana en cama, no salí a desayunar, ignoraba a los Thomas de una forma en la que sabía que no se lo merecían, sin embargo, no podía soportar sus preguntas ahora; al único que recuerdo ver fue a Austin y al ama de llaves, que se pasaban por mi habitación, una para traerme la comida y él otro para asegurarse de que siguiera viva según él.

Me comprendía.

Mi día rondaba lleno de dudas y confusión, cosa que así planteaba hacer, no obstante, fueron interrumpidos mis pensamientos cuando escuché varios golpes en mi puerta y la voz de una mujer aparecer.

"____" la Sra. Thomas "¿puedo pasar?".

Incorporé mi cuerpo en la cama, sabía que no tenía opción ahora, por más que mi humanidad estuviera apagada, estaba consciente de que la Sra. Thomas no se merecía esto.

–Pase–.

La puerta se abrió con cuidado, dejando ver a la mujer sonriente rubia, la cual entró y se sentó frente a mí en la cama.

–¿Cómo te encuentras?–.

–Bien– mentí –muchas gracias–.

–Escucha, sé que los eventos de anoche fueron traumáticos para una niña de tu edad– si tan sólo supiera –pero tengo una noticia para ti, tienes visitas–.

La miré extrañada –¿tengo visitas?–.

Asintió –un joven bastante apuesto de cabello largo con barba y una actitud peculiar, que dice ser tu hermano ¿eso es cierto? No te puedo dejar ir con un desconocido–.

No fueron más de dos segundos en cuánto sabía a quien se refería la Sra. Thomas, nadie más estrafalario pudo haberse descrito de aquella manera.

Relamí mis labios –¿acaso el nombre de este joven es: Klaus?–.

–Lo conoces entonces–.

–Es mi...– titubeé un poco –...hermano mayor–.

–Dijiste que no tenías familia...–.

–Lo siento, Sra. Thomas, la familia es complicada– interrumpí.

La mujer frente a mí me miró sorprendida, desconcertada por mi actitud tan repentina, decirle más de 10 palabras en una sola plática era algo nuevo para ella, sabía que no se lo esperaría, pero todo cambió de un instante al otro, cuando su expresión apagada cambió a una sonrisa, manera en la que lo hizo fue la que me causó escalofríos, mas sin embargo, conociéndola, tenía la sensación de que no sería malo.

–Es tu hermano mayor– dijo mientras ponía una mano sobre la mía –me alegra saber que tienes familia–.

Sonreí falsamente –sí, también a mí–.

–Bueno– se levantó de la cama –te dejo para que te cambies, ese joven Klaus mencionó algo sobre salir contigo, para tomar el tiempo perdido en familia–.

–De acuerdo–.

La Sra. Thomas salió de la habitación con su misma sonrisa que siempre, y para ser sinceros, no puedo creer que me haya dejado salir con un completo extraño para ella, por la forma en la que describió a mi hermano sabía que era él, pero pudo haber sido cualquier otra persona que tuviera malas intenciones. 

Eso quería decir que la mujer tenía un nivel de confianza impresionante, algo que no muchas madres tenían en esta época; así como mencioné antes, la mujer irradiaba paz y felicidad, que con una sonrisa de podía cambiar el humor en tan solo cuestión de segundos, compartirte una sonrisa, y me cuesta un poco admitir, que había ablandado mi humanidad, sólo un poco. 

Al restarle importancia al asunto, me levanté de mi cama, estiré un poco mi cuerpo, e hice mi paso hasta el clóset para poder sacar algo de ropa que no fueran mis pijamas, y alistarme con lo que pudiera para salir con Klaus, si es que sí se trataba de Klaus. 

No. 5 and No. 8 || Five Hargreeves [#1 y 2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora