Capítulo 35.2

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Y ahí estaba, mirando todo desde el exterior, con las manos sobre el vidrio, y la cara de confusión que ya me había acostumbrado a ver desde hace mucho tiempo, que sigue siendo molesta en todos los sentidos, y más por las novias razones que sabía, en cuánto llegara a casa, o en cuanto me lo topara, el bombardeo de preguntas comenzaría, así como una infinidad más de dudas a resolver. 

Rodeé los ojos abrumada, a la vez que dejaba de bailar con mis hermanos. Dejándolos a ellos a un lado, hastiada caminé hasta la puerta del salón de belleza, tomé la manija para abrir, para al final salir con el individuo que nos observaba desde afuera. Parecía cansado, sudado y su boca temblaba por alguna razón, sus ojos me observaron con extrañeza y a la vez alegría. 

Lo que causó a que las palabras de mi hermano Klaus, dichas hace unos momentos justo antes de desgraciar nuestra vida y ponernos a bailar, volvieran a mí, el momento cuando Klaus dijo: "está enamorado de ti". 

–¿Qué haces aquí?– le pregunté tapando mis ojos del sol. 

El alcohol que había tomado había causado irritabilidad en mis ojos. 

–¿Estás ebria?– preguntó él. 

Solté un bufido –no... tal vez–. 

Alzó las cejas –no puede ser–. 

–¡Hey, cálmate ricitos de oro!– le grité mientras quitaba mi mano –ahora dime que haces aquí–. 

–Te vine a buscar ¿no es obvio?–. 

Miré a mi alrededor confundida –me fui hace un par de horas, no es como si estuviera muriendo ahora–. 

–Bueno, perdóname por querer asegurarme que estuvieras bien–. 

"Está enamorado de ti". 

Ninguna persona se puede enamorar en tan poco tiempo de alguien, por mas cercanos que sean, incluso si viven en la misma casa, tal fue mi caso con Cinco y ahora con Austin. Parecía que era una maldición que me perseguía a mí constantemente y no tenía planes de parar; tener algo con él chico que vivo que es mi "hermano", pero a la vez no lo es. 

Sacudí mi cabeza de un lado a otro, tratando de sacar esos pensamientos que me tenían abrumada, para después mirar a Austin, y morder le interior de mi mejilla. 

–¿Cómo me encontraste?– le cuestioné con firmeza. 

Encogió los hombros –no te seguí, pero cuando vinimos a la protesta tenía el presentimiento que te encontraría en esta calle, aunque lo imagina más tú estando sola, no con otras tres personas–.

La historia de Austin parecía muy convincente para ser verdad, aunque había algo de ella que no me convencía del todo, empezando por el hecho de que lo conocía, y no me sorprendería que aquello fuera una mentira. 

–Me seguiste ¿no es así?–. 

Rascó su nuca –sí, te seguí–. 

–Lo sabía–. 

–¿Qué esperabas? Me preocupas, te fuiste con un hippie que se dice ser tu hermano–. 

–Es mi hermano–. 

–Como sea, solo quería asegurarme de que estuvieras bien–. 

El opaco a mi humanidad apagada, el comentario de Austin había hecho que ese interruptor comenzara a sacar el lado que me había costado apagar, así como todas las otras veces en las que casi sucede, y desde que volví a ver a mis hermanos, el evento de aquello era más común de lo que antes pasaba. 

No. 5 and No. 8 || Five Hargreeves [#1 y 2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora