Capítulo 21.2

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Me quedé parada en medio del comedor, sin decir ni una sola palabra, buscando en mi cabeza alguna respuesta lógica para no quedar como una idiota frente a mi hermana que hace meses para mí no veía y que ahora estaba pidiendo mi ayuda. Ella no sabía que no podía ayudarla, que no podía hacer nada, a menos que pidiera un monstruo que asustara a toda su calle e incluso la ciudad, no podía traer o saber el paradero de Ray. 

Tenía dos opciones ahora, buscar una buena excusa bastante creíble que llegara a convencerla o simplemente decir la verdad, sin embargo no creo que esté lista para una noticia de este peso en estos momentos, sería algo más de que preocuparse, y ahora lo primordial para ella, era Ray, y nada más Ray.

–¿____?– me llamó por segunda vez –ayúdame, por favor–. 

Apreté mi mandíbula –um... no, no, no puedo...–. 

–¿No puedes?–. 

–No tengo la suficiente energía para pedir un deseo ahora–. 

Frunció el ceño confundida y cruzó los brazos –pero si tú nunca has necesitado recargar energía–. 

–Vietnam– solté pues fue lo primero que llegó a mi cabeza

–¿Vietnam?–. 

Asentí –Vietnam y este viaje a los 60s me desgastó, ahora no puedo desear cosas siempre, los viajes en el tiempo me afectaron más de lo normal–. 

Esperando a haber sonado bastante convincente, pues a mi parecer si lo había logrado, Allison quitó su expresión fruncida para después soltar un ligero suspiro y asentir aceptando mis palabras. 

–De acuerdo– caminó hasta su teléfono –si necesitas energía, hay comida en la cocina y puedes dormir en el sofá...–. 

Allison señaló el sofá de su sala, sin embargo, antes de que pudiera terminar su oración, se quedó callada al ver a mi otro hermano recién aparecido, Klaus, acostado en él, roncando y durmiendo como si no hubiera mañana, con la voz abierta y en una posición que podía considerarse incómoda, no obstante, no lo era para él en estos momentos. 

He de admitir que me había enfocado tanto en Allison que por un momento me había olvidado de Klaus, él hermano con que el que viví diferentes experiencias a lo largo de mi vida, él que más quería de una forma diferente a los demás, incluso Cinco, mi amor por Klaus iba más allá de sólo ser hermanos; extrañaba esto, su forma extraña de dormir, sus comentarios fuera de lugar que esperaba seguía haciendo, y ahora con cabello largo se veía extrañamente bien, Klaus estaba aquí, durmiendo, ignorando sus problemas. Se sentía como en casa. 

... 

La mañana llegó en un abrir y cerrar de ojos, había dormido en un una esquina del sofá con las piernas de Klaus sobre las mías un poco incómoda por la posición en la que me encontraba, y además de que era la primera vez que dormía de esta manera, ya que era muy diferente vivir en una cama de más de 500 dólares a un sofá con mi hermano que vivía la vida al máximo. 

Desperté por la voz de Allison hablando por teléfono a lo que se escuchaba era con uno de los hospitales a los que había llamado desde que llegamos a su casa, la preocupación en su voz seguía presente, al igual que la ansiedad de sus movimientos, mi hermana había pasado toda la noche buscando al hombre que amaba, y eso había sido una de las cosas más lindas que la había visto hacer en toda mi vida. 

–Buenos días, pequeña ____– escuché a mi hermano hablar con la voz somnolienta –cuánto tiempo–. 

Solté una pequeña risa –no me llames así–. 

–¡Oh, cállate!– grito mientras se incorporaba en su propio lugar –ven aquí–. 

Rodeé los ojos para después acercarme más a Klaus, donde sin pensarlo dos veces lo abracé lo más fuerte que pude, soltando ese alivio que mi cuerpo buscaba desde que aterricé en 1963; loa abrazos de mi hermano favorito siempre eran lo más reconfortantes, de todos para decir verdad, sin embargo, mi relación con Klaus hacía este momento aún más especial. 

–Creí que...–. 

–No me vengas con esa mierda de que creíste que estaba muerta– lo interrumpí. 

–Jeez, ahora vienes con una actitud diferente– dijo mientras me soltaba un poco del abrazo –pero me encanta–. 

Suspiré –algo diferente ¿qué hay con el cabello largo?–. 

–Oh ¿Te gusta?– respondió moviéndolo –decidí dejarlo largo para dar una buena impresión con mi comunidad–. 

Sacudí mi cabeza confundida tratando de analizar las palabras que habían salido por la boca de mi hermano, si no es que me había vuelto completamente loca, creí haber escuchado "comunidad" en su frase, y si no mal recuerdo, cuando palabras como esas provenían de Klaus, no creo que signifique algo muy bueno. 

–¿Comunidad?–. 

–Comunidad Espiritual Alternativa– respondió –"Destiny's Children"–. 

Ladeé mi cabeza a un lado –¿qué ese no es el nombre de...?–. 

–Si, pequeña ____...–. 

–No me llames así–. 

–... pero aún le falta mucho tiempo a esta gente para llegar a los 90–. 

Una parte de mi quería saber más acerca de esta comunidad que Klaus había creado, sin embargo, la otra pedía a gritos que no preguntara más sobre el tema. Aunque podía tener una idea de que trataba esto, ya que una comunidad espiritual alternativa es otro nombre para llamar a un culto "culto", conociendo a mi hermano, tenía la idea que alguna vez en su vida haría algo relacionado con este, pero no creí que fuera tan pronto o en otra década completamente diferente. 

Aunque era más probable a que sucediera aquí que en cualquier otro tiempo, ya que en tan solo 7 años comenzaría la tendencia en el país de crear cultos, dando paso a uno de los más importantes, el que en el 78 causó un suicidio colectivo de ellos. No obstante, conocía a Klaus, y sabía que hacía esto solo por diversión, y no causaría las muertes de miles de personas con jugo de frutas. 

–¿Qué me dices de ti?– preguntó él –¿quién era ese chico lindo, guapo, alto, rubio, con el que estabas anoche que no te dejaba venir?–. 

Arqueé mis cejas –sí, bueno, es mi "hermano" Austin–. 

–¿Hermano?– asentí –¿papá adoptó a alguien más y no tenemos idea? ¿Ahora somos 9?–. 

–¿Qué?– fruncí el ceño extrañada –no, no, no, no, es mi hermano... acogido, vivo en su casa temporalmente–. 

–Entonces ¿eres de esos niños que van de casa en casa por qué no tienen donde vivir?–. 

–Si lo pones de esa forma...–. 

–¿Por qué no usas tus poderes para... ¡volar! de eso como siempre lo haces?–. 

Volví a apretar mi mandíbula para después soltar un suspiro pesado, le hice señas a mi hermano con mis ojos tratando de ponerlo en contexto sobre lo que me sucedía en cuestión a no tener poderes, sabía que en cualquier momento lo comprendería y si le pedía guardar el secreto lo haría sin importar que. 

Después de varios segundos, Klaus formó una "o" con sus labios, asintió lentamente y se quedó mirando a la nada mientras chasqueaba su lengua. 

–Tienes mucho que explicar–. 

–Lo sé–. 




No. 5 and No. 8 || Five Hargreeves [#1 y 2]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora