― 32. Comunidad.

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CAPITULO 32

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C o m u n i d a d
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|| Eva Ross ||

Duncan viene por mi después de la entrevista, paseamos por una calle rodeada de casas, incluso vemos un parque y algunos niños.

— Oye, — Dunn me pone una mano en el hombro, — ¿qué tal fue la entrevista?

— Bien, si, creo que pasé, pero... es, raro, quiero decir, estaba tan acostumbrada a una vida complicada y Alexandria es, común, como antes, casi parece...

— ¿Seguro? — dice completando mi frase, solo asiento sin decir ninguna otra palabra.

Duncan se detiene frente a una gran y hermosa casa, parece de ensueño, en la puerta se encuentra una mujer rubia, parece guapa y agradable.

El único problema que tiene es que, al voltear y vernos, pone la misma enorme sonrisa que todos en este lugar. Me mira con unos ojos llenos de emoción y alegría.

— Hola, bella —me habla, me abstengo de rodear los ojos, o de sacar un arma y dispararle en la cabeza, me encojo de hombros en su lugar y evito la mirada — bueno, Rick, fue un gusto, ya saben, si necesitan algo, estamos para ustedes.

— Gracias, de verdad — Duncan a mi lado le extiende la mano a la mujer rubia — solo que, electricidad, duchas, cortes de cabello, nunca pensamos que los veríamos de nuevo.

— Vamos, los cortes de cabello nunca se irán, y... está bien si aún no se sienten a gusto con esto, tómense todo el tiempo que necesiten. Nos vemos luego.

Cuando la mujer se aleja, levanto la vista, un hombre nuevo nos recibe en la entrada de la gran casa. Es Rick, lo sé, pero sin suciedad, sin barba, incluso me sonríe un poco, sus ojos se ven más azules que nunca, me ayuda a entrar a la casa.

— Parece que has encandilado a la pobre Eva — Michonne se acerca con una sonrisa, trae un poco de pasta dental en las comisuras de los labios, usa una bata de baño, pone el antebrazo en el hombro de Rick, yo aún los veo sorprendidos.

— ¿Por qué no te bañas? — me habla Rick — esteremos aquí esta noche, nos quedaremos en la misma por hoy.

Mientras Duncan lleva mi silla a lo que parece una ducha, no dejo de mirar hacia las dos personas que nos recibieron, Rick y Michonne parecen personas completamente diferentes, personas del antiguo mundo.

No dejo de pensar en este lugar mientras me baño, el agua caliente me abraza cada músculo, se lleva toda la suciedad, vuelvo a ver mi piel blanquecina, pero también los raspones en las rodillas, los cortes en los brazos, las marcas en mis piernas, en mi abdomen.

Toco este de más, un hijo, estoy engendrando un bebé, un bebé que no tiene la culpa de lo que me hicieron, pero no por eso debo obligarlo a vivir en un mundo así.

Guerra Mortal ►Carl Grimes [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora