Guerra Mortal ►Carl Grimes [2]

― 12. Porque.

『CAPITULO 12』

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↻ P o r q u e
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|| Carl Grimes ||

La luz del sol entra por la ventana, los gruñidos de los caminantes se escuchan a lo lejos. Algunos pájaros y ardillas suenan, al abrir mis ojos, no puedo contener una sonrisa, el rostro de Eva está tan cerca del mío, en el último año y medio no había tenido un sueño tan placentero, me encuentro... feliz.

Ella comienza a abrir sus ojos, el iris gris brilla cuando me mira, también me sonríe ― Hola... ― me susurra.

― Hola... ― le digo aún con una sonrisa. Cuando intenta levantarse, la tomo de los hombros y la obligo a recostarse de nuevo en mi pecho, suspiro, de esos respiros que te llenan de paz el alma, aunque sea por unos momentos porque sabes que no tendrás tiempo para uno igual dentro de un rato.

― ¿Crees que podamos quedarnos en la cama por un día? ― murmuro, mientras intento quitar el sueño restante.

― Michonne aun no ha aparecido, creo que necesitamos encontrarla, puede estar en peligro ― ella habla, pero aun sin mirarme. Parece preocupada, luce... tan tierna, acabada de despertar. Me pregunto... ¿cómo habrá sido en el antiguo mundo? ¿nos habremos encontrado?

Cuando la veo atarse los tenis, es que me doy cuenta, yo... ya me enamoré, no siento que sea como Avery... de verdad Eva es la correcta, es... perfecta, aun con sus defectos y con cada uno de sus pecados.

Camino hacia ella, la abrazo por la espalda, ella parece pensativa, recarga su cabeza en mi hombro, la veo preocupada, parece no tenerle fe a Michonne, yo sé que la mujer es fuerte. Cuando pongo mi barbilla en el hombro de la chica frente a mí, me llega el vago recuerdo del día de ayer.

No era mi intención haber pasado el incidente del baño, pero cuando me duchaba, una sonrisa apareció en mi rostro. Recordar su pequeño cuerpo desnudo pegado al mío. Aun evitando que mis manos la tocaran de manera indebida, disfruté el pequeño momento.

En este momento, con ella frente a mí, mirando hacia la nada, me impulsa a comenzar a besar su cuello. La siento suspirar, eso me saca otra sonrisa, su piel tersa está limpia por el baño de ayer. Justo anoche, el tenerla conmigo, soportando mis lágrimas, en un momento de extraña depresión, me hizo quererla más.

Si ella está enamorada de mí, ahora que la correspondo, ahora que me he quitado la venda de los ojos, podemos estar juntos. Eso la haría feliz, y si ella lo es, yo lo soy.

La volteo de un movimiento, mis manos bajan de sus hombros hacia su cintura, la beso con un poco de desesperación. Nunca habíamos tenido un momento de relativa paz. Por primera vez, estamos disfrutando un momento.

Cuando mis manos levantan un poco su blusa, una corriente eléctrica viaja por todo mi cuerpo, me pone, solo con el roce de las yemas de mis dedos con un poco de su piel.