Guerra Mortal ►Carl Grimes [2]

― 11. Baño.

『CAPITULO 11』

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↻ B a ñ o
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|| Eva Ross ||

Pongo un poco de alcohol sobre la pierna de Rick. Él se ha desmayado hace unas horas, el sol ya no es visible fuera de la casa donde nos encontramos, al salir de la prisión Michonne nos indicó este fraccionamiento vacío, hemos esperado a que alguien de nuestro grupo haya escapado.

Antes de que anocheciera Michonne ha ido a revisar los alrededores, dentro de la casa encontré un poco de alcohol para tratar la herida de Rick, lo hemos acostado en el sofá. Carl está en la cocina intentando hacer que un Walkie Talkie funcione.

― ¿Cómo está? ― Carl sale de la cocina, estoy poniendo un pedazo de tela sobre la pierna de Rick, el rostro del hombre está un tanto desfigurado, el gobernador lo ha golpeado mucho, es lo más cercano a una figura paterna que tengo, no puedo soportar verlo así.

― Sobrevivirá... ― no digo nada más, me levanto para revisar el baño de la primera planta por si acaso hay un poco de agua que pueda usar ― no hay agua... — informo.

― ¿Crees que podamos dejarlo solo? Para buscar en otra casa... ― Carl me mira desde el marco de la puerta de la cocina, parece cansado, triste, está cruzado de brazos, su camiseta está llena de suciedad, dentro de la prisión nos bañábamos constantemente, he anhelado una ducha desde anoche.

― Podemos... tendríamos que cerrar bien puertas y ventanas ― digo para dirigirme a una llave inglesa oxidada. Carl toma el arma de Rick, hemos salido de la prisión sin comida, sin armas, sin municiones, sin nada.

Me cuelgo una mochila desgastada y salimos por la puerta trasera de la casa, Carl va delante de mí, su entrecejo me indica que está concentrado en lo que sea que esté pensando, el viento es cálido, pero aún así me abrazo, justo hoy en la mañana estaba dormida en mi celda.

Carl entra a la casa vecina, apunta con el arma de Rick con una mano y en la otra trae una linterna eléctrica que no da tanta luz como esperaba, él me indica con la cabeza que revise el baño, al abrirlo el cuerpo de un caminante me sorprende, quiero gritar, pero de inmediato el cuerpo cae.

Lanza gruñidos hacia mí, pero no se levanta, no puede, la persona que alguna vez fue, murió en el baño, con los pantalones bajos, no puedo imaginar el día tan cotidiano que debió haber llevado para después morir de esa manera.

Mi mente borra todos los pensamientos cuando Carl lo remata clavándole un cuchillo de cocina en el cráneo. Él me mira serio, pero no dice nada, me quita con delicadeza la mochila que cuelga de mis hombros, se va a la cocina.

Yo subo las escaleras para revisar el segundo piso, no hay luz dentro del pasillo, sólo por una ventana entran los rayos de la luna, el silencio parece quemar el aire, al encontrar el baño, cierro la puerta, parece limpio, lo más limpio que podría estar un baño abandonado, mi sonrisa se ensancha cuando descubro que si hay agua.