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Sentía mi cuerpo despertar poco a poco, pero cada extremidad se sentía rota y adolorida, cada parte de mi estaba vendada, intentaba moverme, pero al hacerlo quería gritar del dolor tan agudo que sentía, al intentar gritar sentía algo atorado en mi garganta que no me permitía emitir ningún tipo de sonido.

Solo podía escuchar como personas se movían de un lado a otro a mi alrededor, y como igualmente algunas voces murmuraban y exclamaban. Una voz un algo gruesa llamó mi atención al igual que un aroma a nardo el cuál definitivamente pertenecía a un alfa increíblemente embriagante el cual me hizo por un momento tranquilizarme olvidando la desconcertante situación en la que me encontraba.

-¡Haga lo que sea necesario pero salvelo!- Escuché gritar al alfa de voz gruesa dueño de aquel aroma, me sentía confundido al no poder ver nada de lo que pasaba desorientadome.

Después de unos momento sentí que alguien se acercaba, intente llamar su atención, pero lo único que sentí fue como me hacían ingerir medicamento a través de mis labios que logró calmarme, sintiéndome calmado y mareado a la vez dejándome dormido en unos minutos.

[...]

No tuve idea de cuando tiempo pasé en ese estado pero en la espesa neblina de mi mente solo podía pensar en mi madre ¿Estaría bien? ¿Sabía de mi estado? Esas preguntas no dejaban de atormentarme junto con la gran interrogate de ¿Qué había pasado?

Luego de muchos intentos finalmente pude abrir los ojos, llevaba días y horas intentándolo sin cesar. Mis pupilas dolieron al exponerse a la cegadora luz blanca de la habitación aumentando mi desorientación. Luego de varios parpadeos y un leve dolor de cabeza pude enfocar a un médico, supuse por su bata blanca hablar con alguien afuera de la habitación sin llegar a percatarse de mi situación actual.

-Las cuerdas vocales del paciente están bastante dañadas, no se si algún día pueda volver a hablar, podría recibir terapia pero las esperanzas desgraciadamente son bastante bajas. Aparentemente su aroma también sufrió un cambio producto del fuerte impacto tanto físico como mental haciendo a su omega sentirse desorientado cambiando de aroma ante ello- Eso me cayó como un balde de agua fría y me ponía los pelos de punta el solo pensar que no podría lograr volver a hablar, no entendía a que se refería con "cambio de aroma" había nacido con un mismo aroma, nunca lo había cambiado, mi mente estaba en un completo lío. La desesperación me empezó a carcomer junto con la impotencia ¡Necesitaba ver a mi madre!

Logré sentarme en la incomoda camilla recibiendo un fuerte dolor de cabeza producto de hacerlo tan abruptamente. Podía ver qué la mayoría de los vendajes ya no estaban, solo quedaban algunos en mi cabeza, finalmente podía ser un poco libre, pero lo único que ahora estaba en mi pensamiento era el saber el estado y dónde estaba mi madre, pero no la logre ver por ningún lado.

En el momento que me dieron de alta, ví que un hombre estaba esperándome en la puerta de la habitación. Aparentemente era el mismo alfa con voz gruesa y ese extraño aroma a nardo. Analicé su rostro con la mirada tratando de hallar parecido con alguna cara que antes hubiera visto, pero no ¿Acaso era algún conocido de mi madre? Aquel extraño poseída una quijada bastante marcada, sus cejas eran bastante pobladas, tenía una nariz recta casi perfecta con un diminuto lunar en su punta y su cabello rubio se veía sedoso y suave, en su cara había una mueca inexpresiva casi fría confundiendome todavía más.

Sentí como mi mano era tomada por él guiándome a través de los pasillos del hospital sin decirme palabra alguna ¿Quién era él? Saliendo del hospital había un auto de apariencia cara esperándonos, me dejé llevar por aquel hombre casi convencido que me llevaría a dónde mi madre, pero fue una gran sorpresa para mí ver qué el auto estacionaba enfrente de la puerta de una gran mansión, me sentía bastante confundido, pero no podía protestar nada, de mi garganta no salía ni un mínimo sonido frustrandome cada vez más.

Al entrar a la gran mansión pude ver al niño que estaba junto a mi en el tren se me hizo bastante extraño verlo ahí, parecía bastante retraído con su cara casi metida en una tableta haciendo caso omiso a aquel hombre y su alrededor en general. Decidí sentarme en un sofá bastante cómodo en verdad, sentía la mirada del niño venir de mí a la pantalla como si me estuviera analizando. Era extraño ver una expresión tan seria en un rostro infantil ¿Era normal que un niño fuera así de serio? Luego de unos minutos caí en cuenta de algo. Él parecido era demasiado como para no haberlo notado antes ¿Acaso ese niño era hijo de ese alfa tan extraño?

Después de unos momentos que sentí eternos él alfa volvió a la gran sala donde estábamos y me entregó una llave casi tirándola sobre mi mano como si repeliera mi contacto. Con voz monótona me pidió que lo siguiera y así lo hice, tal vez pronto me daría explicaciones de todo esto.

-Esta es tu habitación, no pierdas la llave- Advirtió lanzandome una mirada severa como si me atreviera de contradecirlo de alguna manera.

-Dormirás solo, no creas que dormiré contigo luego de lo que hiciste, quizás en soledad tengas tiempo de pensar por primera vez en tu vida- Dijo con frialdad dándose la vuelta y marchandose dejándome demasiado perplejo como para debatir ante ello aunque tampoco es como si pudiera ¿En que me había metido? Tenía más preguntas que respuestas y debía encontrar la razón de todo esto pronto...

Strange | Vhope Donde viven las historias. Descúbrelo ahora