Narrado por Nicolás
¡Buenos días región metropolitana! Hoy despertamos con nubes negras bajo el sol, y nos espera un día parcialmente nublado, con algunas precipitaciones para la tarde – grita mi despertador cuando marca las 7.00
Mi mano choca contra la alarma y hago el esfuerzo de levantar los parpados. Mis ojos se sienten cansados y apenas logro sentarme en el borde de mi cama.
Menuda semana.
Me he quedado boquiabierta al ver como los profesores nos comenzaron a pasar la materia de inmediato: Tareas, proyectos, análisis de poemas, organización para la feria de ciencias, y ejercicios de matematicas...ya me siento agotado y eso que ni termina la primera semana del semestre.
Hago el típico ritual matutino: Me quedo sentado mirando a la nada por unos segundos, gimo, me estiro, bostezo, salgo de la habitacion y arrastro los pies hasta el baño.
¿Recuerdan todo el entusiasmo del día lunes?
No sé dónde a quedado. No me queda ni una pizca.Hago el estupido acto de desvestirme, y luego prender la ducha. Así que me quedo desnudo, congelandome, mientras espero a que el agua se entibie y comienze a empañar el espejo con el vapor que logra escabullirse de la cortina.
Una vez adentro, dejo que el agua caliente me recorra por la espalda, y luego giro el grifo hasta dejarla completamente fría. Las gotas caían como mil cuchillos estrellándose en mi piel y mi labio habia comenzado a tiritar. Apesar de eso...se me es una manera muy efectiva para despertar e iniciar mi metabolismo.
Enrrollo una toalla en mi torso y me dirijo al pasillo de afuera mientras caen gotas de mi flequillo. Al salir me encuentro con mi hermano pequeño en su pijama de minions y con el cabello apuntando a todas direcciones.–Buenos días. – dice Max con los ojos abiertos como platos intentando despertar.
–Métete a la ducha. – le ordeno mientras me sacudo el pelo con una mano, lanzandole gotitas de agua.
–No – dice él con un tono desinteresado. Bosteza y estira sus brazos hacia al techo al mismo tiempo– ¿Quién viene?
– ¿Por qué preguntas?
–Porque es temprano, mamá ya está abajo...y no está haciendo tostaditas ni tazones de cereal...–me habla con los ojos cerrados y temo que se quede dormido mientras esté parado.
–Viene Sofi a desayunar... la llevaremos al colegio también, su mamá enfermó.
–Vale–dice él, y se mete al baño aún con los ojos cerrados.
Me pongo un chaleco de lana azul marino, el aburrido pantalón gris que tengo como uniforme y bajo la escalera rascándome los ojos. Cuando mi pie toca el último escalón, escucho el sonido de un recipiente metálico rodando por el piso, que golpea con la pared como un címbalo.
–Mierda– escucho a mi mamá maldecir por lo bajo desde el comedor, mientras recoge el cuenco. Es difícil imaginarse esa palabra salir de su boca.
Caminé hasta encontrarme con las baldosas de la cocina, y me quedé parando atento si podría oír otro garabato escaparse de sus labios.Comienza a tararear la melodía de Happy por Pharell Williams, mientras servía un líquido marrón pálido en un sartén. Su pelo dorado oscilaba de un lado a otro al ritmo de su propia melodía, coincidiendo con el tema alegre de la canción.
Increíblemente no me aburro de verla, es interesante observar el movimiento ágil de sus manos y dedos desde un lado a otro, sirviendo jarabes y condimentos en unos movimientos elegantes y con clase, como si tocara un instrumento musical ...vierte leche en una olla con manjar, se chupa la punta del dedo, y revuelve el contenido hasta convertirlo en una combinación café clara."Crepes" Me confirmo hacia mis adentros.
Mi mamá siempre se esfuerza en quedar bien frente a la escasa cantidad de invitados que traigo a nuestro humilde hogar. La primera vez que vino Matti a pasar la tarde, mi madre tocó la puerta de mi habitación y le preguntó qué quería para cenar. El respondió simplemente: "Un pan con queso derretido, gracias". Mi mamá cerró la puerta con una sonrisa y se puso manos a la obra. Al volver un par de minutos más tarde (con cara triunfante) , traía en sus manos una bandeja con dos sándwiches sin corteza en los extremos, cortado y medido con regla para que quede en una perfecta área cuadrada de líneas uniformes; comprimiendo con las dos rebanadas de pan, el queso gouda fundido en sartén; con papas fritas Kettle Chips añadidas a un lado del plato y una lata de Coca-Cola vaciada en un vaso con 4 hielos adentro (no más, ni menos. Lo suficiente para que se mantenga frío y lo necesario para que no sepa a agua) y ¡Voila! Desde ahí que Mattias viene casi todos los fin de semana a comer a mi casa– añado todos estos detalles para que vean lo obsesiva que puede llegar a ser mi madre.
ESTÁS LEYENDO
La Teoría De August (boyxboy)
RomancePues nada... me llamo nico. Soy chileno, tengo 16, a punto de cumplir los 17. No me pasa nada, pero es que nada, y está bien. Mi amiga Sofi me lleva con ella casi siempre para darle un poco de "sabor" a mi vida, y una noche organizó una especie de m...