Celebrando el año nuevo - Reto scarletvision

24. Volar

A Visión le encantaban los animales, especialmente los gatos y los perros. Pero aquel día fue un pájaro lo que encontraron tirado en el patio de casa. Un pájaro con un ala rota que le impedía volver a azar el vuelo. Era de color blanco, con una cresta amarilla en la cabeza y una especie de coloretes rojos en las mejillas.

Tras investigar un poco y llamar a un veterinario informando de la situación optó por encargarse de su recuperación. Así, él y los niños habían cuidado al animal durante semanas para que pudiera reponerse antes de poder volar nuevamente. Pero Visión no contó con el cariño que sus hijos pudieran tenerle al animar.

–Podríamos quedárnoslo –Sugirió Billy mientras lo observaba con tristeza–. Mira que feliz es con nosotros.

–Los pájaros deben ser libres, hijo –Dijo Visión–. Deben volar y disfrutar del universo.

–Pero Mariano no tiene familia, me lo ha dicho –Insistió el niño, enfurruñado–. Quiere estar con nosotros.

Visión odiaba que Wanda le hubiera dejado aquella tarea. Tommy lo había entendido a la primera, pero Billy parecía haberle tomado un cariño especial al animal.

Hacer daño a su hijo liberando al pájaro no estaba en sus planes, pero no podía ser de otra manera.

Por supuesto, las habilidades comunicativas del pájaro no estaban tan avanzadas como para comunicarse con los niños, pero Tommy y Billy se habían inventado un juego en que todos se hablaban con normalidad. Wanda y Visión les habían seguido la corriente para no arruinarles la ilusión, sin esperar que la situación llegara tan lejos.

–Bueno… A veces no necesitas una familia para querer tu libertad. Es su instinto natural, los pájaros son animales que… –Calló cuando se dio cuenta de que ninguna explicación técnica serviría para su hijo de 9 años–. ¿Te gustaría a ti que mamá y yo te encerráramos en una jaula por el resto de tu vida? Serías feliz, nos tendrías a nosotros, pero nunca podrías volver a ver el cielo o sentir el aire.

Billy relajó un poco su expresión, pero no del todo.

– ¿Pero y si no encuentra comida y se muere de hambre?

–Mariano es muy listo, claro que lo logrará. Es un pájaro de vengadores, eso lo convierte en inteligente. Necesita ser libre, Billy. Sé que lo quieres mucho, pero a veces hay que pensar en lo mejor para los demás. Y en este caso es darle libertad, por muy doloroso que resulte –Al niño se le empañaron los ojos de lágrimas y Visión tuvo que mantener la entereza con esfuerzo–. Permitiré que te despidas si así te sientes mejor.

Estaba claro que el niño no estaba convencido, pero terminó asintiendo a las palabras de su padre. Visión entonces abrió la jaula y tomó al pájaro con cuidado entre sus manos. Lo colocó en las de Billy y lo acompañó a la ventana.

–Adiós, Mariano –Comenzó el niño–. Has sido un buen amigo, pero ya estás curado y papá dice que tienes que volar –Como si de alguna manera lo entendiera, el pájaro pio a sus palabras–. Pero tienes que prometerme que tendrás una familia y serás feliz.

Tras lo que pareció una eternidad el pájaro volvió a piar. Entonces Billy abrió las manos y permitió que echara a volar lejos de ellos.

Padre e hijo se quedaron en silencio observando la ventana. Visión tuvo que romper el momento con un carraspeo.

– ¿Por qué no vamos a por un helado? –Sugirió–. Lo has hecho muy bien. Y después… podremos adoptar un animal que sí quiera estar aquí, como un perro o un gato.

Los ojos del niño se iluminaron con alegría.

– ¿Mamá no se va a enfadar?

–Claro que no –Le restó importancia, aunque ciertamente no estaba seguro de la reacción de Wanda–. Porque le prometeremos que nos haremos cargo del animal. Ella no tendrá que preocuparse por nada.

– ¿Y los perritos no quieren ser libres y felices?

–La felicidad funciona de manera diferente para los perros. Son animales de compañía, son felices con las personas. ¿Por qué no vas a por tu hermano? Seguro que también querrá venir.

– ¡Sí! Gracias, papá –Dijo antes de salir corriendo en busca de Thomas.

Visión suspiró antes de volver a girarse hacia la ventana. El pájaro ya no estaba por ahí. Esperaba que la idea de un nuevo animal alegrara un poco la vida de sus hijos.