Visión sabía que Wanda tenía costumbres diferentes para celebrar esas fiestas, pero esperaba que un inocente regalo navideño le agradara.
Había estado debatiendo consigo mismo sobre cuál era la mejor opción, desde ropa hasta perfumes, descartando todas las ideas casi al instante. No, Wanda merecía algo mejor y completamente especial. Algo que le dijera que la quería por encima de todas las cosas. Entonces llegó a su mente una conversación con Tony en la que este le había dicho que para ganarse el corazón de alguien solo hacía falta conquistar su estómago. Visión no estaba muy convencido de ello, no podía decir si realmente funcionaba para todas las personas o solo para el propio Tony, pero después de darle vueltas al asunto se le ocurrió algo: a Wanda le encantaban las galletas de chocolate. Y también le gustaba que él le leyera poesía mientras tocaba la guitarra. ¿Por qué no unir las dos cosas?
Se dirigió al centro comercial en cuanto la idea estuvo en su cabeza. Lo primero era comprar las galletas. Debido a la época en todas las pastelerías habían sustituido las galletas de chocolate por galletas navideñas, lo que resultó un problema al principio. No tenía muy claro si galletas con forma de Papa Noel y navidad serían del agrado de su novia, pero no podía escabullirse mucho más tiempo y tampoco podía preparar las galletas él mismo sin que Wanda lo notara.
Una vez de vuelta en el complejo guardó las galletas en el armario de su habitación, que apenas contaba con un par de pantalones y camisetas, y fingió que solo había salido a recibir un poco el aire.
Evitó acercarse a Wanda el resto del día, pues no sabía mentir y mucho menos a ella. Y por fin cuando cayó la noche dio comienzo a la segunda parte del plan: escribir en cada sobre de papel un poema de los preferidos de Wanda y después meter en los mismos varias galletas.
Alguien tocó a la puerta de la habitación justo segundos después de que hubiera acabado con su cometido. Nervioso como nunca antes lo metió todo debajo de la cama y dio paso a quien fuera.
Wanda asomó la cabeza al instante.
–Vizh, ¿podemos hablar un segundo?
–Claro, sí. No estoy haciendo nada.
–Sé que es tarde, pero no podía dormir. ¿Estás enfadado conmigo? Porque me has estado ignorando todo el día y ni siquiera has ido a darme las buenas noches.
–No, claro que no. Estoy muy feliz –Dijo demasiado bruscamente debido a los nervios.
–Vizh, sé que me estás ocultando algo. Con cualquier otro chico pensaría que me está siendo infiel, pero tú eres demasiado bueno… –Una expresión de horror se instauró en su mirada–. ¿O es eso? Porque recuerdo que la última vez que Mantis nos visitó te hizo ojitos –Lo miró con los ojos entrecerrados.
Visión suspiró. Recordaba perfectamente aquel momento, aunque él estaba seguro de que Wanda solo estaba sacando las cosas de contexto.
–Yo no podría hacerte algo así, Wanda.
Ella relajó la expresión al instante antes de acercarse para poder besarlo. Su intención inicial había sido hacerlo con calma, pero poco a poco sus labios fueron moviéndose con más necesidad sobre el otro. Dieron un par de pasos hacia atrás hasta que Wanda cayó en la cama con Visión encima, que comenzó a recorrerle el cuello con los labios.
De repente la mano de Wanda se topó con algo que definitivamente no eran las sábanas ni el cuerpo de su novio. Al abrir un poco los ojos descubrió que era una galleta rota con forma de Papa Noel.
–Vizh, ¿desde cuándo te gustan las galletas?
–No me gustan... Yo...
Fue entonces cuando la racionalidad volvió a su mente y se dio cuenta de que acababa de estropear su ya no sorpresa. Se separó con cuidado y suspiró.
– ¿Me has comprado galletas?
–Era una sorpresa. Quería dártelas en un momento especial.
– ¡Es especial ahora!
Un poco resignado Visión sacó la caja de debajo de la cama y se la entregó. Nada había salido como él quería, pero esperaba que al menos disfrutara de las galletas.
–Oh, son mis poemas favoritos –Dijo Wanda con asombro mientras iba leyendo lo escrito en los diferentes sobres. Abrió uno de ellos y tomó una galleta con forma de árbol–. Es precioso. Pero yo no tengo nada para ti.
–Lo único que necesito es que no vuelvas a pensar que podría engañarte. Me duele saber que no confías en mí.
–Lo siento –Suspiró–. No puedo evitar tener miedo de que encuentres a una chica mejor que yo.
Visión extendió la mano para acariciarle la mejilla con dulzura.
–Mi corazón no podría pertenecer a nadie más, eres la única –Su expresión se relajó–. Puedo perdonar que me hayas arruinado la sorpresa. Pero solo tienes permitido abrir un sobre al día.
–¿Es un castigo por arruinarte la sorpresa?
–No es un castigo, pero no debes comer demasiado azúcar al día o podría sentarte mal. O dañar tus dientes, no creo que eso fuera...
Lo interrumpió con un beso.
–Es genial, cariño. Muchas gracias por todo.
Dejando las galletas a un lado volvieron a besarse. Y esta vez no se separaron durante el resto de la noche.
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Ayer no pude actualizar, así que hoy subo este y más tarde el cuatro.
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Celebrando el año nuevo - Reto scarletvision
FanficReto de enero: consiste en subir una historia corta por cada día del mes. 31 días = 31 historias. Los capítulos se pueden leer de manera independiente, pero es recomendable seguir el orden por posibles referencias. Los personajes no me pertenecen...