Capítulo 3

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Maldita sea mi suerte, justamente de todas las fotos que había, tenía que preguntar por esa...

-Son mi madre y mi abuela - respondí casi en un susurro pasando de largo hacia el sillón más grande de la habitación, el cual era mi favorito.

El me miró desconcertado por mi respuesta, supongo, y me siguió hasta el sillón.

-¿Y dónde están ellas ahora?- preguntó mirándome fijamente, lo que me ponía más nerviosa, ya que su mirada era penetrante.

-Eh... Mi madre... Mi abuela falleció- fue lo único que dije.

-¿Enserio?- preguntó, y yo lo miré mal, pensando que lo hacía para burlarse o algo similar, pero me di cuenta por su mirada que lo decía más por curiosidad que por otra cosa, aunque sin perder su tono frío en la voz y mirada.

Suspiré y dije:

-Sí. Mi abuela falleció hace varios días -expliqué. -De hecho me entregaron la invitación en su entierro.

Se dejó caer en el sillón junto a mí, echando la cabeza hacia atrás y expandiendo los brazos a lo largo del respaldo.

-¿Cansado?- pregunté con una ceja alzada.

-Lo que sea, solo dime dónde dormiré- se levantó rápidamente recuperando ese aspecto de chico malo al instante.

-Ven acá- me paré y caminé hacia las escaleras.

Él me siguió, y al final de las escaleras comenzaba un pasillo largo, las primeras dos puertas eran la habitación de mis abuelos y la mía, las otras dos eran de invitados, aunque abajo había otro par de habitaciones de invitados. Entre estas dos puertas había un baño, que era el de invitados, y frente a este había otro, pero era "privado", por decirlo de alguna manera.

Le expliqué todo esto a Luke, omitiendo la habitación de mi abuela ya que no quería que volviera a tocar el tema, aunque aun así lo hizo.

-¿Cómo murió tu abuela?- preguntó mirando los cuadros colgados en las paredes del pasillo.

Cerré los ojos y respiré profundamente.

-Un infarto- respondí.

Caminé escaleras abajo y me dirigí al salón principal, para tomarlo como punto de referencia y explicarle a Luke dónde se encontraba cada lugar.

-¿Y tu madre?- volvió a insistir. Hasta parecía que lo hacía a propósito, para molestarme.

-No quiero hablar de eso.

-Como quieras- dijo con voz grosera, como si se hubiera enfadado por no haberle respondido.

Eso me hizo enojar un poco, ya que tengo todo el derecho de guardarme ese tipo de cosas para mí misma. Solo decidí ignorar eso y continuar.

-Mira- señalé la puerta que se encontraba cerca de la chimenea. -Ese es el comedor.

Me giré al pasillo que estaba a un par de metros de esta y lo señalé.

-La puerta al final de ese pasillo es el otro baño de invitados. Las otras dos puertas también son habitaciones de invitados.

-¿Y la cocina?- preguntó.

Caminé hasta el comedor y empujé la puerta, al entrar se mostraba una gran mesa ovalada en la que habían cuatro sillas de cada lado y una en cada extremo. La gran habitación estaba dividida en dos por una barra, y detrás de esta había tres sillas más un tanto altas. Al otro lado de la habitación estaba el refrigerador, la estufa y todas esas cosas.

-Esa puerta del final es el armario de limpieza. Y bueno, creo que eso es todo, solo falta de mostrarte el jardín y la piscina pero ya es algo tarde para eso- dije suspirando.

Corazones Solitarios [Luke Hemmings] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora