Capítulo 33

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Luke's POV

Bostecé mientras estiraba mis músculos entumecidos por haber dormido en una apretujada posición. Escuché a Haley moverse de un lado a otro por la cocina, se escuchaba su voz cantando en un tono bajo, pero lo suficientemente alto como para que yo pudiera escucharlo desde fuera de la habitación.

El aroma a café inundó mis fosas nasales sacándome de mis pensamientos y divagues. Antes de quedarme embobado y congelado en mi lugar a causa del trance en el que me había dejado Haley con su voz acompañada del buen aroma, decidí salir a revisar si había correo en el buzón.

"Cuentas, cuentas, publicidad, bla, bla, bla..."

Seguí barajando hasta que fugazmente me percaté de una carta con un sello familiar. Era la típica carta del Club de los Corazones Solitarios que convocaba a otra reunión...

Suspiré y levanté la mirada al cielo. Pasé una mano por mi cabello desordenado y volví a suspirar sonriendo divertido por el hecho de que me importara este tonto club.

Me giré y me detuve abruptamente al toparme con la avergonzada mirada de una chica de, aproximadamente, 15 años. Su rostro estaba en obvio estado de sorpresa con mejillas ligeramente rosadas. La observé por unos segundos fijamente, hasta que pasó de un tono rosa a un rojo intenso invadiendo su rostro completo.

Tal vez fue por el hecho de que sonriera tontamente por lo que me miraba de esa manera, o tal vez porque yo llevaba la pijama azul y negro a rayas puesta y sin nada en la parte superior. No me había percatado del hecho de que me paseaba por el lugar en pijama y sin camiseta hasta ese momento.

Solté una risa y saludé con mi mano libre.

—¡Haley! —Exclamé caminando de regreso al interior— ¡Nueva carta de M.J.!

Cerré la puerta detrás de mí y dejé las cartas sobre la mesa de la sala sin prestar demasiada atención.

—¿Disculpa, qué? —preguntó saliendo de la cocina con una taza de café en cada mano.

—Nueva carta —tomé una de las tazas y le entregué la carta en la misma mano libre.

Me giré y me detuve abruptamente al toparme con la avergonzada mirada de una chica de, aproximadamente, 15 años. Su rostro estaba en obvio estado de sorpresa con mejillas ligeramente rosadas. La observé por unos segundos fijamente, hasta que pasó de un tono rosa a un rojo intenso invadiendo su rostro completo.

Tal vez fue por el hecho de que sonriera tontamente por lo que me miraba de esa manera, o tal vez porque yo llevaba la pijama azul y negro a rayas puestas y sin nada en la parte superior. No me había percatado del hecho de que me paseaba por el lugar en pijama y sin camiseta hasta ese momento.

Solté una risa y saludé con mi mano libre.

—¡Haley! —exclamé caminando de regreso al interior— ¡Nueva carta de M.J.!

Cerré la puerta detrás de mí y dejé las cartas sobre la mesa de la sala sin prestar demasiada atención.

—¿Disculpa, qué? —preguntó saliendo de la cocina con una taza de café en cada mano.

—Nueva carta —tomé una de las tazas y le entregué la carta en la misma mano libre.

Di un sorbo al café mientras observaba a Haley abrir la carta para después leerla.

—Es para mañana a las 3:30.

—¿Qué haremos con Val mientras no estamos? —pregunté arrugando el ceño—. No la llevaré a un funeral.

Corazones Solitarios [Luke Hemmings] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora