Capítulo 25

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Haley's POV

Comencé a leer en voz alta:

—"Elizabeth..."

—Oigan, chicos, ya decidimos qué es lo que haremos —interrumpió Calum entrando a la cocina sorpresivamente haciéndonos a Luke y a mí dar un brinco del susto.

—O más bien, la moneda decidió por nosotros —lo secundó Taylor riendo.

Nosotros guardamos silencio por un segundo sin poder procesar lo que estaba pasando.

— ¿Qué les pasa? —preguntó Calum alzando una ceja.

—Nos diste un susto de muerte —respondí sonriendo nerviosamente. — Hablábamos de unos temas de la empresa y no nos dimos cuenta de que ustedes venían hacia acá... —mentí con suma facilidad.

—Oh, lo sentimos

—No importa, ya hablaremos mañana en la oficina —miré a Luke dándole una significativa mirada y caminamos fuera de la cocina—. Entonces, ¿qué fue lo que eligieron?

[*]

—Apresúrate, o llegaremos tarde —gritó Luke escaleras abajo exasperado.

Tomé mi bolso y eché la carta de Elizabeth –que no había podido leer todavía- y mi móvil y salí de la habitación.

—Tranquilo, Hemmings ya estoy lista —dije bajando el último escalón de las escaleras.

—Tardas demasiado, Black. Creí que eso de que las mujeres eran muy lentas al arreglarse era una tontería, pero al parecer no.

—No es verdad, solo que eres demasiado impaciente.

—Como sea, ya vámonos si quieres que nos encontremos con los chicos —rodó los ojos.

Los chicos al lanzar la moneda terminaron "decidiendo" que saliéramos a algún lugar diferente, por lo que nos reuniríamos en un café cerca del centro, donde todos podríamos llegar ya que no vivíamos tan lejos de ahí. Si hubiéramos escogido otro sitio tendríamos que pasar por cada uno a sus casas, ya que todos los demás lugares se encontraban demasiado alejados.

—Por cierto, ¿tienes la carta de la que me hablabas ayer? —preguntó abriendo la puerta del copiloto de mi auto, recargando un brazo en el techo del auto y mirándome interrogante.

—Sí, pero he estado pensando y... —suspire— Tal vez es mejor esperar a que ella esté lista para contarnos todo, no quiero ser una fisgona y violar su privacidad.

—Como quieras —se encogió de hombros.

Diez minutos después nos encontrábamos en la cafetería esperando por Elizabeth y Ashton, quienes eran los únicos que faltaban. Todos hablábamos tranquilamente, hasta que Ashton llegó con mirada preocupada, la cual se desvaneció al instante cuando nos divisó en nuestra mesa. Sonrió y se sentó con nosotros, aproximadamente cinco minutos después llegó Elizabeth.

—Hola, chicos —saludó sentándose junto a Ashton.

—Hey, Lizzie —dijo Michael dándole un trago a su bebida.

—No me llames Lizzie —se quejó riendo.

—¿Por qué no?

—Porque no.

—Pero es de cariño —hizo un berrinche.

—No importa —soltó una risa.

Me alegraba de que volviera a actuar con normalidad, pero algo me decía que por dentro no todo estaba bien, que había algo que tenía que arreglar consigo misma.

Corazones Solitarios [Luke Hemmings] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora