Corazones Solitarios [Luke Hemmings]

Capítulo 29

Haley's POV

El hombre salió del auto un segundo después y desapareció entre la niebla y la oscuridad que gobernaba las calles esta noche. No pude ver hacia dónde se dirigía, solo que se fue con rapidez.

Mi corazón latía bastante fuerte a causa del miedo, mi respiración estaba bastante agitada y no podía devolverla a la normalidad. Con movimientos torpes tomé mi móvil y marqué el número de casa, mis manos no paraban de temblar lo cual dificultó aún más las cosas.

—¿Hola?

—L-Luke...

—¿Haley? —preguntó sorprendido— ¿Estás bien?

—Luke, n-necesito que vengas por mí...

—¿Por qué? ¿Qué pasó? —su tono había cambiado drásticamente de sorpresa a preocupación.

Opté por decirle la parte de la historia más corta. Mientras más rápido viniera, más rápido regresaría a casa y más lejos estaría de aquí. Así que solo dije:

—Algo le pasó al auto y yo no tengo idea de qué...

Tardó unos segundos en responder, al otro lado de la línea se lograban escuchar murmullos y algunos ruidos extraños, hasta que respondió.

—James está en casa a esta hora, llamaré un taxi e iré a donde estás. Solo dime la dirección.

—Espera un segundo —las calles estaban tan oscuras que tuve que acercarme demasiado al letrero que indicaba el nombre. Busqué cualquier otra referencia para poder ubicarme más fácilmente y que a Luke no se le complicara el llegar a donde yo. No quería pasar sola un segundo más...

Al terminar la llamada regresé apresurada al auto y me encerré bajo candado por los siguientes cinco minutos que pasaron antes de que Luke llegara a mi salvación. El conductor del taxi en el que llegó Luke nos ayudó a resolver el problema con mi auto, por lo que en forma de agradecimiento le di un par de billetes extra.

Cuando todo estuvo arreglado ya era hora de volver a casa, pero yo no tenía muchos ánimos de manejar, pero aun así tuve que hacerlo ya que cierta persona no sabía conducir. Por lo que encendí nuevamente el auto con las manos aún algo temblorosas mientras maldecía y decía entre dientes a Luke:

—Mañana mismo te enseñaré a conducir.

[*]

—Lo siento, Val, tuvimos un pequeño problema con el auto y no pudimos ir por tu juguete —se disculpó el rubio formando una mueca con la boca—. Pero mañana cuando vaya a trabajar lo traeré, ¿sí?

La niña hizo un puchero pero asintió resignada.

Suspiré y caminé a la sala. Me senté en mi sofá preferido y me acurruqué juntando las piernas con mi pecho y abrazándome a mí misma.

Cerré los ojos y recargué mi cabeza contra el respaldo del sofá y suspiré.

—Te escuchabas muy nerviosa por el móvil, ¿qué fue lo que te pasó? —preguntó Luke bajando las escaleras y acercándose a mí.

—C-Cuando el auto se fue deteniendo estacioné para llamarte para que pudieras ir por mí, pero entonces la puerta del copiloto se abrió y un hombre que no logré reconocer por la oscuridad entró al auto, dijo algo como: "No dejes de temer" o algo similar...

Él solo me miraba en silencio sin mover un solo músculo, su respiración era calmada, pero superficial y tensa. Arrugó la frente y frunció el ceño.

—¿Qué...?

—¡¿No prestaste atención?! Al parecer, hay un tipo acosándome aprovechando cada oportunidad que tiene para asustarme...