Corazones Solitarios [Luke Hemmings]

Capítulo 19 [Maratón 3/3]

Haley's POV

La llamada se había cortado, pero nosotros seguíamos congelados en nuestros sitios, sin mover un solo músculo como si siguiéramos esperando a que el hombre al otro lado de la línea nos contestara y nos explicara de qué demonios estaba hablando.

Giré levemente el rostro, analizando a cada uno de mis amigos a mí alrededor, que escucharon la conversación que mantuve con aquel extraño misterioso. Todos seguían tan sorprendidos como yo, tan sorprendidos y confundidos ya que ninguno comprendía de lo que hablaba. Pero un momento después recordé que Taylor había llegado con intenciones de contarnos algo, y se veía bastante nerviosa y un tanto alterada.

Las palabras del hombre misterioso se quedaron grabadas en mi mente, y tenía razón, no conocía a fondo a ninguno de mis amigos –creo que incluso ni siquiera puedo llamarlos así porque no sé nada de ellos–. Analicé sus rostros y me di cuenta de que, al igual que yo, parecían estar meditando lo dicho anteriormente por el hombre misterioso –que era así como ahora comenzaba a hacerse una costumbre para mí llamarlo-.

Inhalé y guardé nuevamente el móvil en mi bolsillo mientras pensaba en lo siguiente que diría. Pero mis intentos de fabricar una frase para romper el hielo, fueron interrumpidos por Jenks, quien ahora mismo entró a la gran sala y se acercó a nosotros con los sobres en una mano y las rosas en la otra.

Él al vernos en el estado en el que nos encontrábamos frunció el entrecejo y nos dijo:

—¿Quién se murió? —en un ligero tono de broma dejó las rosas sobre la mesa mientras comenzaba a separar cada sobre, preparándolos para entregarnos uno a cada uno.

—Tu madre —dijo Michael sacudiendo la cabeza, para suplantar su ceño fruncido y su mirada seria por una sonrisa burlona, pero esta sonrisa llevaba una sombra de tristeza y preocupación que se esforzaba por esconder.

—Que delicado, Michael, y para que lo sepas, mi madre sí murió recientemente —dijo Jenks sonriendo, demostrando que sus palabras no iban enserio.

—¡Oh, vamos, Jenky, sabes que te quiero! —respondió alegremente Michael, acercándose al susodicho abrazándolo por los hombros superando en estatura considerablemente a Jenks— De hace tanto que te conozco, ya te considero mi padre.

—No se vaya a enfadar tu verdadero padre —dijo quitando el brazo que Michael ponía sobre sus hombros alejándose de él.

Éste soltó una risa, pero después agachó la mirada mordiéndose los labios, esto solo duró unos segundos ya que al instante después una sonrisa volvió a aparecer en sus labios.

—No te preocupes por eso, mi padre jamás se interpondrá entre nuestra relación de padre e hijo, Jenky.

—Deja de llamarme así, Michael.

—¿Por qué, Jenky? —preguntó burlonamente.

—Solo para, ¿sí?

—Bien...

—Ahora, comencemos —dijo Jenks volviendo su atención a todos nosotros—. M.J., les manda un saludo y les desea una gran semana. Aquí tienen —nos entregó a cada uno la carta con su correspondiente rosa.

—Las direcciones e indicaciones vienen al reverso del sobre, y recuerden —hizo una pausa advirtiéndonos con la mirada—... no abran las cartas.

—Señor, sí, señor —dijo Ashton haciendo un saludo militar mientras reía e imitaba la voz de un soldado raso.

—Bien, pueden irse.

Salimos del restaurante y revisamos las indicaciones en los sobres que nos habían tocado. Catherine y yo coincidimos en una dirección, era el mismo sitio solo que en diferentes salas, así que decidimos ir juntas.