Capítulo 35

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Luke's POV

—¿Q-Qué es eso...? —preguntó/tartamudeó Val mirando la arrugada hoja en mis manos.
—No lo sé... —murmuré.
Arrugué el ceño al observar con atención los nombres escritos en la hoja.
"Queridos Haley y Luke"
Pasé una mano por mi cabello un tanto nervioso por el hecho de haber encontrado esta carta en la habitación de Valentine en el mismo sitio que ella afirmaba haber visto una sombra acercarse a ella.
¿Que hubiera pasado si esa persona quisiera hacerle daño a alguno de nosotros? ¿Si hubiera decidido llevarse a Valentine...?
Apreté fuertemente los ojos y cubrí mi rostro con ambas manos.
Una pequeña mano cubrió la mía e intentó alejarla de mi rostro.
—¿Lukey? —preguntó cautelosa— ¿Estás... Estás bien?
Parpadeé intentando aclarar mis pensamientos y desaparecer la preocupación por un segundo.
—Sí —sonreí falsamente.
En momentos como este me era difícil aparentar tranquilidad.
Fue en ese momento en que en realidad me percaté de que en verdad Valentine era mi debilidad...
—¿Seguro...? —me miró a los ojos con un brillo de ansiedad a causa de mi comportamiento.
—Sí.
Asintió y se sentó junto a mí con lentitud. Miró la carta con curiosidad, acercó su manita hacia ella, pero rápidamente la alejé de ella.
—Es hora de volver a dormir, Val —forcé una sonrisa nuevamente y salté de la cama.
Tiré de ella juguetonamente antes de cargarla sobre un hombro. Comencé a dar vueltas haciéndola reír fuerte.
—Shhh... —le dije— Haley aún duerme...
—Muy tarde para eso, Hemmings.
Giré hacia la puerta con Val aún sobre mi hombro. Haley estaba en el umbral de la puerta, recargada en ésta con los brazos cruzados y una sonrisa en el rostro.
—¿Desde cuando estás ahí?—pregunté sorprendido.
—Hace un segundo, justo después de que dijeras "Es hora de volver a dormir" —rió acercándose a nosotros.
—Lamento haberte despertado, Haley —se disculpó Val.
—No te preocupes. ¿Pero qué hacen levantados a esta hora?
—Val tuvo una pesadilla por la película que el estú... —me interrumpí justo a tiempo— Estupendo Smith sugirió.
—Oh... —acarició el cabello de Val mientras le brindaba una leve sonrisa.
—Pero ahora tendrá que dormir conmigo —hice una mueca.
—Puede quedarse conmigo si quieres —ofreció bajándola de mi hombro.
—No, no hace falta...
—¡Podemos dormir los tres juntos! —interrumpió Val alzando los brazos, sin permitirme decir una palabra más.
Salió corriendo de la habitación hacia el dormitorio de Haley.
Suspiré y me giré hacia ella en espera de alguna respuesta al respecto.
—Por mí, perfecto —se encogió de hombros riendo.
Negué con la cabeza mientras salí de la habitación junto a ella.
Esta niña podría convertirse en una malcriada si seguía dejándola hacer lo que quiera.
Pero en serio... Era incapaz de decirle que no a esa pequeña diablo de ojos azules.
En la cama Val ya estaba situada justo en el medio, cubriéndose con las mantas.
—¿Lista? —pregunté acercándome al lado derecho de la cama para ayudarla a cubrirse.
—¡Sí!
—Bien. Buenas noches —le sacudí el cabello un poco.
Caminé hacia la puerta y, antes de apagar la luz, Val me detuvo:
—¡Luke!
—¿Mmm...? —me giré a verla con ambas cejas alzadas.
—Duerme con nosotras —alzó las cejas e hizo ojos de borrego.
Puse los ojos en blanco y giré la vista hacia Haley.
Ella solo me observaba esperando mi respuesta.
Lo pensé por un segundo y, aun indeciso, respondí:
—Ammm... Creo... Supongo que por esta noche no hará mal...
Caminé de regreso a su lado en la cama, me recosté y cubrí con las mantas.
—Buenas noches —dijo Haley con tono cansado.
—Buenas noches...

[*]

—Diablos..
Solté el cuchillo dejándolo caer en la mesa.
Había una ligerísima cortada en mi dedo pulgar. Un líquido color escarlata comenzó a brotar.
—Mier...
—¡Luke!
Salté del susto y me sostuve fuertemente de la mesa. Grave error. Eso causó que mi herida sangrara un poco más.
—¡Ah! —exclamé a causa del dolor.
—Eres una nenita, Hemmings —dijo Haley tomando mi mano y observando la cortada.
—Me sorprendiste, Black.
—Sí, ajá.
Reí y le arrebaté mi mano y fui a limpiar la sangre de la herida.
—¿Enserio aceptas que durmamos juntos los tres? —preguntó.
—Pues lo hicimos, ¿o no?
—¿Y eso no te hace sentir incómodo? Digo, creo que ya hasta parecemos una familia —rió— Nosotros los padres y nuestra querida hija, Valentine.
—No tendría por qué sentirme de esa manera —me encogí de hombros.
Bajé la mirada a la herida en mi pulgar. La sangre había desaparecido y solo quedaba una pequeña línea de corte del cuchillo.
Estaba preparando algo de desayunar, antes de que Haley pudiera entrar a la cocina y volver a hacer el intento de desayuno del que me libré la vez anterior con mucha suerte.
—¿Estás seguro?
—Sí —alcé el pulgar con el corte— Muy seguro. Pero ¿por qué preguntas eso?
—Pues... —desvió la mirada notablemente nerviosa.
Abrí la boca para hablar, siendo interrumpido por Val.
—¡Buenos días! —saludó entrando a la cocina con una gran sonrisa mostrando sus dientes faltantes.
—Hola —le sonreí.
—¡Gracias por dejarme dormir con ustedes!
—Tranquila. Pero ya sabes, las películas de terror te causan pesadillas.
—¡Pero no era una pesadilla! Enserio, había algo en mi habitación...
—¿Qué? —preguntó Haley confundida.
—No, Val, a veces los sueños parecen demasiado reales, pero solo fue una pesadilla —me apresuré a decirle con tono calmado.
Ella me miró por un segundo, pero después rió y asintió antes de marcharse hacia la otra habitación.
En el mismo instante en que la puerta se cerró al haber salido Val, me giré y miré a Haley con el ceño arrugado.
—¿Pasó algo de lo que yo no esté enterada? —preguntó seria.
—Esta noche... Alguien entró a la habitación de Valentine y dejó —me acerqué a la barra, en donde había dejado hace unos minutos mientras preparaba el desayuno la hoja doblada por la mitad, y se la entregué a ella—: esto.
La miró con el ceño fruncido y con confusión, luego devolvió la vista hacia mí y de nuevo a la hoja en sus manos.
—¿Y qué es?
—Ábrelo.
Desdobló con lentitud la hoja.
—¿"Queridos Haley y Luke..."? —leyó en voz alta.
Alzó la vista a mí nuevamente al leer esas primeras palabras.
—¿Qué...?
—Sigue leyendo... No he leído mas que eso —confesé—. Estoy preocupado de que Valentine corra peligro.
—¿Qué es lo que hacía esto ahí?
—Ella dice que vio una sombra caminar desde la ventana hasta el pie de su cama, que fue justamente donde encontré esto.
Guardó silencio por unos segundos, en los que solo mantenía su mirada fija en la nada mientras pensaba, supongo.
—¿Crees que...? —me miró con nervios— ¿Crees que se trate de aquel hombre que ha estado dejando cartas...?
—Eso es probable.
—¿Pero qué es lo que quiere con Valentine?
—Por alguna razón que desconozco, él quiere venganza de algo... —suspiré— Debe saber que Valentine es vulnerable y de esa manera puede manipularnos a su maldito antojo.
Bufé y pasé una mano por mi cabello y tiré de él intentando contenerme de golpear un muro por la frustración que sentía de no poder proteger a Valentine ni en su propio hogar...
—Espera, no te precipites, tal vez... ¡No lo sé! Tal vez la deje a ella fuera de todo esto.
—¡No lo creo! Él maldito aprovechará cada oportunidad que tenga para infundirnos temor... Y no desaprovechará esta.
El silencio volvió a la habitación, solo siendo ligeramente llenado por las voces provenientes de la televisión desde la sala, donde Valentine se encontraba viéndola tranquilamente.
Apreté los labios y tomé con lentitud la carta de entre sus manos.
—"Queridos Haley y Luke:" —leí en voz baja, pero lo suficiente como para que Haley pudiera escucharme claramente:
"Me enteré de que la pequeña Valentine está viviendo con ustedes.
¿Que tierno, no? Quieres proteger a tu familia de su propia familia, Luke...
Eso es un tanto irónico, pero lógico. Porque, recuerden: La familia puede ser tu más peligroso enemigo...
Hablando de familia: Saludos a mi hermana.
Atte: H."

Corazones Solitarios [Luke Hemmings] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora