Clouds Of Love © [✔]

☁️Capítulo 15.☁️

Normal —Sasha Sloan.

Lazos Inquebrantables.

Hailey.

Bajamos del auto y entramos al hospital, Nathan me abrió la puerta y preguntamos en recepción por mi hermano. Sentía cada vez más un nudo en la garganta por la preocupación de si estará bien o no, Nathan pareció notar que me encontraba algo inquieta cuándo comencé a romperme los dedos con mis propias uñas.

—¿Estás bien? —Preguntó.

Colocó su mano encima de la mía, haciendo que dejara de lastimarme yo misma.

—No lo sé —susurré.

Era verdad, no sabía cómo me sentía realmente. Sólo quería asegurarme de que Harold estuviera bien.

La chica de la recepción nos dijo el número de habitación en la que se encontraba mi familia, parece que a Harold tuvieron que hacerle un lavado estomacal. Adelantamos el paso hacia la habitación y yo me mordía el labio inferior con nervios.

Nathan tomó mi mano todo el trayecto hasta la habitación, pero cuándo nos percatamos por la ventanilla de la puerta que papá estaba ahí, enseguida nos soltamos.

—¿Dónde está Harold? —Fue lo primero que dije al no localizarlo en la habitación, pero mi sorpresa fue aún más grande cuando vi a Helena sentada en un rincón con un chico pálido, de cabello negro y ojos miel al igual que mi hermana.

Nathan se mantuvo ajeno a lo que sucedía y percibí una mirada de desagrado por parte de mi madre hacia él. Observé a todos los presentes y esa acción me dejó dudosa, pero el problema ahora era Harold. Nadie más.

—Están aún haciéndole el lavado, tenemos alrededor de dos horas aquí. No contestabas el jodido teléfono, ¿dónde estabas? —Preguntó papá, se veía afligido. A leguas se notaba que estaba preocupado.

—Lo que importa ahora es Harold papá, luego puedes discutir con Hailey sobre qué diablos hace en su tiempo libre —intervino Helena.

Estaba de brazos cruzados en la silla y Luke sólo se limitaba a abrazarla. Me observó por un momento y supe que lo había hecho para defenderme.

—¿Por qué un lavado? ¿Qué ocurrió? —Preguntó Nathan rompiendo la tensión del momento.

—Drogas —murmuró mi madre sin mirarlo—. Harold tuvo una sobredosis y están tratando de estabilizarlo.

«No puede ser, carajo, no».

Tragué saliva y me costó mucho hacerlo. Sentí cómo mis ojos se llenaban de lágrimas pero luché para no permitir que se escaparan. No tenía por qué llorar, él iba a estar bien. Lo sabía, es Harold, él siempre volverá a estar bien.

Mientras trataba de convencerme a mí misma de que todo estaba bien, las palabras salieron de mi boca por sí solas:

—Necesito aire.

Salí disparada de la habitación y fui al pasillo, justo en dónde parecía una especie de puente para ambos edificios del hospital, me detuve y tomé varias bocanadas de aire para poder entrar en razón.

—Él va a estar bien, lo trajeron a tiempo —murmuró abrazándome desde atrás.

—¿Por qué tiene que seguir haciendo ésto? ¿Acaso no entiende que me está jodiendo de la peor manera posible? —Apoyé mis manos en el barandal y unas cuántas lágrimas escaparon de mis ojos.

—Hailey —la voz de Helena me hizo girarme enseguida para encontrarla de pie junto a nosotros.

Luke estaba a su lado y enseguida Nathan intervino.