☁️Capítulo 27.☁️

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Lumbra -Cali y el Dandee.

La Boda.

Hailey.

Las semanas habían pasado volando y con ellas los meses, la boda de Helena ya estaba pisándonos los talones a todos nosotros y cada día me quedaba más claro el hecho de que quería a Nathan más que a nada en el mundo. Tal vez era porque era la primera vez que experimentaba algo tan real como lo que él y yo teníamos, aún no habíamos formalizado nada pero todos sabían incluso mejor que nosotros lo que éramos.

Aquel día que fuimos a la tienda del amigo de su padre tuve muchos sentimientos y pensamientos encontrados, la verdad es que no me cabía duda de que él era mi brújula en un mundo lleno de desorientados.

Luego de que me confesara todo aquello no evité mi impulso de querer besarlo hasta el cansancio, yo también quería decirle todo y quería confesarle que estaba igual o aún más enamorada de él. Pero no lo hice.

No lo hice porque mis acciones hablaron mucho más que las palabras. Ese día sí logramos tomar el camino largo a casa, lo suficientemente largo como para estar felices en esos momentos y pensar que no había otro lugar más pleno que los brazos del otro.

— ¿Todo está bien? —Preguntó, tocando la puerta del ático suavemente.

—Pasa —contesté.

Abrió la puerta por completo y me encontré con sus radiantes ojos azules, que al localizarme brillaron aún más. Vestía sus habituales jeans negros y una camiseta de Aerosmith.

—¿Qué haces aquí arriba? —Examinó el lugar con la mirada y luego a mí-. Hay mucho polvo en éste lugar, puedes enfermarte, cielo.

—Necesitaba pensar y con los arreglos de la boda hay mucho caos abajo. Además, estaba buscando unas fotos en éstas cajas viejas.

Nathan tomó asiento a mi lado, tomando mi mano y dándome un beso en la mejilla.

—¿Feliz porque serás la dama de honor? —Preguntó con diversión.

—Dios, no —me quejé. Solté una risotada—. Tienes que ver el vestido, es horrendo. Los gustos de mi hermana siempre han sido raros, pero se excedió ésta vez.

—Que te sirva de consuelo que no serás la única usando esa clase de ropa —se encogió de hombros.

—Nate, ¿quién elige el rojo chillón con amarillo y azul rey para una boda?

Lo miré y él cerró los ojos conteniendo una sonrisa.

—Su color favorito es el rojo, el de su novio el azul y a ambos les gusta el amarillo, entiende quejumbrosa.

Luché para no reír.

—Admite que es horrible, lo único lindo son ellos dos y la unión que tendrán, nada más.

Ésta vez no se contuvo y soltó varias carcajadas.

—Trato de no criticar para que el destino no me envíe una novia tan excéntrica -murmuró con una sonrisa—. Soy más de locuras y escapadas que de combinaciones extrañas.

—Yo no seré tan rara como Helena.

Apenas las palabras salieron de mi boca, abrí los ojos tanto como pude, consciente de mi error y desvié la mirada con el rostro ardiendo.

Nathan se mordió el labio con diversión.

—¿Qué has dicho? —Preguntó lentamente.

—Yo me refería a que no sería tan rara como mi hermana cuando me casara, pero no... —Las palabras me salían atropelladas.

Clouds Of Love © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora