☁️Capítulo 42 |FINAL• PART 3| ☁️

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Ghost Of You— 5 Seconds Of Summer.

Tiempo.

6 meses después.

Nathan.


Las hojas secas crujían bajo mis botas marrones, metí una de mis manos en mi chaqueta mientras que con la otra sostenía el ramo de tulipanes púrpuras que tanto me recordaban a la castaña de ojos color caramelo que tanto llegué a amar.

Aspiré el olor a tierra mojada y continué caminando por el sendero que me llevaba a un panteón en el que una sola de ellas resaltaba. Tenía una nube tallada en piedra que yo mismo mandé a hacer. Ella siempre amó las nubes y hasta el último momento decidí darle el cielo de la forma más humana que pude.

Los días para mí se han convertido en una tortura desde que no está, porque cada vez que la recuerdo la añoro más. Más quisiera tenerla a mi lado para abrazarla y decirle que no importa qué tan malo sea el mundo afuera, dentro de nuestro cielo y dentro de nuestra propia burbuja nada sería malo si así ella lo deseaba.

Asimilar que Hailey ya no estaba me costó incluso ir a terapia.

Sólo sabía que aún recordaba la sensación de sus labios suaves contra los míos, aún recordaba el olor de su cabello, su sonrisa y su rostro entero, su cuerpo y su rara manera de vestir, sus gustos y disgustos... Su voz...

Aún la recordaba.

Me acerqué al sitio dónde se encontraba la nube tallada en piedra (reemplazando una lápida común y corriente) que tenían su nombre y las fechas de su nacimiento y fallecimiento... En dicha nube de piedra, justo bajo su nombre, coloqué:

Siempre te recordaremos en las nubes, fresas y cigarrillos, Derrick. Vivirás hasta que el cielo se acabe y las nubes dejen de formarse.

Soltando un suspiro me dejé caer en la hierba que ya había crecido y acaricie con mis dedos las antiguas flores que traje el mes pasado. Los días continuos a su muerte venía cada dos o tres días, incluso cada día si se me hacía necesario... Poco a poco comprendí que debía dejarla ir porque ella había elegido su camino por sí sola, porque yo no podía revertir los hechos y sólo podía afrontarlo.

No sabía mucho de los Derrick, últimamente.

Sabía que Harold estaba internado desde la muerte de Hailey en un centro de rehabilitación del que Helena se encargaba de visitar cada día luego del trabajo. Ed había vuelto a España dos semanas después de la muerte de Hailey, supuse que preferiría quedarse allá antes que volver porque para él había sido un golpe demasiado fuerte. Ed estaba en depresión al igual que yo.

Elina había vendido la casa en dónde vivía con su hija, una cosa era saber que vivía con su padre y otra muy distinta era saber que había muerto y recordar que había crecido en ese lugar era tortuoso.

Kyra comenzó la universidad y le va bien, Brent y ella son pareja ahora luego de que tanto Hailey me había contado que se odiaban. Habían aprendido a extrañarla y recordarla con amor, pero ambos seguían afectados por su muerte.

Mi madre comprendió que necesitaba mi espacio, así que decidí irme de casa y comprar un apartamento no muy lejos del cementerio dónde se encuentra enterrada (ya que a última hora, Helena decidió enterrarla).

Sally está bien, dejó el trabajo en casa de Harriet Derrick luego de la muerte de Hailey ya que el no tener a ninguno de los tres chicos cerca le afectaba aún más luego de haberlos visto crecer y morir a uno de ellos.

No he vuelto a hablar con Harriet desde una semana después de que Hailey falleció, decidí renunciar. Era una tortura para mí llegar a ese lugar y no poder encontrarla con su sonrisa coqueta y dulce junto a las escaleras o en el pasillo de la cocina...

Y esa colina... Esa maldita colina en la que descubrí cuánto la amaba... El viñedo en dónde la conocí... Esa casa había sido testigo de mi felicidad eterna con ella, no deseaba volver si ella no se iba a encontrar ahí.

Me concentré completamente en la universidad y hasta ahora todo ha ido bien en mis estudios, pero aún no puedo dejar de llorar por las noches pensando en ella.

Sé que algún día su recuerdo dejará de doler y sólo lloraré de felicidad al recordar los momentos que la amé.

Pero por ahora me era imposible aquello.

La seguía amando, la seguía sintiendo parte de mí.

—No sé si me escuchas, la verdad —comencé, sentándome en posición de indio—. Pero vengo a contarte todo lo que ha ocurrido hasta ahora... —solté un suspiro y luego de decir todo aquello que había pasado desde que se fue, sentí un peso menos en mis hombros—... En realidad no creo dejar de amarte nunca, ¿sabes? Contigo descubrí que el amor puede superar incluso la muerte —sonreí—. Bueno, sólo si ambas partes lo desean.

»La cuestión es, Derrick... Que aún mi corazón sigue siendo tuyo y sé que algún día conoceré a alguien, sé que algún día todo cambiará para mí y ya no serás un recuerdo triste sino el recuerdo de cuán feliz pude llegar a ser a tu lado, pero aún me duele tu ausencia —rocé mis dedos contra los tulipanes—. Aún guardo la esperanza de que todo sea un sueño y tú simplemente estés esperándome en esa jodida colina, o aparezcas de nuevo frente a mi casa como aquella  vez.

»Tú me hiciste conocer lo que era tener el cielo en tus manos —murmuré conteniendo el nudo en mi garganta—, porque ten por seguro, Derrick... Que amarte fue como tener el universo colándose en mis dedos.

»Tu padre se siente muy solo, la verdad —dije, mirando la nube de piedra—. Pero es que yo necesito sanar y estar allá no me deja hacerlo. Tu padre ha cerrado bajo llave tu habitación, la entrada está prohibida a todos, incluso a él. Yo mismo la cerré con él ese día. Tu cama está desordenada justo como la dejaste ese día que fuiste conmigo a la playa, tus cosas regadas por todos lados y tu cepillo de dientes en el baño —bufé con tristeza. Miré hacia arriba en un intento inútil de contener las lágrimas—. Te amo, cielo. Te sigo amando y te amaré tanto como la vida me permita recordarte porque eres y siempre serás lo más maravilloso que pude conocer, lo más increíble que pude tener en mi vida y lo más fantástico que nadie jamás podrá descubrir de nuevo.

»Eras una maravilla en ésta tierra y el mundo aún no estaba preparado para comprender tu ideología de las nubes, mi cielo. —me limpié las mejillas con la manga de la chaqueta—. Las sigo viendo y sólo sé que quiero bailar con tu fantasma cada noche para poder conciliar el sueño y recordarte, para poder tener mi alma en paz necesito algo que me grite tu nombre, y aunque ya no estás te sigo sintiendo a mi lado.

»Te amo; Derrick, Hailey, cielo o como sea que amaras que te llamara, te amo. Siempre te amaré.

Me levanté poco a poco del suelo, arreglando los tulipanes en la lápida y acariciando una vez más la piedra, salí del cementerio entrando a mi auto y conduciendo por la fría carretera. En mi espejo retrovisor se encontraba la medallita que le regalé, junto con el anillo en la cadenita. Sonreí al recordarla de nuevo.

«Incluso el recordarte, me llena de paz».

Prometo nunca olvidarla.

Pero mucho menos olvidar, que ella me enseñó el valor del amor.

Me enseñó lo que en realidad puede significar algo tan ridículo como lo que vemos diariamente, porque hasta lo más mínimo es importante para conformar el mundo.

—Te amo, Derrick —murmuré al vacío—. Y mientras espero mi próxima vida para volver a amarte, por ahora sólo bailaré con tu fantasma, recordando cada palabra, cada acción y sobre todo, cada mirada.

Clouds Of Love © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora