Clouds Of Love © [✔]

☁️Capítulo 30.☁️

Silence— Before You Exit.

Desde Un Comienzo.

Un mes después.

Muchos sucesos transcurrieron en ese hospital el día en que el joven Nathan despertó, pero nada como lo había sido su «accidente», si es que podía llamarse de esa manera.

Nathan se había recuperado a pesar de todo, había presentado muy buenos avances y no tardó mucho tiempo para que le dieran de alta y volviera a su vida nuevamente. Aunque todos seguían consternados por lo que había ocurrido, él sólo recordaba unas cuantas cosas de esa noche.

Recordaba que una chica rubia había bajado del auto desconocido, recordaba que había sido el chico que iba conduciendo el que le había disparado y que sus últimas y primeras palabras antes de desmayarse y luego despertar, eran el nombre de la chica que amaba con todo su corazón.

Hailey sólo pensaba, mientras estaban ahí sentados en el almuerzo todos a excepción de Elina (quien había decidido no presentarse por la presencia de Melania. Lo que a todos los Derrick les pareció ridículo pero lo dejaron estar, no pasaba nada), en que se sentía afortunada de que Nathan estuviera en su vida. Definitivamente no habían palabras para describir lo que sentía por ese chico.

Luego de almorzar decidieron dar un paseo por el Viñedo, cogieron una canasta llena de fresas y subieron la colina. Se tumbaron en el pasto, cuál dos pequeños niños y se dedicaron a quedarse en silencio. Más, no era un silencio incómodo, ellos habían aprendido a callar en algunos instantes para sólo escuchar sus sentimientos, los latidos de sus corazones y sus mentes embelesadas por la belleza del romance que ambos sentían.

Nathan tenía un brazo bajo su cabeza para apoyarla mientras que Hailey mantenía sus ojos cerrados con las manos en su regazo.

De repente, Nathan decidió romper el silencio luego de haberle encontrado forma de pato a una nube.

—¿Por qué te transmite tanta paz observar las nubes? —preguntó, mordiendo una de las fresas.

—Calman mi ser —Hailey sonrió—. Antes eran mi remedio para todo.

—¿Antes? —inquirió él, mientras giraba su rostro a un costado para verla.

—Antes de que llegaras a mi vida, Stole —ella bufó.

—Siete mil años de lenguaje humano, Derrick. ¿Sabes que son siete mil años? —ella abrió los ojos y lo observó— Y aún así, no hay palabras para describirte, cielo.

Hailey sonrió.

Nathan sonrió.

No necesitaron decir más. Las palabras siempre solían sobrar entre ellos, el silencio reinaba mientras ambos se observaban fijamente y nunca, ninguno de los dos quería que la vida les diera rumbos distintos porque tenían la plena certeza de que habían encontrado en el otro lo que tanto estaban buscando desde un comienzo.

Sus caracteres eran completamente distintos; Nathan era pacífico y organizado en todo sentido, mientras que Hailey era un desastre andante de emociones y pensamientos. Pero se complementaban a la perfección.

Tal vez, en algunas otras historias encuentres esa clase de relaciones que tienen discusiones y problemas siempre, pero ellos eran todo lo contrario. Es enserio cuando se dice que ésta historia no es lo que creen que es.

¿Quien diría que podrías encontrar el amor a los diecisiete años?

Pero, no hablo del amor adolescente. Ese no era el caso de ellos.