☁️Capítulo 22.☁️

17 7 0
                                    

NF— Paralyzed.

¡Feliz Navidad para los Derrick! (Parte 1).

Hailey.

Todos estábamos alrededor de la gran mesa, Sally y mamá estaban terminando de acomodar todo, mientras que los demás tomábamos asiento. El novio de Helena se veía algo incómodo, pero se notaba que trataba de disimularlo.

Harold estaba en su mundo, mamá también, papá intentaba sonar interesante con las historias que le contaba a su yerno mientras que éste mantenía esa expresión burlona que me provocaba borrársela con un escobazo en el rostro, Helena admiraba contenta la escena de una manera tan superficial que quise también darle un escobazo, Sally... Qué puedo decir de ella, con las miradas que me echaba, me daba a entender que estaba viendo todo justo cómo yo, y que aunque ninguna podía objetar alguna cosa, nos sentíamos igual de incómodas.

Ella no tenía más familia que nosotros, así que aunque papá le dijo que no era necesario que trabajara, ella así lo había querido, y supongo que era una manera de permanecer siempre cerca, y sin embargo, ella era de nuestra familia.

Las náuseas que sentía en éste momento tan incómodo, amenazaban con estallar en cualquier momento. Parpadeé repetidas veces enfocando bien mi vista y luego vi todo lejos. Sentí que no encajaba en ese lugar, todo parecía una película frente a mí y yo la espectadora, me sentía ajena a todos ellos, porque cada uno adoptaba una falsa personalidad y yo era la única que no lo hacía, parecía que esa noche, los papeles habían sido invertidos, y ahora no era yo la que mentía, sino mi familia. Era Nochebuena y yo sólo quería irme.

—Lo siento, necesito un poco de aire —me excusé justamente cuándo Sally y mi madre tomaron asiento.

Me levanté de la mesa lo más rápido que pude y salí de la casa en busca del Viñedo. No me detuve hasta que llegué a los viejos columpios que solíamos usar mis hermanos y yo de niños, tomé asiento y elevé el rostro hacia el cielo.

Luego reparé en mi ropa.

Falda negra, suéter cuello alto color beige, y botines del mismo color que la falda. ¿Qué había sucedido conmigo? Era un atuendo lindo y creo que hasta un poco semiformal, pero sentí que así de neutros cómo eran los colores de mi ropa, eran los colores que cubrían mis pensamientos y sentimientos esa noche.

No pude contenerlo más y lloré, lloré cómo una niña de nuevo, cómo si jamás hubiera crecido y no tuviera diecisiete ahora, cómo si nunca hubiera sucedido nada de lo que nos marcó y cómo si mi familia no se hubiera roto de la manera en la que lo hizo.

—¿Qué haces aquí? —la voz de Harold me hizo darme cuenta de que me encontraba con las manos en el rostro y los codos en mis piernas.

Limpié cómo pude el rastro de lágrimas pero sabía que de igual forma se daría cuenta, mi maquillaje estaba más que corrido.

—Yo... —observé mi entorno descolocada— No puedo volver allá —susurré.

—¿Qué pasa? —se acercó y me rodeó con sus brazos para hacer que me levantara— Hailey, ¿qué tienes?

No respondí, no sabía si era que no quería o simplemente las palabras se negaban a salir.

»Quedémonos aquí, está bien. Además traje algo conmigo —levantó la botella de Tequila y al divisarla, lo observé.

—¿Eso no es una especie de traición a nuestro padre? —dije en medio de leves sollozos.

—Hay que admitir que tanto vino repugna en algunas ocasiones, y papá bebe eso cada puto segundo, minuto, hora y día del año. —Rodó los ojos— Necesito algo que me desequilibre, no que me ponga caliente.

Clouds Of Love © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora