El viento acariciaba mi cabello y lo revolvía al compás del mismo, mis labios estaban resecos por el frío y mis manos temblaban, pero no me importaba en absoluto.
Mis ojos estaban llenos de lágrimas pero me negaba a dejarlas salir, me negaba a aceptar lo que estaba sucediendo.
Estaba parada en el borde de un edificio, podía ver gran parte de la ciudad frente a mí. Miré hacia abajo y vi el duro suelo cómo una pequeña mancha, esperando a ser golpeado por mí y acabar con todo.
Mi cielo se había obscurecido...
Las estrellas ya no estaban brillando...
Y las nubes, se habían disuelto.
Te preguntarás qué es lo que hago aquí, a punto de lanzarme del edificio más alto que encontré, con tan sólo una camisa, un par de zapatos desgastados y un pantalón puesto, pues, tranquilo, te lo explicaré todo.
A N T E S.
Familia.
Hailey.
Cerré la puerta de mi habitación lo más sigilosa que pude. Miré hacia la puerta de la habitación de mi madre y me relajé al ver que aún seguía cerrada. Bajé las escaleras con sumo cuidado. Repetí la rutina de cada noche, tomé mi abrigo y salí de la casa sin hacer el más mínimo ruido.
Sufría de insomnio desde pequeña y era muy tedioso para mí intentar conciliar el sueño, no me gustaba tomar píldoras para dormir, no quería volverme una adicta a ello así que encontré la manera de poder sobrellevarlo aunque sólo dormía unas horas pero era mejor que no hacerlo en lo absoluto. Cada noche, salía de mi casa cuando no podía conciliar el sueño, tomaba mi bicicleta y manejaba unas cuadras hasta llegar a un parque no muy lejos de donde vivo, era de madrugada así que las calles estaban vacías, ésta era mi medicina, extraña pero efectiva.
Cuando llegué al parque tomé asiento en uno de los columpios, comencé a moverme hasta que el columpio adquirió un ritmo lento pero agradable con el frío de la noche. Miré hacia arriba y una brillante luna llena me acompañó, todo estaba tan tranquilo que deseé que jamás terminara el momento. Me quedaba aquí haciendo cualquier cosa pero más que todo admirando el cielo poblado de estrellas brillantes a miles de kilómetros lejos de mí, hasta que me diera un poco de sueño, el ambiente me ayudaba mucho, por esa razón no me quedaba más de una hora o dos, era más que todo para sentirme en paz y fuera de éste mundo por un rato.
Respiré profundo y cerré los ojos inhalando el ambiente tan delicioso que producía el frío, era mi clima favorito, sobre todo cuando llovía, era la combinación perfecta.
Escuché pasos acercarse y sonreí.
—¿De nuevo? —preguntó.
—De nuevo —confirmé abriendo los ojos y contemplando la luna—. Cada noche.
—¿No haz considerado tomar algo para poder dormir en lugar de venir cada noche? Es peligroso —tomó asiento en el columpio a mi lado. Siguió mi mirada y sonrió— Que bonito.
—Ahí tienes tu respuesta —contesté riendo suavemente —. ¿Qué haces aquí? Es muy tarde.
—Sigo pensando que es innecesario —se encogió de hombros. —La verdad, tampoco podía dormir con tantos gritos, mi casa es un caos cada día y, supuse que estarías aquí, así que pensé: ¿por qué no acompañar a mi mejor amiga en su rutina de salir de su casa a escondidas y manejar varias cuadras hasta un parque viejo y abandonado en dónde podría ocurrirle cualquier cosa peligrosa, pero ella ama hacerlo porque eso la ayuda a dormir?
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Clouds Of Love © [✔]
Novela Juvenil[COMPLETADA] Los Derrick ocultaban secretos, pero no tantos como la más pequeña de la familia, quién lidiaba constantemente con demonios del pasado que la atormentaban en una danza obscura con la muerte. Todo comienza con la llegada de su padre en e...