||Jeon Jungkook
¡Qué estúpido víbora!
Aún no salía de mi mente su intento de fuga. Los chicos tenían razón al imponer esa regla; sabíamos que él no dudaría en intentar huir. Y ese fue su error, porque nadie puede escapar de Jeon sin enfrentar represalias. Mientras lo dejaba quejarse con todo el humo en la cara, agarré mi teléfono y marqué el número adecuado. Esperé a que la llamada fuera atendida, y cuando Alessandro contestó, iniciamos una breve conversación.
—¿Ocurrió lo que pensábamos? —preguntó con ese tono burlón que tanto odiaba.
—Sí, y no tengo la cabeza clara como para hacerle entender a ese niño caprichoso que su plan no dará resultados —dije mientras pasaba la mano por mi cabello para alisarlo. Con la otra mano, mantenía el teléfono en mi oreja mientras aparcaba mi auto—. Quiero que lo busques y lo reprendas por su actitud cobarde.
—Joder, Jeon, ¿te vas con Taehyung y me dejas al cuidado del malcriado? —se quejó—. Ya había quedado con un par de chicas.
—Oh, vamos, no seas llorón. Piensa que después ellas tendrán más deseos de probarte.
Alessandro rió por lo bajo. Sabía perfectamente lo que provocaba en las chicas y, al igual que yo, disfrutaba viendo cómo se desinhibían por él, aunque esa no fuera nuestra verdadera intención.
**Park Jimin**
No supe exactamente en qué momento llegamos a la mansión. Solo que, cuando me di cuenta, Alessandro estaba arrastrándome hacia una habitación. Me sorprendió cuando se coló dentro y cerró la puerta con seguro. Luego se sentó en la punta de la cama mientras yo permanecía apoyado en la pared, mirándolo con total confusión.
—¿Qué es esto? —pregunté, cruzándome de brazos—. ¿Ahora te quedarás vigilándome?
—Por supuesto que no, solo quería mirarte más de cerca —sonrió—. Vaya, tienes agallas. Nunca nadie había hecho que Jeon perdiera la paciencia en un solo día. Desde que llegaste, esto ha sido muy entretenido.
Agaché la mirada sin entenderlo. ¿Por qué estaba siendo amable conmigo? Unos segundos después, levanté la vista y lo observé más detalladamente. Llevaba un traje azul celeste bastante ajustado, con una corbata de un tono más oscuro. Sus zapatos eran de tacón y posiblemente de cuero.
Alessandro se levantó al notar que no dejaba de mirarlo y, con una sonrisa en el rostro, comenzó a girar en su lugar, como diciendo: "Ahora puedes mirarme mejor". Lo hice, y al observarlo, noté sus prominentes glúteos, firmes y redondeados. Luego volví a mirar su rostro: tenía facciones varoniles, mandíbula cuadrada y una incipiente barba. Sus labios eran carnosos y de un color rosáceo opaco, y sus ojos, azules y penetrantes, eran una maravilla.
—Parece que te arruiné la velada —dije.
—Y parece que yo me interpuse en tu intento de fuga —respondió con un tono burlón.
—Solo fui a dar un paseo —insistí.
—¿Con una mochila cargada? —señaló la mochila y se rió—. ¿Qué llevabas? ¿Ropa, joyas, dinero?
—No lo sé. ¿Por qué no lo averiguas? —le respondí, lanzándole la mochila.
La atrapó y, al sentir el peso, hizo algunos movimientos extraños. Sin embargo, lo que se escuchó fue el crujido de unas papas en su envoltorio.
—¿Comida? —alzó una ceja.
—Pensaba regresar tarde —dije sin más—. No quería morirme de hambre.
—Me impresiona tu habilidad para mentir, señor Park, pero tus tácticas no tendrán mucho efecto aquí.
Alessandro se dirigió nuevamente a la puerta. Al abrirla, tomó las llaves y, antes de volver a cerrarla, dijo:
—Estás en un tercer piso. No intentes lanzarte por la ventana al estilo "Misión Imposible". Ahora dormirás, porque te despertaré a primera hora. Y—me interrumpió cuando fui a decir algo—, no podrás salir de aquí tampoco. Así que, si necesitas hacer tus necesidades, tendrás que ser muy ingenioso como lo fuiste hace unos minutos.
Sin más que decir, me lanzó la puerta en la cara y la cerró con seguro. Corrí hacia la puerta y comencé a golpearla, incapaz de creer que este troglodita me había dejado encerrado. Grité su nombre y proferí un sinfín de improperios, pero no recibí respuesta. Pegué mi frente a la puerta y cerré los ojos, intentando pensar en qué hacer. Lo único medianamente inteligente que se me ocurrió fue inspeccionar la habitación.
En la parte superior del clóset vi una laptop. Me puse de puntillas y la tomé. Me acomodé en la cama, colocando unas sábanas sobre mis piernas y una almohada en el respaldo para que mi espalda no doliera tanto. Cuando estuve cómodo, encendí la laptop, rezando para que no tuviera contraseña. Abrí los ojos cuando apareció una extraña página web.
El banner mostraba "Hot Time", adornado con bragas, diablitos y hombres y mujeres desnudos. La página anunciaba ser la mejor agencia de strippers de la ciudad, con un mínimo de cincuenta mil euros para entrar. Los strippers usaban un velo en su cara, y en la esquina superior derecha de la pantalla estaba el perfil de Jeon en la agencia.
Más abajo, había un mensaje de WhatsApp de un número desconocido que decía:
"Te quiero listo para mí, con el mejor juego de lencería que muestre tu delicioso culo. Busca la edición especial John Walker Master’s Edition y déjala servida en un vaso de cristal en la misma habitación de siempre."
¡Qué tipo más enfermo!
No le di mucha importancia a eso cuando un nuevo mensaje apareció como una notificación flotante en la pantalla. Era de otro número desconocido y contenía un enlace a otra página. Sin pensarlo, intenté ingresar al enlace, pero solo vi una pantalla negra con un cartel que pedía ingresar los dígitos correctos para acceder a la información del video.
Resoplé angustiado. No tenía idea de cómo conseguir esos números, pero debía hacerlo. Si el contenido del video era comprometedor, podría liberarme de Jeon para siempre y regresar a mi vida cotidiana.
Antes de cerrar la laptop y devolverla a su lugar, leí el mensaje del número desconocido: "La serpiente caerá enredándose en la sangre de su víctima."
¿Qué demonios significaba eso? ¿Era Jeon un asesino? ¿Acaso el video encriptado tenía algo que ver con eso?
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(+18) Stripper [Kookmin] ✔️
Teen FictionJungkook guarda un oscuro secreto que podría cambiarlo todo. Jimin, determinado a liberarse de las garras de un peligroso mafioso, se convierte en el encargado de desentrañar la verdad oculta. Su primer intento, el Plan A, resulta un completo fracas...