Capitulo: 9

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||Jeon Jungkook

Mi personalidad no siempre fue la misma. Años atrás, era un chico común que disfrutaba de las fiestas, las chicas, los autos y jugar a la consola con sus amigos. Todo cambió cuando mi padre me reveló a qué se dedicaba nuestra familia y me dijo que algún día yo sería el heredero de su infame reputación: el mafioso más temido y repudiado por sus enemigos.

Lo que parecía un camino sencillo resultó ser un laberinto de trampas mortales. Por ejemplo, tuve que abandonar todos mis vicios para concentrarme en aprender lo que Park había hecho ese día, un proceso que me tomó mucho más de un solo día. Me levantaba temprano, no desayunaba y me dirigía al campo de tiro. Al mediodía, solo una manzana pasaba por mi garganta antes de continuar con horas de entrenamiento en el saco de boxeo. Mis periodos de descanso permitían que mi cuerpo se relajara, pero mi mente seguía inmersa en los entresijos del negocio para blanquear el dinero.

El Club nocturno, reconocido por tener a los mejores bailarines eróticos de la ciudad, era mi mayor preocupación. Allí blanqueábamos todo el dinero obtenido de actividades ilegales, ya fuera infiltrándonos en organizaciones enemigas para sabotearlas o robando objetos únicos del mundo. Mantener el prestigio del Club no era tarea fácil; lidiar con clientes irresponsables y cárteles que se reunían en el Club para planear sus estrategias mientras disfrutaban de nuestros servicios era un desafío constante. La privacidad de nuestros bailarines era crucial.

Mi padre solía decir que la profesionalidad era esencial para alcanzar cualquier meta en la vida. Estas palabras nunca salieron de mi mente, incluso después de cometer el mayor error de mi vida. Cuando él murió, todo se vino abajo. No quería ser el líder de una organización tan influyente en la ciudad. Caí en mis debilidades, fracasé en mi primer intento como líder y las personas a mi alrededor se fueron, dejándome solo.

Con el tiempo, conocí a los chicos que ahora están a mi lado y juraron lealtad. Desde entonces, el poder siempre ha estado con nosotros. Cuando ocurrió el incidente, fueron ellos quienes me ayudaron a mantener la calma. No podía permitirme perder el control. Desde ese día, intenté mantener el secreto oculto, aunque mi mente a veces me traicionaba y me llevaba a la oscuridad.

Rompiendo una de mis propias reglas, me sumergí en lo que sería la mayor experiencia de mi vida: proteger a la persona con la que mi padre me había comprometido desde niño. Han pasado siete jodidos años desde entonces y, para ser honesto, a veces me sacaba de quicio. Todo comenzó cuando mi padre hizo una alianza con el Sr. Park, el padre de Jimin. Ambos trabajaban juntos para mantener su imperio a flote. El Sr. Park prefería mantenerse en un perfil bajo para proteger a su familia, pero ambos sabían que tarde o temprano sus enemigos los encontrarían.

El Sr. Park y mi padre lograron hackear la mayor red de diamantes del mundo, que durante una gira sería protegida por seguridad estatal en nuestro país. Para que el robo fuera viable, se asociaron con una banda de ladrones profesionales liderada por un mafioso italiano. Sin embargo, una vez realizado el robo, surgieron desacuerdos que terminaron en una traición que le costó la vida a mi padre.

Por miedo a perder a su familia, el Sr. Park se escondió y educó a su hijo bajo las mismas reglas que yo había seguido. No era un secreto para mí que Andrea considerara a Jimin un genio en habilidades con las armas, sabiendo de antemano que Park tenía conocimientos para enfrentarse a nuestro mundo, aunque él no estuviera del todo familiarizado con él.

Por error, volví a enfrentarme a Valentino, nuestro enemigo, al despojarlo de lo más preciado para él. Valentino juró vengarse de mí y de todo lo que amara. Para proteger a Park, quien algún día debería casarse conmigo, su padre me lo entregó, sabiendo que él estaría a salvo con nosotros. Su temor era que si Valentino descubría mi compromiso, pensaría que Jimin era alguien importante en mi vida y terminaría asesinándolo.

Traer a Jimin hasta aquí fue un desafío tanto para mí como para los chicos. Nunca imaginé que sería capaz de secuestrar a alguien, especialmente a él. Aunque no lo había visto en persona hasta ese momento, conocía su amor por sus padres y las mentiras que siempre le rodearon. Cuando enfrenté la realidad, entendí las situaciones a las que lo estaba exponiendo.

¿Qué hacíamos allí?

Todos estaban en silencio y nadie parecía dispuesto a hablar.

—¿Falta mucho? —musité, y mi padre me miró con enojo antes de acercarse.

—El día que tomes mi lugar, espero que no te hagas tantas preguntas —protestó en voz baja. No entendí del todo su comentario.

Nos bajamos de los autos cerca del bosque y vi un gran túnel delante de nosotros. Los hombres comenzaron a entrar en la oscuridad. Uno de ellos me empujó para que avanzara, y con algo de temor, lo hice.

—Tomen solo lo necesario —ordenó mi padre mientras cada hombre avanzaba con una mochila en la espalda.

De repente, un ruido extraño se escuchó. El Sr. Park se acercó a mi padre y le susurró algo al oído. Aunque estaba demasiado lejos para escuchar, las palabras de mi padre fueron suficientes para entender lo que estaba por suceder.

—Escóndete —susurró con urgencia, pasándome una mochila ligera que colgué en mi hombro. Obedecí sin dudar.

Luego, el sonido de explosiones continuas llenó el aire. No dejé de correr, pisando ramas y rompiendo obstáculos hasta que finalmente escapé. Miré hacia el cielo y vi una nube de humo. Todo había terminado; él había hecho esto.

De vuelta en mi habitación, escuché una extraña melodía: Jimin cantando desafinado. Cerré mi laptop y, durante unos minutos, me quedé escuchando. Cantaba fatal. Me levanté y decidí tomar un descanso. El día había sido largo y tedioso. Mientras él se había pasado el día con Alessandro en el estudio, yo había estado resolviendo contratos y encuentros. No fue hasta escuchar su voz que me di cuenta de cuánto tiempo había pasado sin verlo.

Me acerqué sigilosamente a su dormitorio. Jimin estaba boca abajo en la cama, con un mini short de nylon. Lo observé un momento; era inteligente, quisquilloso y siempre quería tener el control, lo cual me gustaba. Después de hablar con él y hacerle entender que no representaba un peligro para su vida, sentí que estábamos un poco más cercanos.

—Me sorprende que seas tan bueno en algunas cosas y tan malo para cantar —dije, acercándome lentamente.

Cuando me vio, se sentó en la cama y me miró de manera diferente. Ya no parecía tener miedo de mí.

—Eso es porque no has escuchado cómo canto en la ducha —respondió con desdén—. No te había visto hoy.

—Estuve ocupado con el trabajo. ¿Necesitabas algo?

—No —respondió—, solo que mis días no son lo mismo sin pelear contigo, serpiente.

Sonreí.

—No quiero sonar descortés, pero hoy es tu primer día de misión —dije, notando cómo sus ojos se ampliaban y se ponía nervioso. Esto no me gustó—. Solo tendrás que bailar frente a algunas personas. Después, uno de los chicos te traerá de vuelta aquí.

—¿Eso es todo? —preguntó con miedo.

—Sí, solo tendrás que grabar lo que digan un grupo de hombres —mi voz flaqueó, pero él no lo notó. ¿Qué me estaba pasando?—. Son peligrosos, Jimin, así que debes ser precavido.

—Lo haré —dijo, decidido.

—Tendremos una hora para llegar antes de que comience el espectáculo.

(+18) Stripper  [Kookmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora