Capitulo: 12

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||Park Jimin

Recapitulemos

Él me había presentado a unos tipos que parecían aún más peligrosos que Jeon. Reconocí al que parecía ser el jefe: vestía un traje a rayas verdes y tenía una herida en el ojo derecho. Su mirada me cortó la respiración. Fue una sensación rara, como si algo me advirtiera que debía alejarme, que no sabía el peligro que representaban para mí; sin embargo, me mantuve firme, dejando que sus duras manos rozaran mi hombro y luego las puntas de mi cabello.

Su nombre era Valentino, y tenía algunas deudas con Jeon que deseaba cobrar. Mis servicios serían eficaces para obtener lo que quería y para que Valentino se encargara de la serpiente y sus amigos. Nuestra unión de sangre se resumió en protección: ninguno de los dos era tonto y sabíamos lo que estábamos arriesgando. Si él estaba en peligro, yo haría lo que fuera necesario para salvarlo, y viceversa.

Después del fallido plan de escape que había sido mi primera opción para huir de ese lugar, Valentino había propuesto un nuevo plan. Aunque a primera vista podía parecer cliché, como en las películas, ellos dijeron que enamorar a Jeon para desenmascarar sus secretos me daría la libertad que tanto deseaba, y ellos podrían hacer lo que quisieran con Jeon.

Todo ser humano tiene una debilidad. Muchas personas se dan cuenta de ellas cuando se enamoran; el amor siempre ha sido una debilidad cuando uno de los dos no ama lo suficiente o es nulo, y esa era la idea: convertirme en una de las debilidades de Jeon.

A la mierda con sus estúpidas reglas.

Valentino dijo que Jeon ocultaba un secreto tan pesado como un agujero negro ultra masivo, y eso era mucho incluso para él. Escuchar a Valentino me hizo darme cuenta de que odiaba a Jeon con una intensidad aún mayor que la mía, como si sus vidas hubieran estado vinculadas de alguna forma y ahora solo quedara la desesperanza.

Mis pies estaban imitando la postura de un Buda sobre la cama. Desde ese día, no había visto a Jeon, y era raro no tropezarme con él en una semana completa. Valentino había ordenado que cada noche, Jeon recopilara información sobre lo que hacían los chicos a través de mí. Solo que no dije más allá de “Siguen entrenando en las mañanas”, “Jeon no ha aparecido en todo el día” o “Alessandro es un guarro, se tira pedos en la mesa”. Bueno, eso último no lo dije, pero no podía sacarme el olor de su flatulencia de la nariz.

Después de una serie de estiramientos, bajé lentamente las escaleras y me dirigí a la cocina. Allí estaban los chicos, todos menos Jeon. Ya me parecía extraño no verlo durante tanto tiempo. Le pregunté a Andrea por él, y me ignoró completamente; en serio, odiaba a ese chico. Me tranquilicé un poco cuando, después de unos minutos, la serpiente apareció frente a nosotros. Se detuvo frente a mí, con las manos en los bolsillos y un ceño fruncido. Sabía que estaba enfadado, y no podía descontrolarlo más. Debía continuar con mi actuación para no agravar la situación.

—Quiero estar a solas con Park —pidió con su semblante serio.

Su pelo estaba alborotado, como si no hubiese dormido en toda la noche o como si una jauría de gatos le hubiera pasado por encima. Su cara no estaba colorada, por lo que deduje que llevaba tiempo despierto. Una vez que los chicos salieron, él tomó mi mano y me sacó de la silla para quedar casi a mi altura. Me obligué a mirar hacia arriba, y su mirada fue tan impactante que tuve que girar la cabeza.

—¿Qué quieres hablar conmigo? —dije, intentando sonar cariñoso.

Tratarlo mal no ayudaría a que se enamorara de mí.

Pasó su mano por su frente, apartando el cabello que le impedía observarme correctamente.

—¿Qué demonios pasó ese día? —preguntó, dando un fuerte golpe en la mesa mientras sus ojos furiosos penetraban los míos.

Verlo así me ponía de los nervios, pero no iba a dejar que lo notara. Me crucé de brazos y esbocé una sonrisa que lo desconcertó.

—¿A qué te refieres? —musité como si no entendiera su pregunta, que en realidad tenía clara desde el primer momento en que lo vi.

—Sabes perfectamente a qué me refiero —dijo, apuntándome con su dedo—. Te dije que te quedaras en ese lugar, pero en vez de respetar mis órdenes, desapareciste. No supe dónde estabas. Cerré el local y eché a clientes importantes que supongo que perdí, y aun así no estabas por todo aquello. Me volví loco al no encontrarte y ver que esos hombres también habían desaparecido. Incluso revisé tu habitación por si habías regresado —hizo una pausa, entreabriendo sus ojos de una forma exagerada—. ¿Sabes cuántas veces entré y seguía vacío? —preguntó, su voz cada vez más ronca—. ¿Dónde demonios estabas, víbora?

—Recuerdo haberme acostado temprano, ¿no? —llevar mis dedos a mi cabeza mientras la rascaba—. ¿No desperté en mi habitación? Creo que sí lo hice.

—Sí, claro, porque te llevé yo mismo —dijo, señalando su pecho con el pulgar mientras su cólera no se calmaba—. Estabas en mi maldito cuarto, ¡desnudo!

Mis ojos se abrieron sorprendidos por sus palabras. ¿En serio había pasado eso?

¿En qué momento?

—No me digas que... ¿Entre tú y yo? —me señalé a mí mismo y a él, y Jeon soltó una carcajada.

—Por supuesto que no —dijo entre dientes—. ¿Acaso piensas que estaría con alguien como tú?

—Los hombres son sencillos y se dejan guiar por su entrepierna, en cambio, sería yo el que no tendría nada que ver con un tipo ególatra y sin una pizca de sentimientos como tú.

Mierda, Jimin, así no va el plan.

Si quieres tener algo con él, no estropees las cosas.

—Mira que eres ingenuo, víbora. Sé que en el fondo, muy en el fondo, me deseas —sus palabras no sonaron tajantes, sino que se escucharon como una burla, una muy de mal gusto.

—¿Y si fuera cierto, qué? —demandé.

—No tienes oportunidad alguna —alardeó e intentó marcharse, pero lo detuve bruscamente.

—¿Y por qué no tendría la oportunidad de estar contigo? —mi voz estaba tomando un tono que hasta a mí me escalofriaba.

—Simplemente no eres suficiente.

Fueron sus últimas palabras antes de marcharse, y creo que nunca sabré lo mal que me asentaron. Cayeron en mi estómago, crudas y dolorosas. Bufé, viéndolo subir las escaleras, y quise atragantarme con un donut para liberar el desasosiego que creó ese imbécil en mi interior.

¡Ya veremos si llego a ser suficiente o no, serpiente!

(+18) Stripper  [Kookmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora