Recosté levemente mi nuca sobre el asiento y, de repente, el sueño se apoderó de mí hasta que unos gritos me despertaron bruscamente.—Pensé que todo ya estaba listo. Joder, ya voy en camino —Jeon miraba hacia los carros que venían de frente, esquivándolos con prisa hasta que dio un frenazo repentino que me hizo inclinarme hacia el frente—. ¿Estás bien? —su voz sonó preocupada mientras su mano se posaba en mi pecho para evitar que me golpeara con el tablero.
—Sí —tartamudeé un poco mientras mi pecho acelerado intentaba recuperar el aliento—. ¿Qué ha pasado? —restregué mis ojos, esperando una respuesta. Jeon quitó uno de sus auriculares y me miró enfadado.
—Me frustra que mis planes no salgan como espero —tomó mis manos, las abrazó con las suyas y se acercó lentamente a mí.
Mis ojos se abrieron sorprendidos al ver la dirección a la que él quería llegar, pero sin nada en lo que pudiera quejarme, o al menos esperando que la situación se resolviera de alguna manera, me incliné hacia sus labios. Ahora sus manos estaban en mi cuello mientras su lengua exploraba mi boca, rozando mis labios de una manera excitante. Me fascinaban nuestros besos.
—Jimin —separó su cuerpo del mío y entrelazó sus dedos con los míos, fijando su mirada seria en la mía—. Falta poco tiempo para volver a la mansión.
Su voz sonaba rota; no sabía a dónde quería llegar, pero no le interrumpí, deseando comprender el significado de sus palabras.
—Quiero pedirte perdón por haber sido un tonto que se dejó llevar por el odio. No te merecías todo lo que te hice pasar en aquel entonces —sus manos apretaron las mías. Traté de transmitirle algo de consuelo con mi mirada, pero él no la correspondía.
—¿Pasa algo? —me atreví a preguntar cuando el silencio llenó el espacio cerrado en el que nos encontrábamos.
—Sí, pasan muchas cosas. Pero solo cuando lleguemos a la casa en la playa te las diré. Pensé que estaba preparado para hacerlo ahora, pero me mentiría a mí mismo si lo hiciera en estos momentos porque me muero de miedo por cómo podrías reaccionar ante la locura a la que me he aferrado, deseando que se cumpla con todas mis fuerzas.
—Me estás asustando.
Mis palabras fueron cortadas cuando él se inclinó hacia mí, besándome con intensidad, haciendo que olvidara todo lo demás.
—Jimin, te quiero —susurró antes de volver a besarme.
Quería perderme en el paraíso que eran sus labios.
Jeon Jungkook.
Las piernas de Jungkook se movían sin parar. Su impaciencia aumentaba mi nerviosismo por lo que estaba a punto de vivir. Alessandro me había confirmado todo, y era hora de que él supiera que nunca creí en ninguna de sus mentiras piadosas.
—¿Te parece si nos bañamos un rato en la playa? —propuse, entrando por el sendero que llevaba directo a la casa.
—¿Con esta ropa?
—Puedes cambiarte en el auto si lo deseas.
—Me niego a que me veas desnudo —dijo.
Un déjà vu se apoderó de mis pensamientos, recordando aquel día en que esas mismas palabras habían salido de sus labios, permitiéndome ver su cuerpo desnudo y enjabonado.
—Park, ya lograste sacarme de mis casillas y siempre creí que no sería posible —su mirada seguía fija en el exterior del auto y su respiración era tensa—. Aunque de todas formas, no haré nada que no quieras, nunca más.
—Yo... —intentó decir, pero una de mis manos tomó rápidamente la suya.
—No digas nada. La fase número uno fue demasiado fácil de conseguir. ¿No lo crees?
—No sé a qué te refieres —dijo, pero noté el nerviosismo en sus ojos que iban de un lado a otro con impaciencia.
—No importa, ya hemos llegado. Te espero en la orilla del mar, me cambiaré detrás de esos arbustos —los señalé mientras bajaba del auto y le dejaba solo por unos minutos.
Mi celular vibró en mi bolsillo. Lo tomé, miré la pantalla y contesté la llamada.
—¿Todo listo? —pregunté, impaciente.
—Sí, señor. Todo listo por aquí. Cuando quieras puedes ejecutarlo.
—Perfecto. El plan está marchando genial.
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(+18) Stripper [Kookmin] ✔️
Teen FictionJungkook guarda un oscuro secreto que podría cambiarlo todo. Jimin, determinado a liberarse de las garras de un peligroso mafioso, se convierte en el encargado de desentrañar la verdad oculta. Su primer intento, el Plan A, resulta un completo fracas...