Capitulo: 16

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El auto llevaba en marcha al menos treinta minutos. Habíamos salido de la ciudad, y no tenía idea de hacia dónde nos dirigíamos. Jeon solo movía la mano para tomar la botella de agua a su lado, llevándola a sus labios antes de volver a sujetar el volante, sin apartar la vista del camino ni decir una sola palabra.

-¿Puedo empezar a preguntar? -propuse, abrumado por el aburrimiento mientras mi vista calculaba cada uno de sus movimientos.

Jeon asintió sin mirarme, limitándose a musitar un «Ujum».

-¿A dónde vamos?

-A un lugar seguro, ya te lo había dicho.

-¿De quiénes me estás protegiendo?

-De Valentino -dijo, su agarre en el volante se intensificó y noté que su rostro se tornaba tenso.

-¿Quién es Valentino? -pregunté, tragando grueso. Ellos tenían una historia y me dio temor estar del lado equivocado.

-Demasiadas preguntas por ahora -protestó, visiblemente cansado a pesar de que apenas había comenzado mi cuestionario.

-Prometiste responder cada pregunta que hiciera hoy.

-¿Lo hice? -preguntó, con sus ojos fijos en la carretera.

-Lo hiciste -contesté-. Y aún no he empezado a preguntar todo lo que quiero saber.

-Estoy preparado para la avalancha de preguntas que me esperan durante el viaje, solo mide lo que quieras saber.

-¿Cuánto tiempo estaremos de viaje?

-Al menos una semana.

-¿A dónde vamos?

-A un lugar seguro.

-¿Algo más específico?

-Emm -dijo, como si estuviera pensando-. ¿Te gusta la playa?

-Puede ser.

-Iremos a un lugar con una playa cercana.

-¿Quién es Valentino? -volví a preguntar después de un breve silencio.

-Pensé que había dejado claro que no quería hablar de él.

-Me intriga saber por qué huimos de esa persona, sobre todo cuando ni siquiera sé quién es.

Mis dedos se impacientaban en el marco de la ventanilla mientras esperaba su respuesta. Jeon volvió a tomar el pomo de agua y bebió, como si el líquido le proporcionara calma. La punta de sus pies se movía inquieta, y el auto disminuyó un poco la velocidad.

-¿Estás seguro de que quieres saber la verdad? -preguntó. Asentí con firmeza.

Nada me llamaba más la atención que conocer la verdad sobre Jeon Jungkook en esos momentos. Necesitaba entenderlo todo, conocer sus puntos débiles para poder manejar la situación.

-No sé por dónde empezar, pero... nuestros padres se conocían, eran socios. Cuando te traje a la casa, te mentí: ninguno de los chicos es quien dice ser. Todo fue una trampa en la que caíste -relamió sus labios y continuó-. Tenía que asegurarme de que el señor Park te había preparado bien para lo que se avecinaba.

«Él siempre dijo que eras una persona fuerte, aunque yo siempre te vi como débil. No me equivoqué, pero de cierta manera me sorprendiste. Nuestros padres tenían una misión importante, planeaban robar un banco y obtener algo muy valioso. La operación fue un éxito, hasta que llegaron Valentino y su gente. Se encargaron de matar a todos, menos a mí. Mi padre me alertó y me hizo salir segundos antes de que el lugar fuera bombardeado. Había fuego por todos lados, y cuando estuve a salvo, me arrepentí de no haber defendido a los míos como debía».

-No tiene sentido lo que dices. Mi padre no está muerto, y mucho menos es un mafioso como tú.

-¿Desde cuándo no ves a tu padre?

-Sin contar el tiempo que llevo viviendo obligado en tu casa, quizás unos meses. No recuerdo bien, pero mi madre me había dicho que volvería pronto, antes de que tú aparecieras y te creyeras el dueño de mi vida.

-¿Tu madre nunca te dijo dónde estaba tu padre? ¿O tu padre nunca te explicó por qué te enseñó todas esas cosas?

-No... -musité, incapaz de aceptar lo que decía Jeon. Mi padre no podía estar muerto. Me negaba a creerlo.

-Jimin, sé que es duro aceptarlo, pero esa es la verdad. Valentino busca rendir cuentas con los nuevos herederos, y especialmente conmigo, ya que hice algo que lo enfadó y despertó su ira.

-¿Herederos de qué?

-De todo. Nuestros padres eran los mayores mafiosos de la ciudad. Este es tu futuro; solo te estaba preparando para la vida. Aunque en el fondo, te odio más de lo que puedes imaginar.

Sus palabras me golpearon con fuerza. No podía creer lo que decía, y sabía que él era el principal culpable de que todo esto me afectara tanto.

-¿Por qué no fuiste sincero desde el principio? -mis lágrimas comenzaron a brotar. Intenté detenerlas, pero era en vano. Miré hacia afuera; el olor a mar ya se hacía presente en el ambiente.

-No tenía por qué serlo.

-¡Eres un imbécil! -golpeé su hombro una y otra vez, haciendo que perdiera el control del auto durante unos segundos.

-¿No tienes más preguntas? -Sus ojos ahora se encontraban apagados.

-No por ahora -apoyé mi rostro en el respaldo del asiento, dándole la espalda, y caí en un sueño mientras las lágrimas seguían fluyendo en silencio.

¿Cómo podía ser posible que mi padre estuviera muerto? Todo comenzó a encajar lentamente como un rompecabezas.

(+18) Stripper  [Kookmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora