Capitulo: 3

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Mi habitación podría considerarse mi lugar favorito de la casa. Es una recámara oscura, incluso durante el día; las paredes son negras y el techo es de un azul oscuro bastante intenso. La habitación de Jimin tenía las mismas características antes de que él llegara, pero en cuanto supe que sería mi invitado de honor, ordené de inmediato que la reformaran para convertirla en un espacio adecuado. Al menos, intentaron hacerla lo más confortable posible para él. Jimin tenía toda la pinta de ser un chiquillo malcriado e impulsivo que siempre dice lo que piensa sin considerar las consecuencias.

Por eso quiero educarlo para que se adapte a mi forma de vida, o de lo contrario, será presa fácil para los hambrientos animales que lo rodean.

Tomé solo mi toalla y salí de mi recámara en dirección al baño. ¿Quién se duchaba una hora después de haberlo hecho solo para eliminar el aroma de otra persona? Estar cerca de Jimin unos minutos fue suficiente para que su loción corporal se impregnara en mí. No quería oler a otro hombre, especialmente a uno que ni siquiera he probado. Aunque fuera agotador, hoy tenía que estar impecable para satisfacer a las mujeres que me miraban desde abajo, ansiosas por servirme.

No podía evitar sentirme halagado por la forma en que se sonrojaban al verme entrar, cómo les crecía el pecho y sonreían, poniendo sus mejillas coloradas. Adoraba esas reacciones físicas a mi presencia.

Hot Time era uno de los mejores clubes de strippers de la ciudad, un local donde tanto los visitantes como los trabajadores eran personas peligrosas, con mucho capital y que no aceptaban un "no" por respuesta. No solía acostarme con mujeres que no conocía; desde niño siempre fui muy selectivo. Como jefe, no cualquier mujer podría divertirse conmigo. Para eso tenía a Taehyung, un chico que conocía perfectamente desde hace más de trece años. Él era silencioso y sumiso a mis reglas; podía estar tratando cualquier asunto de trabajo y Taehyung nunca abriría la boca ni siquiera para opinar.

Justo antes de salir de la mansión donde vivíamos, recibí un mensaje de él:

*"Estoy caliente, necesito un castigo."*

Mi polla se movió bajo el pantalón, y suspiré mientras me ajustaba. Sabía que la noche iba a ser placentera y que no sería tierno con él. Taehyung sabía lo que me relajaba, así que le escribí para que me esperara como me gusta: en la habitación que siempre elige, con una buena botella de whisky. Abrí el garaje a distancia y seleccioné un auto deportivo rojo que combinaba perfectamente con mi traje del mismo color. Dejé escapar un suspiro cuando vi a Jimin saliendo con una mochila demasiado abultada.

El tonto pensaba escapar y además me había robado las prendas que le compré.

Inaudito.

Subí a mi auto en silencio y arranqué sin que él me viera. Lo seguí a la misma velocidad, y cuando se dio cuenta de que un auto rojo le seguía, se detuvo en seco. Podía sentir su miedo desde dentro del auto.

—¿Una salida nocturna? —indagué mientras bajaba la ventanilla.

—Pensé que habías dicho que podía salir de esta cárcel siempre que quisiera —dijo, y continuó caminando sin mucho entusiasmo.

—Pero no cuando te comportas de manera sospechosa y con una mochila cargada de… —me froté la frente—. Olvida eso. La verdad es que hoy no tengo ganas de cuidar a un chiquillo malcriado. Simplemente, no olvides las reglas que te impuse.

Iba a decir algo, pero no le dejé iniciar. Aceleré el auto, rugiendo el motor con fuerza, dejando marcas de neumáticos en el pavimento y una gran nube de humo en su cara.

Cuando llegué a Hot Time, entré mientras mis empleados me recibían con las manos extendidas. Mi humor estaba por los suelos y necesitaba relajarme cuanto antes. Pasé de largo, notando que había nuevos clientes en el club, a quienes se les estaban colocando las manillas amarillas, las más caras, que permiten una noche pasional con alguna de las chicas dentro del club.

Fui directo a la habitación que había ordenado que Taehyung preparara. Para mi sorpresa, cuando entré, él me lanzó hacia el enorme sofá negro y se subió a una plataforma giratoria donde me ofrecería un buen espectáculo. A diferencia de mí, las chicas que intiman con los clientes deben usar siempre un velo rojo en el rostro y un nombre ficticio para que no se les reconozca.

Mis ojos brillaron y se me hizo la boca agua al ver cómo Taehyung comenzaba a desvestirse sin ningún pudor.

Taehyung se movía con una confianza que sólo él podía tener. Cada gesto era calculado, cada movimiento una demostración de su maestría. Mientras se desvestía lentamente, su cuerpo se volvía un espectáculo erótico. Sus movimientos eran precisos, casi hipnóticos, y mi mente se sumergió en un estado de anticipación.

Se inclinó hacia adelante, mostrando su torso bien definido, y tomó una botella de whisky que había dejado a su lado. Con una mirada traviesa, se sirvió una copa y me la ofreció mientras mantenía una postura provocativa. Su presencia era magnética, y el contraste entre su actitud sumisa y su cuerpo perfectamente trabajado me mantenía alerta.

—Espero que esto sea lo que esperabas —dijo Taehyung con una sonrisa juguetona, mientras el líquido dorado brillaba en el vaso.

El tono de su voz, lleno de una mezcla de obediencia y desafío, era exactamente lo que necesitaba para liberar el estrés acumulado. Tomé el vaso y bebí un trago, sintiendo el calor del whisky recorrer mi garganta. Me senté en el sofá, observando cómo él continuaba su baile, cada movimiento calculado para provocar y satisfacer.

—Eres increíble —le dije, admirando su habilidad para mezclar profesionalismo con un toque personal. —Nunca dejas de sorprenderme.

Taehyung respondió con una sonrisa satisfecha y se acercó aún más, sus movimientos se volvieron más intensos, su piel brillaba con una ligera capa de sudor. Cada vez que me miraba, podía ver la pasión en sus ojos, una pasión que compartíamos en nuestra relación profesional y personal.

El ambiente en la habitación se cargó de una energía palpable. La música suave y el bajo vibrante resonaban en el fondo, mientras el whisky en mis manos se enfriaba lentamente. Todo en la habitación estaba diseñado para satisfacer mis necesidades y, por supuesto, las de Taehyung también.

A medida que el espectáculo avanzaba, sentí cómo mis tensiones se desvanecían. Cada movimiento de Taehyung parecía liberar una nueva ola de relajación en mí. La combinación de su habilidad, el ambiente y el whisky creaba una experiencia inolvidable.

Finalmente, cuando el espectáculo llegó a su clímax, Taehyung se arrodilló frente a mí, exhausto pero satisfecho. Su mirada, cargada de complicidad, mostraba cuánto disfrutaba de su papel en esta dinámica. Me recosté en el sofá, sintiéndome completamente relajado y contento.

—Gracias —dije con sinceridad, mientras mi mente volvía a la realidad. —Fue exactamente lo que necesitaba.

Taehyung asintió, su expresión reflejaba un sentido de logro y satisfacción. Luego, sin decir una palabra, se levantó y comenzó a vestirse nuevamente, preparándose para el siguiente turno.

Salí de la habitación con una sensación de bienestar renovado, listo para enfrentar lo que viniera. El estrés del día se había desvanecido, y por un momento, el mundo exterior parecía estar bajo control.

(+18) Stripper  [Kookmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora