Capitulo: 24

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||Park Jimin.

Mi cabeza reposaba en el antebrazo de Jeon, y sus ojos permanecían cerrados mientras respiraba hondo. Observaba su rostro y sonreía para mí mismo, deseando que ese momento pudiera repetirse eternamente.

De repente, su teléfono comenzó a sonar. Jeon, aún con los ojos cerrados, empezó a buscarlo sin abrir los párpados.

—Dime —dijo con voz somnolienta antes de levantarse de un tirón—. ¿Ya es el momento? —Pasó la mano por su cabello mojado, me miró brevemente y luego empezó a negar con la cabeza—. Es demasiado arriesgado —dijo dando un manotazo en la cama—. Lo hablaremos cuando llegue allá —colgó y volvió a mirarme.

—¿Estás bien? —pregunté. Él me miró, sorprendido, con los ojos vidriosos y los dientes temblando un poco—. ¿Qué pasa? Me estás asustando.

—Debemos volver urgentemente a la mansión.

—¿Pasó algo?

—No por ahora —dijo, levantándose del colchón y dirigiéndose a la fuente de luz, que encendió—. Pero lo peor está por llegar, Jimin.

—¿Lo peor?

Mi mente se llenó de escenarios catastróficos, pero al escuchar la voz de Jungkook, entendí que lo que había pensado no tenía sentido en ese momento.

—Los chicos y yo hemos estado planeando la manera de deshacernos de ellos, y han decidido que seas la carnada. Eres perfecto para que todo salga como esperamos, y no estoy de acuerdo con eso. No quiero ponerte en peligro, no ahora, no después de todo lo que hemos pasado.

—¿Qué debo hacer? —pregunté sin dudarlo. Estaba dispuesto a ayudarles.

—Fingir.

—Eso es algo que se me da bastante bien.

—No es como tú crees. Debes fingir delante de ellos, son personas peligrosas. Ya te engañaron una vez y no quiero que vuelva a ocurrir.

—¿De quiénes estamos hablando?

—Este es mi gran secreto, Jimin. Mucho antes de saber que Valentino era el rival de nuestros padres, estuve ciegamente enamorado de un chico, Kim Se Jin. Era mi primer amor, me volví loco por él, al punto de vigilarlo y no permitir que hablara con nadie más. Pero él no sentía lo mismo por mí; su padre lo había enviado para cazarme y derrotar a los nuestros. Cuando me enteré, mi ira me transformó en otra persona, y un día en una fiesta, lo empujé hacia la muerte. —Su voz se rompió con cada palabra—. Valentino tomó represalias y, al no ser suficiente con la muerte de nuestros padres, ha estado buscando mi debilidad. Esa debilidad apareció cuando me enamoré de ti, y ahora que sabe cuál es, temo que intente hacerte lo mismo que le hizo a su hijo. Por eso siempre te he protegido.

Me sentí culpable por no haber hablado con él como debía, por haber puesto en peligro nuestra situación con mi intromisión.

Por eso, quizás sin pensarlo mucho, le dije:

—Estoy dispuesto a ser la carnada, sin importar el costo.

La mano de Jungkook reposaba en mi entrepierna, desde la rodilla hasta el muslo, mientras que su otra mano sostenía el volante. De vez en cuando, me miraba con preocupación.

—¿Estás seguro de hacer esto? —preguntó por quinta vez en la media hora que llevábamos de camino—. No quiero que te pase nada malo si todo sale mal.

—Ya te dije que estoy dispuesto a todo.

—No quiero que te arrepientas de lo que haces, aunque me gustaría estar en tu lugar.

—Sabes perfectamente que esto es mi decisión. Es mi deber ayudarte.

—Jimin, ¿me amas? —preguntó de repente, y yo sonreí, colocando mi mano sobre la suya.

—Sí, lo hago —respondí, tratando de reconfortarlo.

Me sentía seguro a su lado. Su cálida sonrisa me envolvía y nos miramos por unos segundos antes de que Jungkook volviera a hablar.

—Yo también te amo, víbora. Espero que, si todo sale bien, me perdones algún día.

—¿Perdonarte de qué?

Su mirada se volvió hacia el frente. Habíamos llegado a la mansión. Andrea alzaba las manos y las movía en el aire, mientras Jeon terminaba de aparcar el auto en una zona segura.

—Pensé que nunca llegarían —Andrea se dirigió a mi acompañante, mirando su reloj con desesperación—. Debemos entrar ya; en menos de una hora abrirá el local y todo debe estar listo.

Jeon asintió, y nos dirigimos al interior de la mansión. Francesco me tomó de la mano cuando mis pies tocaron el suelo de la casa y me guió a mi cuarto, donde estaban los otros chicos.

—Bueno, ya me pueden decir qué debo hacer —dije, ansioso por conocer los detalles del plan.

—Es sencillo. Cuando toque tu turno, te presentas como siempre en el escenario. Te dejas llevar y caminas hasta donde estarán ellos. No sabemos dónde estarán, por lo que tendrás que recorrer todo el local hasta que los visualices y les hagas saber que tienes la información que desean. Les dirás que, cuando termine tu show, vayan detrás del escenario.

—¿Y entonces?

—Hasta ahí llega lo que debes hacer.

—¿Y si me preguntan sobre la información que les doy? ¿Solo eso tendré que hacer? ¿Están seguros?

—En caso de que algo falle, diles que todo lo que buscan está en mi habitación —interrumpió Jungkook, mientras Andrea negaba con la cabeza.

—Eso no es parte del plan —demandó Andrea, golpeando la pequeña mesa delante de él, que tenía algunos planos esparcidos.

—Ahora sí —dijo Jeon, determinante, mientras el otro chico simplemente asentía—. Dejen que Jimin se aliste. Debe hacer algo muy riesgoso y necesita espacio para prepararse.

Todos siguieron los pasos de Jungkook, quien fue el primero en salir de la habitación, dejándome solo en ese amplio lugar.

Bailar, encontrarlos y llevarlos detrás del escenario.

Parecía realmente fácil y nada riesgoso en comparación con lo que ellos describían.

(+18) Stripper  [Kookmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora