Capitulo: 20

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Jeon manejaba a una velocidad que permitía apreciar el paisaje a la perfección. No quería empezar nuevamente con mis preguntas, pero me surgió una: ¿Hacia dónde íbamos? Su mano se movió hacia mi entrepierna, apretando suavemente, y una corriente recorrió desde esa zona hasta mi cabeza, terminando en la punta de uno de mis cabellos. Se sintió como una descarga eléctrica, y eso me gustaba.

Se sentía bien.

—¿Eres más de pizza o tacos? —preguntó, acariciando la punta de mi rodilla mientras mantenía la vista en la carretera. Al ver que no respondía, desvió su mirada hacia mi rostro, que estaba fijo en el frente.

Podría jurar que mis mejillas estaban rojas, y no entendía por qué me sentía así estando a solas con el chico con el que llevaba semanas conviviendo.

—Soy más de un helado frío en estos momentos —contesté. Mis pies temblaban un poco, y Jungkook, al notar esto, retiró su mirada de mí.

—¿Fresa o chocolate?

—Vainilla.

—Parece que no acierto con ninguno de tus gustos.

—Disculpa, es que ahora no me apetece comer algo fuerte. Quizás a ti sí —dije con un toque de doble sentido, esperando que lo notara—. Podemos ir a comer pizza para ti y luego un buen helado para mí.

—Me parece excelente —sonrió de lado.

Su mirada seguía fija en mí, y eso me preocupaba, ya que no quería que causáramos un accidente. A lo lejos, se podían ver edificios y personas caminando por las calles. Jeon condujo durante unos cinco minutos más hasta aparcar el auto en las afueras de un restaurante chino.

—¿No habíamos quedado en pizza y helado? —pregunté, confundido.

—¿No te gusta la comida china?

—Sí, pero creí que querías comer pizza.

—Prefiero compartir contigo algo que te guste más que la pizza y el helado.

—¿Cómo lo sabes?

—¿Saber el qué?

Entramos al restaurante, donde Jeon tomó mi mano y me guió hasta que se sentó a mi lado y tomó la carta, mirándola fijamente.

—¿Qué quieres pedir?

—No lo sé, solo quería un helado —repetí.

—Park Jimin, sé que te gusta la comida china. Sé que es tu preferida, por favor, ¿puedes pedir algo? —sus ojos expresaban que debía comer junto a él.

—¿Obligado?

—Nada en esta vida lo es, pero, ¿por qué no compartir tu comida preferida con tu persona preferida?

—¿Qué te hace pensar que eres mi persona preferida? —arqueé una ceja mientras le miraba y le arrebataba el menú de las manos.

Jeon parecía tener una alta opinión de sí mismo.

—No lo pienso. Estás equivocado. Yo lo sé. Si no fuera así —se acercó a mi oreja y susurró—, "me lo hubieses negado desde el primer momento".

No entendía cómo Jungkook sabía tanto sobre mis gustos. Luego comprendí que él siempre había estado al tanto de mi existencia, observaba lo que hacía, conocía mi círculo social, lo que me gustaba comer, cómo bailaba, hasta mis cambios de humor. Resultaba curioso saber que desde entonces estaba al tanto de mi presencia y, aunque me odiaba al principio porque le recordaba a su tragedia con su padre, había desarrollado sentimientos hacia mí.

La cena resultó ser más entretenida de lo que había pensado. Jeon me explicó un poco más sobre sus sentimientos hacia mí y sobre cómo se habían desarrollado de manera rápida e inesperada. Yo, en cambio, permanecí en silencio, sin saber qué hacer o qué decir; todo esto era tan nuevo para mí que me resultaba abrumador.

Después de la comida, caminamos por la plaza. Insistió en hacer algunas compras innecesarias, excusándose en que quería pasar más tiempo conmigo. Entramos a una tienda que vendía productos de moda de última tendencia. Miré algunos artículos con el rabillo del ojo, pero al ver los precios exorbitantes, decidí buscar en otro lugar. Jeon notó mi desinterés y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos para guiarme hacia los probadores.

Mis ojos no se apartaron de nuestros dedos entrelazados. Nunca nadie había hecho eso antes, y las cosquillas que sentía me tenían completamente desconcertado.

—Ese pullover te queda bien —señaló mientras inspeccionábamos la tela—. Aunque no me convence. ¿Podrías volver a quitártelo?

—Sí —me reí por lo que había dicho—, pero no delante de ti. Me has dicho lo mismo con las últimas cinco prendas.

—Eres muy inteligente, víbora —sonrió, y yo imité su gesto, disfrutando de la forma en que me miraba—. Escoge también algún short de playa —miró los que estaban en exhibición y tomó uno en particular—. Este creo que combina con el mío. —Lo lanzó hacia atrás, donde cayó sobre otras ropas que íbamos a comprar.

—¿No vas a comprarte nada?

—No —negó mientras tocaba todo a su alrededor y se dirigía a la caja—. Traje todo lo necesario para mí, a diferencia de ti.

—Aún no entiendo por qué, si eran dos maletas, solo había una con ropa, que era la más pesada y la que tuve que cargar el día que llegamos, subiendo todas esas escaleras.

—Yo te di a elegir cuál querías tomar. Además, la otra no estaba vacía.

—Eso es algo que realmente no sé.

—Vamos, no seas tonto —dijo, agarrando mi mano y guiándome hacia la caja registradora.

La cajera pasó todos los artículos por la máquina mientras decía el total a pagar, y Jeon entregó su tarjeta magnética. Miró su celular con cautela, lo tomó en sus manos y me indicó que terminara de gestionar las compras mientras él salía de la tienda a paso rápido.

Pasaron unos minutos, la conexión del lugar era mala y la tarjeta no pasaba. Finalmente, me encontraba con las bolsas en mano, dirigiéndome nuevamente al auto que estaba a menos de una cuadra de distancia.

—Perdón por dejarte todo esto a ti, tuve una llamada urgente —dijo Jungkook al acercarse, tomando las compras y señalándome que subiera al auto.

Abrió la cajuela y guardó las bolsas allí antes de subirse al auto.

—Pensaba que íbamos a tomar helado —protesté una vez el motor estaba en marcha y él miraba a través del retrovisor para salir del estacionamiento.

—No te quise decir nada, pero en casa hay helado de sobra —volvió su mirada al frente, colocando las manos en el volante y arrancando.

Jungkook iba a decir algo más, pero sus palabras fueron interrumpidas por el constante sonido de su móvil, que indicaba una llamada entrante.

—¿Dime? —dijo, colocando un audífono Bluetooth en su oreja—. Bien, dalo por hecho —respondió con una sonrisa, mirando al frente.

—¿Pasó algo?

—Nada malo —dijo—. Jimin —su mano volvió a acariciar mi rodilla como cuando íbamos de camino, y esa sensación eléctrica volvió a recorrer todo mi cuerpo.

—¿Algo bueno entonces?

Jeon soltó una risita sospechosa y me impacienté por lo que podría estar planeando, pero mi pregunta nunca recibió una respuesta clara, solo una risa pícara de su parte.

(+18) Stripper  [Kookmin] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora